La promesa de Scorpius

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No puedo creer que un consejo de mi padre haya funcionado... y menos por el tipo de consejo que fue.

— Papá, ¿qué haces aquí?

— Vine a ver unos negocios, ¿y tú? — dice sin sonar muy sorprendido

Suspiro resignado y me dejo caer en un sillón. Mi papá tiene encendida la chimenea de mi casa cerca del campo de ensayos clínicos, el calor de las llamas me reconforta, mientras mi padre con dos movimientos de su varita llena una copa de whiskey de fuego para mi

— Tuve un pleito con Rose

— ¿Se han separado ya?

— Por un tiempo al menos, es que... es demasiado complicado

Él asiente pero se queda callado

— Te puedo oír pensarlo padre

— No creo. Nunca fuiste muy bueno para la legeremancia

— Pero no es difícil de adivinar. Estás casi gritando "te lo dije" pero no estoy de humor para escucharlo. Dejar a Rose es la cosa más difícil que tuve que hacer en mi vida, pero fue necesario, ella simplemente no me escucha, no puedo llegar a ella, se ha encerrado en sí misma y por más que trato de complacerla, de no contradecirla, de tenerle paciencia, de hablarle con cariño, ella está cada vez más enojada conmigo, más resentida, ya no sé cómo hacerle entender

— Hazla que te escuche entonces

— ¿Cómo? Lo he intentado y nunca funciona, ningún momento es bueno

— Scorp, esto es algo que ningún hombre debería decirle a su hijo pero, debes ir con ella y cogertela hasta que se le olvide su nombre

Estoy boquiabierto y totalmente de acuerdo, ningún hijo debería oír ese consejo de su padre

— El sexo no va a desaparecer nuestros problemas

— No. Pero si haces bien lo tuyo, la relajará lo suficiente como para que esté dispuesta a escucharte y a negociar contigo

— Eso es...

— Sabiduría ancestral. Esposa feliz, matrimonio feliz

— Es que Rose no es así, ella no caerá por un truco tan barato

— No es barato. Ni fácil, tienes que hacer una muy buena labor si quieres que funcione

Tomo mi whiskey de un trago y me retiro a mi recámara, esto ha sido tan incómodo...

Pero paso la noche casi en vela pensando en Rose y en nuestros problemas. A pesar de todo, la quiero, y ahora tenemos dos hijos, debo hacer lo que sea para recuperarla, no solo por los chicos, por mi, yo la amo, siempre ha sido así y no puedo perderla después de estar tan cerca de tenerla. Al día siguiente muy temprano regreso a casa. Debo intentar hablar con ella. Encuentro a mi suegra durmiendo con mis chicos en los brazos

— Hermione...

— ¿Mm? Ah, Scorpius hola, volviste

— ¿Rose te llamó?

— Si, ella estaba... llorando tanto, los niños también, no sé qué pasó Scorpius pero no deberían rendirse tan rápido, sé que esto no es fácil pero ustedes deben resolver sus asuntos, no sólo por ustedes sino por ellos

Yo estoy mirando dormir a mis hijos. Acaricio sus cabezas y sé que ella tiene razón

— ¿Y Rose?

— Duerme por allá

— Voy a hablar con ella... ¿podrías?

— Si, yo me los llevaré. Ustedes resuelvan lo suyo y... cuando estén listos me llaman y volvemos. Tómense su tiempo.

El reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora