Cobarde.

439 35 4
                                    

GEORGE'S POV

Se que es una gran idiotez, pero aún así estoy allí parado, sosteniendo un vaso de ponche que jamás probé, entre mis manos, usando esa horrible camisa celeste, esa corbata azul y esos ajustados pantalones negros. Parezco un tanto idiota, o quizás lo soy del todo, el punto aquí, aparte de mi ridículo vestuario es el hecho de estar en un lugar en donde no me siento cómodo, pero al que no pude negarme a venir ya que Amy, Tina y Katt creen que la mejor idea es que intente socializar con la gente otra vez, en nada mas ni nada menos que un multitudinario baile de graduación.

Desastrosa idea.

Las observo bailar un tanto desquiciadas mientras suena su canción favorita, o al menos eso gritaron las tres al mismo tiempo antes de salir corriendo hacia la pista. Mujeres. Nunca podré entenderlas. ¿Será por eso que aun no logro sacar de mi mente a Josh? El simple hecho de pensar en él me produce escalofríos y al mismo tiempo calor. Recuerdo sus brazos apretándome tan fuerte contra su cuerpo y no puedo hacer otra cosa más que comenzar a sudar y sonreír como estúpido. Algo nos une y me encantaría saber si él alguna vez tuvo ese mismo sueño que yo, o si en algún momento lejano creyó que mi rostro era familiar o si al menos mis torpes actos lo llevaron a pensar que nos conocíamos de algún otro lugar. Sin embargo por más conjeturas que saco no logro obtener respuestas y siempre regreso al principio de la historia, en donde soy un loco enamorado de una persona que no conoce. 

— ¡George! ¡Ven! ¡Vamos a bailar! — Amy me toma del brazo y me arrastra hacia la pista con ellas.

Intento negarme usando como excusa mis pésimas técnicas de baile, pero es en vano porque me encuentro en medio de tres adolescentes que no dejan de saltar sin parar al ritmo de una canción de Justin Bieber. Bailo utilizando los mismos movimientos que un tronco y sostengo mi vaso de ponche. Me siento el tío borracho de la fiesta por mas que ni una gota de alcohol haya llegado a mi sangre, ni ahora ni nunca. Comienzo a escapar de su trampa y en uno de sus descuidos salgo de allí rápidamente. Choco con alguien más, volcando toda mi bebida en su impecable remera blanca. Ni si quiera puedo mirar su rostro ya que comienzo a disculparme con toda la vergüenza agolpada en mis mejillas.

— ¡Lo siento! ¡Lo siento! — Intento limpiar desesperadamente la mancha roja con mis manos, y al tocar su abdomen me doy cuenta de quien es.

— George Shelley. — Dice y comienza a reír, restándole importancia al accidente.

— Josh. Lo siento. De verdad. No quise

— Esta bien. Lamento que ya no tengas ponche ¿Quieres del mio? — Me ofrece su vaso. Niego levantando un poco la mano y moviendo mi cabeza.

— No. Gracias. No me gusta el ponche. 

Me mira y hace un gesto de no escucharme muy bien, y lo entiendo, la musica es ensordecedora.

— Que no me gusta el ponche. — Repito y se acerca a mi para oírme mejor. Mi respiración se acelera — El ponche. No. No. No me. Gusta

Mis palabras salen como pueden de mi boca y me doy cuenta que chocan entre si. 

— La musica está muy fuerte. No te escucho. Ven conmigo — Señala hacia un costado con un movimiento de cabeza. Le da un sorbo a su trago y comienza a caminar.

Sigo sus pasos entendiendo que eso es lo que él quiere. Poco a poco nos vamos alejando de todos, el ruido y las luces disminuyen, hasta que llegamos al gran patio trasero. Sólos. Josh y Yo.

