El lado Slytherin de Scorpius

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Estaba viviendo mi sueño dorado, lo que nunca creí posible, y que a veces que parecía que en cualquier momento iba a despertar...

Si por mi fuera, viviría en mi sueño, en este donde pasé toda la mañana con Rose, pero no solo eso, sino que aceptó acompañarme a comer, se sintió como una cita, hice gala de mis mejores modales pues aunque mis padres me enseñaron a tratar a todas las personas con respeto y a tener excelentes modales, para mi Rose era como una princesa y si por mi fuera, besaría el suelo que ella pisa, así que quería hacerla sentir cómoda, consentirla, cuidarla y divertirla. Eso me salió muy bien y creo que no se sintió incómoda conmigo, así que siguiendo nuestro plan, fuimos a comprarle ropa para la cena.

Tuve que contener el aliento varias veces, pues ella se veía hermosa con cada vestido que se probaba, como dije anteriormente, yo siempre había pensado en ella de una forma platónica, pero mi cabeza tomaba rumbos cada vez más indecentes con cada nuevo vestido que se probaba. Ella parecía divertida también, cuando se probaba un modelo caminaba sonriente hacia mi, daba algunas vueltas, ajena al enorme conflicto interno que causaba en mi y luego corría de vuelta al probador a cambiarse.

Finalmente, decidió por un vestido color azul cielo que le iba bastante bien y yo no podía esperar a vérselo puesto de nuevo. Haciendo uso de un enorme autocontrol y disciplina, me despedí de ella en la entrada de su hotel y quedé en volver por ella para irnos juntos a la fiesta. Corri a mi casa para cambiarme y regresar lo más pronto posible a su lado. Para efectos de ganar un poco más de tiempo a su lado, decidi viajar al lugar del evento por medios muggles, un traslador era demasiado rápido, ni hablar de la red floo, yo quería exprimir este sueño al máximo, aprovechar cada segundo a su lado, así que perpare todo y regresé por ella, una hora antes de lo acordado, pero la espera valió la pena, ella se veía hermosa, más de lo que yo recordaba que ya era demasiado, así que casi me tengo que lanzar una maldicion imperio para no echarme encima de ella, pero convoque una rosa roja que le entregué esperando no ofenderla con mi atrevimiento, lo cual afortunadamente no pasó, porque parloteamos alegremente todo el camino, que por desgracia no era suficientemente largo, pero en fin.

Llegué al evento con Rose Granger Weasley luciendo bellísima y colgada de mi brazo. ¿En que momento mori y llegué al cielo? No sé, pero aquí me voy a quedar. Ella se comportó encantadora con toda la gente que le presente, hizo gala de su intelecto y de su simpatía y a mi me tenía cada vez más encantado. Pero supongo que todo lo bueno llega a su fin, y aunque me siento terrible por confesar esto, fue la presencia de Samantha lo que arruinó mi estado de ánimo... soy un idiota pero la verdad no había pensado en ella ni una sola vez desde que la deje en mi oficina. Se veía hermosa, como siempre, pero mi corazón no saltó con ella como lo hizo con Rose.

Sus tipos de belleza eran abismalmente diferentes, pues mientras Samantha estaba despampanante como siempre, mostrando más de lo que debería de su glorioso cuerpo, Rose se veía elegante, sobria, madura, intelectual, discreta, sin revelar innecesariamente nada en su cuerpo... lo cual era bueno, pues de solo pensar en que alguien más vea su cuerpo me vuelvo loco, si la gente la mirara a ella como miran a Samantha, ya les hubiera sacado los ojos a todos

— ... dale mis disculpas a tu esposo también, debe estar furioso ¿verdad? — le decía Samantha a Rose... claro... su esposo... él es el dueño de Rose, su cuerpo, su tiempo, su corazón y sus sonrisas... quise por primera vez en mi vida, romperle la cara a alguien, es que sólo imaginar sus manos de orangután recorriéndola... me hierve la sangre, por el bien de todos que no me entere yo quien es, ojos que no ven corazón que no siente, puedo fingir que él no existe aunque sea un poco más. Fulmino con la mirada a Samantha y le ordeno en un tono un poco brusco

— Sam, no agobies a Rose con preguntas sobre su vida personal, ahora aunque está aquí de trabajo quiero que se divierta

Ella estaba herida, pude verlo en sus ojos, pero que Merlin me perdone, no me importó. Primero estaba Rose, así ha sido siempre para mi y a estas alturas de mi vida no voy a cambiar eso.

El reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora