¡Feliz navidad!
—Ve por él, Ned —ordenó Olive tomando un muñeco de felpa por la pierna y retirándolo de la tarta donde Thranduil lo había estrellado.
—¿Por qué yo? —Se quejó el pastelero.
—Porque es tu clon.
—Sí, pero... yo ya me disculpé por lo del árbol, que puede que sea una mala costumbre nuestra, pero con esto no tengo nada que ver. De hecho, no tiene nada de malo —explicó señalando el muñeco.
—Ned, él no lo ve así. Intenta explicarle para que pueda amoldarse a nuestras costumbres lo mejor que pueda —le aconsejó Elizabeth.
Thorin ingresó en la cocina algo molesto mientras ella terminaba de decir su oración.
—¿Cómo es eso de que Santa tiene elfos que le ayudan a hacer juguetes y envolver los regalos? Yo no quiero que ningún elfo toque mis cosas... Además, todos en la Tierra Media saben que los enanos somos los mejores para hacer juguetes. ¿Por qué contrataría elfos? ¡Es una falta de respeto! —expuso.
—Lo que es una falta de respeto, —añadió Thranduil ingresando nuevamente en la cocina detrás del enano—, es que nos describan de esa forma. ¡Mira ese muñeco! Yo no uso ese tono de verde tan llamativo ni llevo un gorro con cascabel. Esas horrendas capuchas son típicas de los enanos. Además ¿Ya viste su tamaño? Jamás ha habido un elfo tan pequeño. ¡¿Qué clase de tontería es esta?!
—Sí, Liz. ¿Qué es todo esto? —añadió Thorin inquisidor.
Ned le sonrió triunfante a Elizabeth.
—Intenta explicarles para que puedan amoldarse a nuestras costumbres lo mejor que puedan, Lizzie. —expresó con ironía y gracia.
La camarera bufó en torno a Ned pero rápidamente encontró algo que decir y vistió su mejor sonrisa.
—No son elfos, son duendes —inventó.
—Todos allá afuera están diciéndole elfos a esos muñecos —replicó Thorin señalando el elfo de tela cubierto de tarta y masa que Olive intentaba limpiar.
—Sí, pero no son elfos, son duendes —repitió Elizabeth sin perder la paciencia.
—Creí que los duendes eran malvados —acotó Ned por lo bajo y la humana le devolvió una mirada de reojo que pudo congelarlo. Aunque rápidamente encontró otra explicación.
—Sí, pero estos duendes están cumpliendo... condena por sus actos vandálicos. —Se le ocurrió—. Para pagar por sus travesuras, deben ayudar a Santa a construir juguetes. Los clones están llamándole elfos para fastidiarte, Thranduil. Es su venganza por el escándalo del árbol.
—¡¿Escándalo?! —chilló el elfo.
—Sabes que pienso lo mismo que tú, pero ellos aún creen que fue una exageración —dijo con una mueca comprensiva—. Respecto de los enanos, Thorin, —agregó bajando la vista hacia él—, creo que Santa no sabe de sus habilidades o los hubiera contratado antes. De todas formas es bueno tenerlo en cuenta en caso de que se quede sin duendes, ¿Verdad?
Thranduil y Thorin se miraron de reojo y asintieron serios.
—Y... ¿Ya escribieron sus cartas? —preguntó Olive para apoyarla. Ambos negaron con la cabeza—. ¿Qué esperan? Garrett pasará mañana temprano, el que no ponga su carta en el saco, ¡Se quedará sin regalo!
[...]
El vampiro ingresó en el Pie Hole haciendo sonar una campana bastante aguda y ruidosa. Llevaba un gorro rojo con pompón blanco en la punta, típico de navidad, y una antigua bolsa de correo color crema que cargaba sobre su hombro. A cada miembro de la familia que se cruzaba, le iba pidiendo que pusiera su carta en el saco.
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Cara a cara | LEE PACE | EN EDICIÓN
Fantasi¿Qué pasaría si descubrieras que el mundo está lleno de personas iguales a ti? Ned es un pastelero que lleva una vida tranquila pero diferente. No solo posee una gran habilidad para crear deliciosas tartas sino que también posee un don, puede volver...