Rose y su diarrea verbal

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Por un momento perdí la cabeza, esa niñata de Meli se metió en mi cabeza y le hice una escenita a Scorp, que vergüenza... él es un caballero... y tiene novia... por eso no quiso seguir conmigo. Al menos eso creo, porque mi primer impulso fue pensar que él no me deseaba, pero... era una tontería. Yo lo sentí, al Scorpius real, no al de mis fantasías, y su miembro real se clavó en mi cadera, estaba duro como roca, y sus besos y sus jadeos fueron tan apasionados, tan candentes... Ya todo pasó, él fue a mi cuarto a reconciliarse conmigo y yo no pude dejarlo ir, le pido que se quede, sólo a abrazarme, y él accede, así que yo me acomodo en su pecho y me abrazo a él.

Me siento tan tranquila en sus brazos, que no sé si podré volver a dormir sin él. Cierro mis ojos y me pido dormir... duerme... es que si no lo hago voy a empezar a besarlo y luego no vamos a poder detenernos y aunque él me quiere, yo lo quiero y ya nos hemos besado y hecho planes para el futuro, yo debo tener algo de respeto, ella no me cae bien pero, por solidaridad femenina al menos, debo aguantar...

Gracias a Merlin me duermo, y al día siguiente despierto sintiendo que me llenan de besos y un hermoso calor en mi pecho me inunda. Abro los ojos y Scorpius me sonríe

— Buenos días

— Hola — digo sin despertar del todo

— Te ves hermosa por las mañanas

¡Oh no! Me levanto de un salto y me encierro en el baño

— ¿Rose? ¿Estás bien? ¿Que tienes?

Pregunta un muy desesperado Scorpius

— Si, nada, es que me tengo que arreglar un poco — contestó histérica viendo el desastre que es mi cabello y mis ojeras y demás....

Él se rie de mi y me grita

— Te dije que te ves hermosa, ya sal, quiero besarte

— ¡Ya voy! — Digo salpicando mi cara de agua y acomodando mi cabello a toda velocidad, y rápidamente salgo... Scorpius es una visión... está ahí acostado usando sus brazos como almohadas detras de su cabeza, usa un pantalón y una playera, pero se ve tan guapo... él me mira y estira su mano hacia mi... la tomo y me acuesto sobre él, estoy tan relajada... besándolo, acariciando su cabello, sintiendo sus manos acariciar mi espalda, detenerse en mi cadera y enredarse a la altura de mi cintura apretándome contra él.

— Oye... — dice él sonriendo contra mis labios — ¿quieres salir hoy conmigo?

— ¿Como en una cita? — pregunto con fingida inocencia

— Si... me gustas Rose Weasley

— Tu a mi Scorpius Malfoy

Nos besamos por unos minutos más, hasta que él dice

— Vamos ya, si no, no vamos a salir de aquí nunca

Eso suena tentador... pero lo sigo y una vez que nos cambiamos de ropa, salimos de la casa. Él conduce (a una velocidad decente) hasta un pueblo que está junto a un lago. El plan de Scorpius es simple, pero romántico. Daremos una vuelta por el pueblo, hasta un lugar donde rentaremos botes de remos, remaremos hasta un pequeño islote dentro del lago, que tiene un restaurant campirano en la cima, almorzaremos ahí y luego regresaremos al pueblo a dar una vuelta, mirar la puesta del sol, abrazados, y hablando de nuestros planes para el futuro, confesándonos cuánto nos amábamos y siendo inmensamente felices de habernos encontrado.

Todo va maravillosamente bien, me siento como la protagonista de una de esas comedias románticas muggles que veía los fines de semana con Scorpius imaginario, sólo que ahora Scorpius real me acompaña, me toma de la mano, bromea conmigo, me roba uno que otro beso juguetón, me da comida en la boca como si fuera un bebé, y aunque siempre me pareció ridiculo, ahora lo encuentro tremendamente sexy.

El reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora