—¿Sung... Jong? —pronuncia Ji Ae, con asombro genuino, cuando ve entrar al joven reportero en su pequeño cubículo. La sorpresa se apodera de la chica tan rápido que apenas puede reaccionar. Lee le sonríe con descarada coquetería, da un par de pasos hacia ella con una seguridad casi sobrenatural y se acomoda con gracia sobre una de las esquinas del angosto escritorio. La súbita cercanía hace que a Ji Ae se le erice la piel sin poder evitarlo.
—Hola —saluda el vampiro, su voz melodiosa acaricia el aire—. ¿Qué tal va el trabajo?
Ella intenta hablar, abriendo los labios como si una palabra fuera a salir, pero no emite ni un sonido. Su mente se queda en blanco. El nuevo aspecto de Sung Jong la abruma: su aura es intensa, magnética, totalmente imposible de ignorar. Él se inclina un poco más y, con ternura, le aprieta la mejilla, provocando que se sonroje en un instante.
—Te ves... tan... —balbucea ella, con la voz atrapada entre la admiración y los nervios. Sung Jong le regala una sonrisa que parece iluminar todo a su alrededor, enseñándole sus perfectos y blancos dientes.
—¿Diferente? —completa él con tono sugerente. Ji Ae niega con la cabeza, tajante, como si esa palabra fuera insuficiente, diminuta, para describir lo que ve.
—Sex-...
—Iré a ver a Myung Soo —la interrumpe Sung Jong con un aire de autosuficiencia, poniéndose de pie. Le da la espalda con un aura sofisticada, caminando hacia la oficina de su jefe con pasos largos y decididos.
Ji Ae se levanta de un salto, sin darse cuenta, como si un impulso la empujara, no puede evitar seguir al vampiro con la mirada. Observa cómo Sung Jong atraviesa la puerta sin molestarse en tocar, y suspira con fuerza, un suspiro cargado de asombro, nervios y algo más que ni ella misma logra entender. Es la primera vez que lo ve con ropa casual y ese cabello rubio, no obstante, lo que más la hipnotiza es su mirada: dorada, deslumbrante, como el sol que nace en el horizonte y promete quemarlo todo.
...
—¿Cómo te atreves a irrumpir así en mi...? —gruñe Myung Soo, pero su voz se corta abruptamente al ver a Sung Jong. El joven camina hasta el escritorio con la misma seguridad que tendría un depredador acercándose a su presa. Myung Soo traga saliva. Sus ojos se abren, atrapados por una imagen que no puede procesar del todo.
—Buenos días.
—Sung... ¿Sung Jong...?
—Disculpa mi retraso. Tenía cosas más importantes qué hacer —anuncia con tranquilidad. Entonces se desliza alrededor del escritorio como si el lugar le perteneciera, toma la corbata de su jefe de pronto y se inclina hasta casi rozarle la nariz con la suya. La intimidad súbita del gesto enciende una alarma muda en el pecho de Myung Soo, quedando petrificado—. No hay problema, ¿verdad?
Myung Soo sacude la cabeza con rapidez, incapaz de pensar con claridad. Su corazón late con fuerza descontrolada, y sus ojos no pueden separarse del dorado hipnótico que emana de los ojos del vampiro, porque son como dos gemas vivas, hermosas y hechizantes, en las que podría extraviarse para siempre.
∞
Woo Hyun se despierta jadeando, una vez más, venciendo esa pesadilla que lo asedia en las madrugadas. Aun así, decide asistir a la escuela. No puede faltar. No cuando sabe que Sung Kyu confía en él. Nunca le ha fallado y no piensa empezar ahora.
Cruza las puertas principales de la preparatoria decidido a ignorar la inquietud que lo rodea. Pero uno de sus profesores lo intercepta a mitad del camino, tomándolo suavemente del hombro.
—Él es Kim Ki Bum —dice, y un chico de rostro simpático y ojos rasgados se aproxima con una sonrisa natural. Woo Hyun parpadea y le ofrece una breve reverencia—. Acaba de mudarse a Seúl y quiero que le muestres la escuela.

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Sangre | GyuWoo
FanfictionSung Kyu es un vampiro solitario que siempre estuvo en contra de lastimar a los humanos. Huyó después de la última batalla en la que fue exterminado el Clan Lee y se ha mantenido oculto durante mil años, esperando el día en que el ilegítimo líder de...