Después de lo que su madre le había contado, Marco no podía hacer otra cosa que no fuera pensar en ello. Podría parecer una locura, pero al fin y al cabo, su vida también lo era. ¿Qué más daba?
Solo subió a su cuarto e intentó dormir, aunque aquello fue imposible...
— Meses más tarde... —
Empezó el día. Marco siguió su rutina diaria... Diablos, nunca había pensado en ello, pero era muy aburrida...
Bajó a desayunar. Lo hizo callado y con calma, como todos los días. Al terminar, dejó su tazón y la cuchara en el fregadero, más tarde lo limpiaría.
Preparó sus cosas y marchó a clase. Ya comenzaba a hacer calor, el invierno había acabado. Sus pantalones y zapatillas eran de color negro, mientras que su camiseta era gris. Hacía sol, lo cual hacía que su ojo oscuro se viera un poco más claro, mientras que el azul era casi blanco.
Todo había seguido su curso normal durante esos meses. Su ojo seguía viendo lo mismo en las personas, aquel reloj de arena que él tanto odiaba. Pero quizás se estaba acostumbrando. De vez en cuando la arena caía a más velocidad, pero otras veces no. Era lo único que no entendía. Calypso también seguía apareciendo para descolocar su mente.
Llegó a clase, con la única persona que mantenía contacto era con Eli. Víctor, Lucas y Diego habían dejado de hablarle definitivamente, se habían cansado de él. Le dolía, pero era lo que había estado buscando todo ese tiempo.
Eli siempre se solía sentar a su lado, aquel día también lo hizo. No intercambiaron palabras, pero sí miradas. Miradas de esas que lo dicen todo sin necesidad de que hubiera palabras de por medio.
La relación entre ambos se había estrechado ligeramente. Eli iba a visitarle a menudo y Marco siempre la recibía con una sonrisa. Quizás era una de las pocas personas que le entendía, y eso era algo que Marco valoraba muchísimo. Se sentía bien con ella. Puede que incluso sintieran una atracción mutua, lo cual a Calypso no le gustaba nada.
La clase avanzaba, llevaban media hora cuando a Marco le entró una mala sensación que le hizo voltear la cabeza. Miró a Lucas, su reloj estaba casi vacío. Marco abrió mucho los ojos al tiempo que su corazón comenzaba a latir a gran velocidad, ¿qué estaba pasando?
Entonces, tras Lucas apareció Calypso con una sonrisa. Pero no una sonrisa dulce, sino una sonrisa siniestra, malvada. Casi podría salírsele de las mejillas.
Lucas le devolvió la mirada a Marco, serio. Unos segundos después, comenzó a convulsionarse y a emitir ruidos extraños por la boca, como si le estuvieran asfixiando. Escupía una especie de espuma y siguió convulsionándose hasta que cayó al suelo.
Toda la clase comenzó a gritar. Víctor, Diego y Eli se levantaron corriendo de la silla cuando vieron lo que sucedía al tiempo que el profesor se acercaba también, mientras llamaba al número de urgencias por teléfono.
"Es inútil."
Escuchó Marco, que estaba sentado con los ojos muy abiertos y la piel totalmente blanca.
"No pueden hacer nada. Está muerto."
Marco observaba todo: sus compañeros asustados, Víctor y Diego intentando reanimar a Lucas, Eli llorando... Y Calypso tras ellos, con la misma sonrisa en la cara.
La peliblanca se giró para mirar a Marco.
— Esto es solo culpa tuya.
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¿Solo?
FantasiaMarco no encaja. Nunca lo ha hecho, en realidad... A pesar de ser un joven común con gustos comunes que compartía con otras personas, siempre se ha sentido distinto a ellos. Comúnmente diferente. Quizás es porque ve cosas que otros no ven. Qui...