JOSH'S POV

Me gustaría entender porque estoy haciendo esto. Porque busco un momento de intimidad con George, lejos de esas miradas acechadoras. Pero aunque no le encuentre razón alguna, invento una estúpida escusa como la musica muy alta y lo llevo hasta el inmenso patio que separa a la muchedumbre de la tranquilidad de una noche estrellada. Me siento en una de las escalinatas y él hace lo mismo.

— ¿Asi qué no te gusta el ponche?

Me observa y frunce el ceño al escuchar mi pregunta.

— ¿Entonces sí escuchaste lo que dije ahí dentro? — Descubre mi mentira de inmediato, demostrándome que no por nada es uno de los promedios más altos de la escuela.

Sonrío nervioso y le doy otro sorbo a mi vaso casi vació. 

— Bien. No quería estar ahí dentro. Me aburre.

— ¿Y no has traido a tu novia para divertirte? — Pregunta y fijo mis ojos en él.

Me encanta como siempre que puede me recuerda que soy un chico con compromisos, atado a una mujer que sinceramente no me interesa, no desde que él apareció en mi camino. Debería asustarme al respecto, sin embargo algo en George me transmite paz, tranquilidad. 

— Becca está de viaje con sus padres durante este fin de semana. — Comento como si realmente importara que es lo que hace ella con su vida.

Asiente al escucharme. Ambos permanecemos en silencio. Termino de tomar lo ultimo que queda en mi vaso. Lo arrojo al suelo y suspiro. Lo observo por unos segundos hasta que me doy cuenta que esta vestido como si fuera Domingo y volviera de la Iglesia. Sonrío y él se percata de eso.

— ¿Qué? ¿Qué sucede? ¿Qué tengo?

— Linda corbata. — Digo con sarcasmo. Lo veo sonrojarse tanto que parece incendiarse. 

— No seas tonto. — Se cruza de brazos con enfado — Es mi ropa de ocasiones especiales.

— ¿Ocaciones especiales? 

— Si. No molestes.

— ¿Y qué tiene esta ocación de especial?

Vuelve a fijar sus ojos en mi. Jamás me había percatado de eso, pero el color avellana de estos suele ser aun más claro cuando la luz refleja en ellos. Observarlo fijamente durante unos segundos podría hacer que cualquiera se pierda en su mirada o se vea envuelto en sus largas y arqueadas pestañas. Trago saliva.  No quiero admitirlo pero George me atrae. Me gusta. Me encanta. Y tampoco puedo evitarlo, en el momento en que me siento tan cerca de él que creo respirar su propio aliento a menta y chicle. Es necesario que estemos asi, frente a frente, pero es aun más necesario sentir sus labios en mi, por eso lo beso y él no se resiste a esta atracción mutua. Primero es algo tan tímido que resulta imperceptible, hasta que sus manos jalan de mi camisa a cuadros y me empujan hacia su cuerpo. Tomo su pequeño y delicado rostro entre mis manos y no dudo ni un segundo en abrir un poco más mi boca para dejar que nuestras lenguas choquen y jueguen, como si se conocieran de memoria, como si ya hubieran existido miles de estos besos entre nosotros, como si nuestros labios estuvieran hechos para ser uno solo. Pero. Algo anda mal. Y no es que no lo este disfrutando, pero el miedo aparece otra vez haciéndome apartar de él. Lo miro y veo como sonríe y está a punto de decir algo, pero no quiero escucharlo, porque se que esto esta mal. No puedo estar con un chico. No puedo besar a un chico. No puede gustarme un chico.

No puedo ser homosexual.

Se que está muy mal hacerlo, pero no veo otra salida mas que levantarme de las frías escalinatas y básicamente huir de allí, dejando a George detrás de mi, llamándome varias veces intentando hacerme regresar, pero no sucede. No puedo voltear si quiera a verlo. Soy un cobarde que huye de sus propios sentimientos en medio de la noche, con un dolor de cabeza intenso que trae a mi mente imágenes inexplicables.

Where Are You Now - (Gosh Cuthley fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora