Rose toma una decision

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Las lágrimas ya nublaron mi vista y en cuanto saco la cabeza de la chimenea, me tiro en el piso a llorar. Después de haber sido tan feliz, y pasa todo esto. Primero Samantha y su estupido bebé. Luego Rickman y Skeeter tratando de arruinar a mi mamá. Luego Scorpius comportándose como un cavernícola y ordenándome que me vaya a su casa a verme bonita en sus eventos, sin hacer nada más que vivir para él como lo hizo Samantha y mira lo bien que le resultó... Yo no iba a arriesgarme a que él me dejara cuando encontrara algo más interesante o ser la intrusa entre su hijo y él.

¡Él va a tener un hijo con otra mujer! ¿Y se atreve a decirme que yo soy la que no lo considera importante? Pero que poca vergüenza...

Me sentía tan sola, tan triste, me había acostumbrado a él, a su compañía, su voz, sus bromas, su sonrisa, sus besos, sus abrazos, su cuerpo descansando junto a mi, y me quedé sin nada. Él fue tan injusto conmigo. Yo quería desahogarme, hablar, pero acá ya era de noche... y aunque fuera de día ¿con quién iba a ir? No tengo amigos, esa bruja verde de Samantha me lo recalcó muy claro...

Hago lo único que puedo hacer en ese momento...

— ¿Qué haces aquí Rose?

— Hola para ti también Hugo — digo pasando por un lado de él sin esperar invitación

— Hola, pasa...

— Vives en un chiquero... — digo arrugando la nariz ante el espectáculo que es la casa de Hugo, llena de basura de comida chatarra, trastes, ropa fuera de lugar y un mar asqueroso de basura

— Oye... tú eres la que llegó de improviso

— Es que necesito hablar con alguien...

— Ve con mamá — dice sentándose en su sofá frente a su televisor y reanuda su juego de play station. Porque si, Hugo es muuy fan de los artefactos muggle, tanto como mi abuelo Arthur

Pero esto es una emergencia, debería ser más considerado... me planto junto al aparatejo del demonio y lo desconecto de la luz, ganándome una mirada reprobatoria de mi hermano

— Desconéctate por dos minutos de tu aparatejo y escúchame. Eres mi hermano. Los hermanos deben apoyarse

Hugo me miraba desde el sofá con el ceño fruncido. No estaba feliz, estaba claro, pero como dije es una emergencia.

— Bien... ¿qué quieres? — dice rebuscando en un recoveco de su sillón un paquete de frituras

— Me peleé con Scorpius

Él resopló y me dijo

— Ash, Rose no quiero ser tu paño de lágrimas, ve con una amiga o con mamá, yo soy un chico, no sé que aconsejarte

— Tan sensible como siempre... ¿lo ves? Todos son iguales — Hugo, que ya había encontrado un paquete de frituras rancias y aplastadas entre su montaña de basura, rodó los ojos y comenzó a comer — ¿sabes que se molestó porque le dije que iba a pensar lo del trabajo? Dijo que ni siquiera lo debería considerar porque él y yo ya habíamos quedado en que yo buscaría trabajo allá e iría a vivir con él

— ¿Y no habían quedado?

— Si pero ese no es el punto, las cosas cambiaron

— Bueno ¿no te molestaría que si ya habían quedado en algo, él cambiara los planes?

— Es que... tu no entiendes Hugo, esto no se trata de en lo que quedamos, se trata de que él quiere que mi vida gire en torno a él, como su ex así lo tenía acostumbrado...

— Entonces es sobre su ex...

— No Hugo, no es eso

— ¿Qué es entonces?

El reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora