JOSH'S POV
Es una enorme habitación oscura. Tétrica y escalofriante. Sólo hay en ella una enorme puerta marrón que me despierta intriga ¿Qué esconde detrás de ella? Necesito averiguarlo. El dolor de cabeza es inmenso, mi pecho parece oprimirse de una manera estrepitosa. El aire comienza a escasear pero aún así saco fuerzas de quien sabe donde y camino hacia mi objetivo. Comienzo a sudar al poner mi mano sobre la perilla. Estoy dispuesto a abrir esa puerta misteriosa, lo hago sin dudarlo. Sólo hay aún más oscuridad detrás de ella, como si fuera un enorme agujero negro que intentara succionarme hacia él. De pronto, en un santiamén, George aparece frente a mi. Me asusto al verlo, me toma por sorpresa su presencia, pero algo en él es completamente extraño y aunque no está a simple vista, puedo sentir que nada es como siempre. No me atrevo a decir ni una palabra, porque antes de que siquiera pueda emitir sonido alguno, él me toma del brazo con fuerza.
— Tienes que venir conmigo Josh. — Dice y siento sus dedos clavarse en mi brazo izquierdo.
Niego moviendo la cabeza, ya que del miedo, apenas puedo hablar. Él insiste y sus ojos perdidos ahora son de un color rojo intenso. Intento soltarme pero tiene una fuerza sobre humana. Su voz se torna gruesa y fuerte.
— Vas a venir conmigo. — Sentencia y su cara se transforma en lo más monstruoso que jamás había visto en mi vida.
Sus dientes como colmillos, sus dedos son como garras y ahora, de lo que alguna vez fueron unos preciosos ojos color avellana, caen lágrimas de sangre. Espesa y oscura sangre roja.
Grito. Grito desesperadamente. Hasta que despierto bañado en sudor. ¿Qué clase de horrorosa pesadilla fue esa? No lo se y tampoco creo estar muy seguro de querer saberlo. Solo tengo la precisión de que George llegó a mi vida para volverme loco, para hacerme sentir cosas que jamás he sentido por nadie, para hacerme tener esa constante sensación de conocerlo de toda la vida, de haberlo hecho mío ciento de veces, pero aun así no lo recuerdo. No lo conozco y eso me aterra. Un escalofrío recorre mi cuerpo de solo pensar en él, en sus ojos acechandome cómo si yo fuera su presa, en su forma casi inconsciente de seducirme, de arrastrarme junto a él hacia la confusión, hacia la duda de no saber quienes somos pero al mismo tiempo querernos desesperadamente.
Miro el reloj. 6am. De nada me sirve dormir ahora cuando en una hora debo estar alistándome para ir a la estudiar. Por más que intentara cerrar mis ojos jamás lograría sacar de mi mente esa imagen de George convirtiéndose en monstruo, en un ser maligno que lo único que busca es empujarme a la oscuridad de sus pensamientos. Se que resulta imposible creer que él pudiera ser la misma persona de mis pesadillas, pero ¿Y si en verdad fuera así? ¿Y si realmente él fuera mi llave hacia la perdición?
Camino lentamente esas cortas cuadras de mi casa hacia la escuela. Es increíble pensar que hace unos meses este lugar me resultaba increíble. Era el nuevo chico de la ciudad, el más popular en cuastión de días y el más afortunado por tener a una mujer como Becca a mi lado. Sin embargo, desde la aparición de George, todo, absolutamente todo cambió rotundamente. Hoy esta ciudad me resulta espantosa, solo quiero escapar de todo y de todos. Quiero dejar de tener esas recurrentes imágenes en mi mente en donde todo es dolor y tragedia. Como si la herida de mi frente aun ardiera de angustia y provocara en mi esa jaqueca incurable.
Y es allí cuando veo a George a lo lejos, sosteniendo sus libros con ambas manos, mientras se encuentra rodeado de su típico grupo de amigas que me miran como si yo fuera la peor basura de ese diminuto espacio lleno de apurados estudiantes que llenan los pasillos con risas, gritos y empujones. A pesar de estar lleno de gente al único que veo es a él, a él y a sus ojos que no se apartan de mi ni por un segundo, a sus labios que hoy sólo me recordaban a que sabían los errores, los malos actos y equivocaciones. Después de nuestro beso de la noche anterior, sabía que algo más nos unía sin siquiera quererlo, pero era totalmente inevitable no sentir culpa al respecto. No podía dejar de pensar en que todo esto era un grandísimo error. Una falla en mi sistema. Un camino equivocado. Meto en mi casillero algunos libros y me preparo para mi primer clase. Sus mirada sigue fija en mi, lo cual me resulta incómodo, pero necesario. Camino hacia él y no porque así lo desee, si no porque sin quererlo (o queriendo) se encuentra parado a un costado de la puerta del salón de clases. No pretendo decir nada al respecto, no pretendo saludarlo y no porque esté enfadado, si no porque ni yo mismo se que me sucede. Necesito tiempo. Necesito espacio. Baja la mirada al tenerme a su lado, al parecer no es su intención tampoco saludarme y eso me hace sentir alivio. Paso por alto su alta figura, sus rizos alborotados, su perfume tan adictivo por más que me cueste tanto hacerlo, y siento su mano meterse en el bolsillo de mi chaqueta. No voy a voltear, no voy a mirarlo a los ojos, porque se que perdería sin dudarlo. Camino nervioso hacia mi banca, me siento y ahora si miro hacia la puerta. George ya no está allí. Parece que lo único que buscaba era dejar en mis manos esa nota que puso en mi bolsillo. La abro con disimulo.
"Se que estas confundido al igual que yo, pero estoy dispuesto a contarte la razón por la cual no puedo apartarme de ti. Sabes donde vivo. Si algún día quieres escucharme allí estaré esperándote."
Doblo de nuevo el papel y vuelvo a meterlo en mi bolsillo. No necesito que nadie me explique nada, porque no hay nada que explicar. Aun así me intriga saberlo, pero no ahora, no en este momento en donde solo necesito que mi mente pare de traer a mi esas imágenes en donde George y Yo escapamos de algo incierto.
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Where Are You Now - (Gosh Cuthley fanfiction)
Fanfiction— En serio. Necesito ver a Josh. Reclamo con enfado. Ella pasa su mano por mi cabello. — George, Cariño. No se quien es Josh. No se de que hablas. Tuvimos un accidente de tránsito hace casi un mes y te golpeaste muy fuerte la cabeza. Estuviste dormi...