Capítulo 9 ~ Rebim

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Hubo un silencio incómodo. Sophie nos miraba a los dos, pasando de la preocupación a la cara insensible que solía adoptar. Él, en cambio, sonreía. Yo sólo trataba de mantener la calma, mirando al suelo con los ojos cerrados.

— ¿Sabes que es la Alianza, chico?— me dijo el hombre. Levanté mi mirada para mirarle directamente a los ojos.

— No sé si realmente quiero saberlo, después de todo esto — afirmé—. Sé que tiene que ver con la corrupción, con la guerra, con el reino... sé que queréis cambiar las cosas, pero también he visto cómo tratas a quienes te siguen, y si te digo la verdad... no sé por qué obedecen a una persona déspota como tú —. Escupí esas palabras, quedándome bastante a gusto.

La tensión entre ambos se incrementó. Sophie se separó un poco de nosotros, seria, mientras que Crist entornaba los ojos, fijos en mí. Hizo una mueca para luego sentarse de nuevo en la silla, apoyando uno de sus codos en los posa brazos de la misma, dejando caer el peso de su cabeza en su mano mientras su mirada se perdía en la pared rota.

Mi sangre se había secado. Respiraba pesadamente, cansado. Sin embargo, no podía tambalearme, no podía dejar que aquel "Crist" viera mi debilidad, no le iba a dar ese placer. Miré yo también la pared que había roto junto al gran hombre. Me fijé en que esa misma pared era distinta a las demás: estaba construida con una fina madera, reforzada con finas columnas también del mismo material, mientras que las otras paredes estaban construidas con piedra maciza.

Entorné los ojos, pensativo.

¿Habrán construido esa pared a propósito para que alguien la rompiera?

—La Alianza... fue creada hace años por varios hombres, en concreto cinco, bajo el nombre de "Rebim". Cada uno controla uno de los cinco condados del reino, preocupándose de que ninguno de los Cortesanos abusen de su poder o se vuelvan corruptos. Si esto llegase a suceder, ellos actuarían en consecuencia según su mejor criterio.

» Poco a poco la voz de Rebim fue echando raíces en los pueblos y en las pequeñas ciudades, pero no era suficiente... la corrupción ya era más que palpable, la decadencia del reino era ya inevitable, éramos tan pocos...

» Fue entonces cuando uno de los cinco se alzó frente a los otros cuatro, tratando de cambiar el curso de la historia, tratando de cambiar la forma de actuar de Rebim. Y ese quinto lo consiguió. Consiguió lo que nadie hubiese pensado. Logró que Rebim calase en las ciudades, siendo conocido por su atrocidad, por la violencia con la que luchaba contra los Cortesanos.

» Fue gracias a eso que cada vez reuníamos a más y más personas que querían luchar por la causa, por nuestros valores... que si bien no eran los más honorables, nos hicieron ser temidos por los Cortesanos y aclamados por el pueblo. Los primeros seis meses de nuestra nueva existencia fueron los más atroces. Ninguno de los otros cuatro hombres quería seguir así.

» Entonces comenzaron las negociaciones entre ellos mismos y el quinto. Así se formó la actual Alianza. La Alianza que vive ahora y que se alza más fuerte que nunca, siendo un poco más pacífica... pero siendo también sangrienta. Así nos convertimos en asesinos de Cortesanos, de aquellos que atentan contra la seguridad de nuestros ciudadanos, de nuestros compañeros, de sus familias, de nuestras familias... de todo aquello que queremos. Del reino...

Tras las palabras que Crist acababa de decir, hubo un sepulcral silencio, que sólo se rompió con sus nuevas palabras.

—Es por eso mismo que necesitamos gente preparada como tú, que ama el reino, que amó lo que fue y que aborrece lo que es hoy en día. Y es hoy y no mañana cuando debemos actuar. La Alianza necesita guerreros preparados, capaces de sobrevivir a los grandes secuaces de los Cortesanos, como el que acabas de matar tan sólo con un garrote...— Los tres miramos el cuerpo inerte del hombre que había matado con tanta crueldad. Crist terminó su discurso. — ¡El futuro es hoy!

La sombra de él.Where stories live. Discover now