Pie es hogar.

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Ronan irrumpió en la parte de la nave donde estaban Ned y Olive. El pastelero y la ex camarera llevaban horas esperando. En verdad habían pasado una gran cantidad de días, pero el tiempo funcionaba diferente en el espacio. Ronan llegó en silencio, se sentó frente a ellos y suspiró derrotado. 

—Los regresaré a la Tierra.

Luego de pronunciar esto se incorporó y les dio la espalda; ocupado en fijar el curso hacia el planeta de Ned.

—Espera... —El pastelero se acercó a él—. ¿Qué pasará después? Contigo... con Crystal. No pareces estar feliz con la conclusión de esto.

—Ella... es libre ahora. Los llevaré a casa y luego la dejaré en el lugar que ella elija. 

—¿Y qué será de ti? —dijo Olive—. ¿Qué hay de tu final feliz?

—Los finales felices no existen. —respondió Ronan—. Son solo una ilusión para empujarte a llevar a cabo misiones; el fantasear con lograr un objetivo imposible. Mientras tanto, hacemos cosas importantes y no nos damos cuenta de que quizás esa es la felicidad. Que no se trata de la meta, sino de lo que haces durante el camino que recorres persiguiendo ese fin. Yo le di las opciones y ella eligió. Quería que permaneciera a mi lado y no lo conseguí, pero la liberé de su prisión... Creo que ambos estaremos en paz con eso.

—Tienes razón. —dijo Ned—. Toda mi vida creí que el final feliz era poder tocar a Chuck, pero desde que los clones comenzaron a aparecer perdí mucho tiempo creyendo que solucionando sus problemas, me alejaba de conseguir mi objetivo, cuando en realidad la felicidad es Chuck. Estar cada día con ella es más de lo que podría pedir, considerando que sin mi don la hubiera perdido para siempre. Y luego... está mi familia. Muchos de los que llegaron, jamás se fueron. La familia es algo importante, ¿Sabes? Lo aprendí compartiendo mi vida con ellos y me enseñaron que eso es la felicidad. Ahora creo que si debieran irse mi vida perdería una gran alegría. Ya no sería igual.

—Es verdad. La familia que hemos formado es lo más importante que alguna vez he tenido. —acotó Olive y sonrió—. No tienen idea lo mucho que extraño a Garrett.

—Yo no tengo una familia. —mencionó Ronan—. Crystal era todo lo que me quedaba.

—¿Estás seguro que no tienes una? —dijo la chica.

—Bueno, hiciste un desastre con mi pastelería, y será difícil explicarle a las personas porqué eres azul pero... si nos ayudas a reconstruir el lugar y prometes no dañar a los nuestros... podríamos enseñarte la felicidad. —añadió Ned.

Ronan sonrió, y al hacerlo ambos pensaron que ya no quedaba nada de maldad en él. 

—Aunque así lo quisiera... debo llevar a Crystal primero.

—Bueno... nadie dice que tienes que venir ya. Vas a encontrarnos. —dijo Ned.

—Si, siempre estaremos en el mismo lugar. Es nuestro hogar. —Añadió Olive.

—El pie es hogar. La gente siempre retorna a su hogar.

Los tres observaron la belleza e inmensidad del universo frente a sus ojos.

En el bosque, Elizabeth despertó y lo primero que contempló fueron las finas y bellas facciones de Thranduil muy cerca de ella, la cercanía era tal que el cabello rubio y lacio del elfo rozaba el cuello de la humana haciéndole cosquillas. Aunque no era momento de reír. Thranduil miró directo a sus ojos mientras quitaba unas hojas de la almohada y esta observó el movimiento confundida. No recordaba haberse desmayado.

—Despertarte requirió medidas extremas. —El elfo se separó de la muchacha enseñándole las hojas—. Tu herida dejó de sanar, Liz, creí que te perderíamos esta vez. Ya lo solucioné, pero tendremos que ser muy cuidadosos.

Cara a cara | LEE PACE | EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora