El médico hace las últimas anotaciones.
— Perfecto. Cada día mejor — Sonríe y me da una palmada en la espalda. — Al parecer retomar tu rutina diaria te hizo muy bien.
Dice y miro a mi madre con burla recordándole que era ella quien no quería que yo vuelva a hacer mi vida habitual.
— ¿Entonces sigo dándole sus medicamentos?
— Si, pero vamos a bajar la dosis. ¿Ya no sufres tanta jaqueca verdad?
Me pregunta y asiento sin explicar que los dolores aparecen de vez en cuando, como una fuerte puñalada en la sien. Hace las anotaciones correspondientes, nos despide hasta el próximo chequeo y salimos del consultorio.
Me mantengo callado sin decir ni una palabra mientras caminamos hacia donde mamá estacionó el auto. Llegamos y ella abre mi puerta, subo y la espero pensando en que no quiero volver a oírla repetir lo mismo siempre.
— Deberías haberle contado sobre el episodio que tuviste hace unos días, no puedes estar sin medicación, aun no estas bien. Gritar en la calle como dijo tu amigo que hiciste y que una ambulancia deba traerte hasta casa no creo que sea nada normal. — Recuerda el episodio de la semana pasada en la tienda de Milshake, incluso cuando en verdad nunca lo olvida.
Pone en marcha el auto y emprendemos viaje. Me recuesto en el asiento e intento no escucharla.
— Volviste a tener alucinaciones.
— Ya te he dicho que no fue una alucinación. — Retruco sin mirarla a la cara. Sólo miro por la ventanilla.
— Si lo fue.
— ¡No! Solo vi a mi amigo Josh, el que manejaba la moto cuando tuve el maldito accidente. — Insisto con mi hipotesis de la historia. Necesito más respuestas de las que puede o quiere darme. Golpea el volante del auto al escucharme.
— ¿Cuantas veces tengo que explicarte que no te caíste de ninguna moto? Chocamos en la carretera con el auto ¿Es que no me crees?
— ¿Por qué nunca me dijiste que fue en Amsterdam? — Pregunto pero esta vez mirándola fijamente. Abre grande los ojos pero no me devuelve la mirada. Sólo maneja.
— ¿Quien te dijo eso?
— ¿A caso importa? ¿Fue en Amsterdam o no?
Duda unos segundos para responder.
— Si.— Practicamente murmura.
— ¿Por qué no lo dijiste antes?
— ¿Y en qué cambia la historia? El accidente existió, no importa donde haya sido.
Suspiro y vuelvo a recostarme en el asiento, observo las frias calles de Londres detenidamente por la ventanilla. Espero varios minutos.
— Siento que me ocultas cosas. — Confieso sin miedo. Ella solo permanece callada por varios minutos. Suspira profundo antes de hablar.
— No entiendo porque lo dices. Pero no interesa. Se muy bien cuanto sufrí por verte en esa cama de hospital al borde de la muerte. Luchamos juntos para que la vida te de una segunda oportunidad. Si crees que desconfiar de mi es tu forma de agradecer, adelante, hazlo. No me duele, simplemente me alegra vivir esta clase de cosas cuando creí que te perdía para siempre.
Estaciona el auto en la puerta del mercado, se baja y yo me quedo allí sentado, aún mirando por la ventana. Supongo que mi silencio vale más que mil palabras.
Llegando a casa lo único que hago es ir a mi habitación y llamar a Amy. Necesito hablar con alguien que no me haga sentir más confundido de lo que estoy. Atiende y se sorprende al escuchar mi voz. Se nota muy feliz de poder hablar conmigo otra vez, como en los viejos tiempos, como lo poco que aún podía recordar sobre ella y nuestra amistad.
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Where Are You Now - (Gosh Cuthley fanfiction)
Fanfiction— En serio. Necesito ver a Josh. Reclamo con enfado. Ella pasa su mano por mi cabello. — George, Cariño. No se quien es Josh. No se de que hablas. Tuvimos un accidente de tránsito hace casi un mes y te golpeaste muy fuerte la cabeza. Estuviste dormi...