Púrpura

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Cuando llega, Sung Jong comienza a repasar en su mente todo lo que su hermano mayor le ha explicado sobre su condición, mientras viaja en el ascensor hasta el último piso. Piensa que ya es hora de poner en práctica las geniales habilidades que posee, así que analiza la idea de conseguir por fin un esclavo de sangre, y sabe muy bien a quién elegirá para esa fascinante tarea.

Porque no hay nada que pueda regocijarle más, que tener a Myung Soo a sus pies, rogando por su atención. Sung Jong ansía verlo así: sufriendo la agonía de tenerle, ahogándose con su propia saliva mientras implora que lo haga suyo. Sí. Sung Jong por fin podrá vengarse del hombre que lo ha humillado tanto y, de pasó, podrá echárselo en cara a todas esas niñas idiotas que lo idolatran como si fuera un dios griego.

Tal como la vez anterior, Sung Jong entra en la oficina de su jefe sin llamar a la puerta y el hombre levanta la vista rápidamente, expectante a lo que hará el rubio, pues ha estado esperándolo por un buen rato. Sung Jong sonríe y se encamina hasta el escritorio, burlándose internamente al lograr escuchar los latidos acelerados del corazón de Myung Soo, así como su respiración agitada y entrecortada.

—¿Q-qué te trae a mi oficina, Sung Jong? —pregunta con nerviosismo mientras el calor sube hasta sus orejas.

—Verte, por supuesto —le hace saber, sentándose en la esquina del escritorio.

—¿En serio? Pues, puedes venir a verme cuando quieras —responde con la voz temblorosa, y de repente la boca de su estómago se estruja cuando Sung Jong sujeta su corbata y acerca su rostro al suyo. Myung Soo deja caer los papeles que lleva en las manos y no puede evitar que una corriente eléctrica le recorra la espalda.

—¿Alguna vez te he dicho que eres increíblemente atractivo? —inquiere el vampiro con picardía, y su jefe sólo se limita a negar con la cabeza un par de veces—. Pues lo eres. —Y Sung Jong se atreve a besarlo, con toda la lujuria y repulsión que siente en ese momento.

Myung Soo se deja llevar por completo, como si su vida pendiera de un hilo tan delgado, que con cualquier intento de separarse de la boca de Sung Jong, fuera a romperlo, sin embargo, el oxígeno clama entrar en sus pulmones y, muy a su pesar se separa.

—Veámonos en otro lado —susurra Myung Soo casi jadeando—. Vamos a mi casa ahora mismo, por favor —suplica. Entonces la satisfacción llega de golpe al pecho de Sung Jong al escucharlo.

Y así, con las ansias a flor de piel, el rubio lo sigue hasta su casa; una grande y antigua construcción que parece un tanto descuidada. Myung Soo abre la puerta casi a tropezones y el vampiro se ríe, extasiado ante el ridículo y tonto actuar de su jefe.

—¿G-gustas algo de beber? —inquiere el moreno levemente sonrojado.

—¿Tienes vino tinto?

—S-sí, creo que sí.

Y Myung Soo corre hasta la pequeña cantina en la esquina de la sala en busca de una botella. Sung Jong vuelve a reír, divertido, cerrando la puerta y yendo tras el hombre.

Recargándose en la pequeña barra, el vampiro observa a Myung Soo hurgar entre todas las botellas con desesperación, lo que le saca otra pequeña sonrisa de regocijo. Luego, el hombre se pone de pie y saca dos copas de cristal, abriendo la botella y llenando ambos recipientes mientras sus ojos se clavan en las pupilas doradas de Sung Jong. Myung Soo derrama algo del líquido y el rubio se ríe, extendiendo la mano para tomar una de las copas.

—A tu salud —dice el menor, llevando el cáliz a su boca para beber todo el contenido.

Myung Soo traga saliva y sujeta la otra copa para tomar un sorbo. Un hilo de vino cae por su barbilla y Sung Jong se le acerca de pronto, sacando la lengua para limpiar las gotas, lamiendo su rostro y besando sus labios. El mayor se estremece, y entonces el cristal se rompe en su mano, provocándole una pequeña cortada que el vampiro no tarda en revisar. Sung Jong mira el dedo lastimado de su jefe y enseguida se lo mete a la boca para chuparlo. Lo lame despacio y prueba la sangre de Myung Soo, lo que provoca que sus ojos vuelvan a brillar de un hermoso color dorado.

Sangre | GyuWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora