Sable

229 26 7
                                    

Los hermanos Lee están en el suelo, heridos y exhaustos por la larga pelea que han mantenido durante horas en el prado. Se han enfrentado a Sung Kyu duramente y el mayor no parece cansado.

El más afectado es Sung Jong, por supuesto, pues hace apenas una semana que ha sido convertido y aún no logra controlar todas sus habilidades, pero el mayor sabe que lo hará, porque su determinación es admirable y desbordante y es lo único que el joven reportero necesita para acrecentar su fuerza.

Sung Yeol, por su parte, desea seguir peleando, aunque ya le es imposible mantener su pose de pelea, y cae de bruces al suelo. Sung Kyu los mira desde arriba y toma al rubio entre sus brazos, quien ya ha perdido el conocimiento, mientras su hermano mayor los observa, recordando la apariencia que adoptó el vampiro mayor antes de derrotarlos; nunca había visto la apariencia original de Sung Kyu y el inmenso poder que tiene gracias a ella. Es diez veces más fuerte que él.

Finalmente, el mayor de los Lee cierra los ojos y cae en un profundo sueño.

...

Algunas horas después, cuando el sol está saliendo, Sung Yeol se ha despertado y ha ido en busca de su hermano. Lo encuentra en la habitación contigua y se acerca a la cama, acomodándose a su lado para verlo dormir.

Sung Jong parece un ángel con el cabello rubio y las mejillas sonrosadas. Las heridas de la batalla con Sung Kyu han desaparecido por completo. El mayor de los hermanos suspira y pasa su dedo índice sobre los labios de Sung Jong, dispuesto a despertarle de la forma más "cariñosa" que conoce: un beso en los labios. Así que, se acerca muy despacio y junta su boca con la del más joven, pero Sung Jong despierta de pronto y lo lanza fuera de la cama con un puñetazo.

—¡No vuelvas a besarme sin mi consentimiento! —reclama el rubio con el ceño fruncido antes de tallarse la boca con el dorso de la mano. Sung Yeol se incorpora y le dedica una coqueta mirada.

—¿Entonces te tengo que pedir permiso para hacerlo? —inquiere con una desvergonzada sonrisa. Sung Jong bufa y se pone de pie, mirando alrededor con extrañeza.

—¿Qué pasó con nuestra pelea contra Sung Kyu?

—Pues, como verás, nos dio una paliza. —Sung Yeol se levanta y sacude sus pantalones. El rubio suspira y camina hacia la puerta—. ¿A dónde vas?

—A comprar algo de comer, y luego seguiré con el entrenamiento.

—No es necesario que compres algo, puedes tomar lo que quieras de la cocina.

Sung Jong se detiene y le mira con duda.

—¿De verdad? ¿No crees que Sung Kyu se moleste?

—Claro que no, puedes tomar lo que sea, incluso ropa limpia. Aquí hay varios cambios en el guardarropa. De hecho, estoy seguro que esta habitación es para ti. Yo también tengo una en esta casa.

Y el rubio abre los ojos con sorpresa.

—Si tú lo dices.

Sung Yeol asiente y su hermano emprende su camino a la enorme cocina de la mansión, la cual está repleta de comida en las alacenas y el refrigerador. Sung Jong echa un vistazo y saca varios paquetes de galletas y unos más de carne congelada de la nevera.

—¿Debería cocinarlos o comerlos...? —Sung Jong mira la carne cruda y no puede evitar sentir algo de náuseas. De pronto percibe un olor conocido y levanta la vista, encontrándose con los ojos de Woo Hyun que le escudriñan de pies a cabeza.

El vampiro no se mueve, y el otro continúa mirándole con curiosidad y molestia, aún así, se atreve a acercarse a la nevera para sacar una botella de agua. Woo Hyun abre el envase y le da un par de tragos. Sung Jong lo sigue observando, nervioso y confundido, pues no parece provocar nada en el muchacho, al menos no como lo ha hecho en sus compañeros de trabajo y en Myung Soo.

Sangre | GyuWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora