El reencuentro

Rose la consentida

Mira que cuando el destino tiene ganas de hacer sufrir a la gente... lo hace...

Estuve triste todo el fin de semana. Es que Scorpius no estaba por ningún lado. Y yo necesitaba hablar con él. Quería decirle que lo amo y quiero estar con él a pesar de todo. Quiero hacer un esfuerzo para hacerlo funcionar. Pero ¿dónde se ha metido? Ya he rechazado la presidencia de San Mungo. Haga lo que haga con Scorpius, ese camino no es para mi. Ahora que voy a tenerlo, no quiero estar tan ocupada, y si no voy a tenerlo... bueno buscaré otro camino. Decido esperarlo hasta el lunes. Voy a las oficinas de Black Star y averiguo que está en el laboratorio de pruebas. Voy para allá con la esperanza de que se quede en su casa de campo y lo espero ahí. Cada minuto que pasa y él no aparece mis esperanzas mueren un poco más.

— ¿Rose? — oigo la voz que he querido oír todo el fin de semana, y un poco más, me llama

— Scorpius... — contesto suspirando — por fin te encuentro...

Mi alivio momentáneo por escucharlo nubla mi juicio por un momento, me levanto dispuesta a arrojarme a sus brazos, así sin más, pero...

— Rose... por favor no me dejes, aceptaré lo que sea que quieras, haré lo que sea si tan solo te quedas conmigo y aceptas que tendré un hijo y no puedo dejarlo, no quiero, pero también te quiero a ti, si quieres trabajar en San Mungo hazlo, iré a verte los fines de semana, no es tan grave, no te obligaré a convivir con mi familia, no tienes que verlos jamás si no quieres pero por favor...

...Pero cuando llega y cae de rodillas ante mi diciéndome que puede aceptar lo que sea menos que yo no acepte lo de su hijo, veo que estoy en problemas... eso es justo lo que me tiene mal. Pero creo que debo ser honesta. Nunca podré decir que me siento feliz por ese niño. Nunca podré decir que lo quiero. Pero si yo puedo aceptar que él lo quiera y pase tiempo con él, él puede aceptar que yo me aparte en esos momentos. O al menos, eso espero

— Scorp... — comienzo mientras me arrodillo frente a él y mis ideas se ordenan en mi mente— esto es muy difícil de por si, ¿puedes escucharme por un segundo? Escucharme con el corazón...

— Si, ya te dije haré lo que sea

Sus ojos brillan con esperanza y yo tomo sus manos para tener un poco de calma, su contacto me relaja y espero servirme de eso para expresarme correctamente, no hay una forma fácil o bonita para decir esto

— Mira... me di cuenta de que nuestra discusión no fue por el empleo o por lo de nuestros padres, aunque te debo una disculpa por eso, yo sí tengo miedo de tu familia. Pero son tu familia, debería haber sido valiente y... no sé, no importa, ese no fue el punto. Perdóname por eso, es que... ¡vas a tener un hijo con otra mujer!, se que me quieres a mi y que tu relación con Samantha sería en lo relacionado con tu hijo pero... ¡estoy muy celosa!, ella tendrá un hijo tuyo y eso los unirá de por vida. Yo te tendré que compartir no sólo con ella sino con tu hijo para siempre... soy egoísta, no es fácil para mí compartir lo mío, pero... si mi vida va a ser imperfecta, al menos esos instantes en que te tenga... valdrá la pena lo demás... estoy segura...

Su mirada se ensombrece inmediatamente

— Rose... no hagas esto. Yo te amo y te quiero en mi vida, pero quiero que tú también seas feliz y estás diciéndome que no lo serás... ¿qué debo hacer con esto? ¿Condenarte a una vida mediocre? ¿A hacerte daño? Aunque sea sin querer, no puedo...

Él no está feliz. Dice que no quiere que yo no me sienta completamente feliz, bueno yo tampoco pero es lo que hay y tendremos que averiguar si nuestro amor es suficiente. ¡Qué difícil es esto! Su contacto no está calmándome esta vez, comienzo a llorar de la desesperación