El procedimiento habitual es rápido; no pasan más de tres minutos desde que ingresan, hasta que el médico que los recibe, ve salir nuevamente a Emerson y Ned con el caso resuelto. Ya no hace preguntas, porque está acostumbrado.
Esta vez, sin embargo, tiene tiempo de resolver un crucigrama completo mientras los detectives, y la chica misteriosa que a veces los acompaña, inspeccionan el cadáver. Él también se había sorprendido al recibir el cuerpo y habría jurado que pertenecía a Ned, pero por falta de documentación no pudo corroborarlo, así que simplemente lo confundió y se halló muy sorprendido al ver llegar caminando a la morgue a quien él hacía un cadáver tieso en su sala.
Dentro de la morgue, Emerson, Ned y Charlotte observaban asombrados el parecido con el pastelero.
—Ahora puedo sentir lo mismo que tú sentiste cuando me viste dentro del cajón en mi funeral. —Dejó salir Chuck sin quitarle la vista de encima al cadáver—. Incluso tienen la misma marca en la frente, no comprendo qué ocurre. Es como si te viera a ti muerto, pero estás aquí. Es muy confuso, si sigo observándolo me angustiaré. —Chuck apartó su cara del rostro del muerto, que tenía un semblante tranquilo como si solo estuviera durmiendo.
Ned no recordaba cómo se había hecho la pequeña cicatriz que tenía en la frente. Era similar a las marcas que quedan luego de tener varicela, pero no recordaba haber cursado esa enfermedad de niño. Se encontraba agachado junto al cuerpo, que quedaba a la altura de sus ojos; ventajas de ser tan alto.
Eso también era sorprendente, la altura era exactamente la misma. Minutos antes se había recostado sobre una plancha a su lado, para descubrir que medían exactamente lo mismo. Ambos de cabello castaño, mismas manos, misma nariz; ¡Las mismas cejas!
—La única diferencia entre él y yo son esos dos puntos en su cuello. —advirtió Ned señalándolo—. ¿Crees que lo haya picado algo? —consultó a Emerson.
—¿Por qué no lo tocas y se lo preguntas? —El detective abrió sus manos en un gesto de obviedad. Su compañero podía devolverle la vida al sujeto y preguntárselo, pero en lugar de hacerlo, estaba observándolo sorprendido.
—¿Qué pasa si él también tiene el don? —preguntó Chuck con curiosidad—. ¿Que tal si él provoca que ocurra algo con el poder? ¿Y si lo desaparece? —divagó ocurrente con una sonrisa pintándose en sus labios—. Podrías tocarme si sucede, ¿Verdad? —agregó con una mirada pícara. Ned se disponía a despertar a su clon cuando tomó consciencia de lo que Charlotte había dicho.
—¿Y qué tal si nada ocurre pero él también tiene el don y accidentalmente te toca? —comentó alarmado—. Chuck, ¡Tienes que salir de aquí!
—No. No me iré, ¡Tengo curiosidad como ustedes! —Se quejó la muchacha.
Ned miró con complicidad a Emerson, quien segundos después se hallaba cargando a Charlotte en dirección a la puerta mientras ella protestaba. La dejó en compañía del médico, que miró la escena intrigado. Emerson volvió a la morgue, el médico echó otra mirada confundida a Chuck y ésta le devolvió una sonrisa incómoda pero no dijo nada.
—Ahora si, tienes que tocarlo, Ned. —avisó Emerson cerrando la puerta de la morgue—. No podemos continuar con esto.
—Tengo tanto que preguntarle... Temo que no me alcance el tiempo. —Se lamentó el pastelero.
—Solo necesitamos tres respuestas: Quién es él, qué hace aquí y quién lo mató. —enumeró el detective.
—Si, pero... Querrá saber porqué soy igual a él. Y solo tenemos un minuto. —Le recordó.
Ned se irguió y suspiró. Miró su reloj y en un movimiento rápido lo activó. Acto seguido tocó la mejilla del muerto, despertando a su... Otro yo.
El sujeto dio un salto asustado; más que asustado, mirando a Ned con terror.
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Cara a cara | LEE PACE | EN EDICIÓN
Fantasy¿Qué pasaría si descubrieras que el mundo está lleno de personas iguales a ti? Ned es un pastelero que lleva una vida tranquila pero diferente. No solo posee una gran habilidad para crear deliciosas tartas sino que también posee un don, puede volver...