Tras ducharnos todos con una esponja húmeda, bajamos a pedir algo de cenar. El posadero nos pidió que comiéramos en nuestros aposentos sin armar ningún tipo de jaleo. El hombre tenía miedo. No podíamos reprocharle nada. Asentimos abatidos y subimos con nuestros platos de comida.
No es que se pudiera decir que la comida estuviera buena. Era una sopa con escasos y diferentes vegetales que nadaban por el agua verdecida. Tenía poco sabor, y pude asegurar que no era ni mucho menos bueno. Pese a ello, nadie se quejó. Comimos en silencio agradecidos por el calor que nos proporcionaba.
Al terminar, apilamos nuestros platos todos juntos y uno de nosotros los bajó.
Sophie miraba por la ventana, mientras que Evey se intentaba acomodar en una de las incómodas, húmedas y frías camas. Robert volvió con rapidez, quien suspiró cuando cruzaba la puerta.
—El perro... —Susurró tan bajo Sophie que casi ninguno de nosotros pudo entender que decía.
— ¿Qué dices, Sophie? — Reclamó Evey, quien la miraba con una ceja alzada.
La primera de ellas se nos acercó y se sentó al lado de Evey, animándonos a aproximarnos y coger asiento cerca para escuchar lo que acababa de descubrir.
—El perro, chicos — nos miró a todos un poco entusiasmada por su descubrimiento, pero nosotros no acabábamos de entender a dónde quería parar —. El perro estaba con él. Y justo cuando llegamos... le ató algo al collar.
Todos menos Robert abrimos los ojos como platos cuando recordamos aquel momento: el hombre sonreía mientras le ataba en el collar algo a su perro gris.
—La verdadera información... ¡la tiene el perro! — afirmé con firmeza.
Evey y Robert se miraron dubitativos para luego mirarnos a Sophie y a mí como si acabásemos de decir algo fuera de lugar o algo estúpido.
— ¿Por qué iba a hacer eso nuestro informante? — Preguntó Evey.
Sophie y yo bajamos nuestras cabezas, sin saber que responder, cuando Robert, que había estado pensativo se decidió a contestar.
—Porque sabía que lo iban a matar.
Inmediatamente, un silencio incómodo se instauró en la habitación y el pesado aire se hizo tenso, haciendo que cada respiración fuera más difícil.
—Tiene sentido. Pensarlo, ¿por qué sino le iba a dar los papeles al perro? — empezó Sophie —. Sabía que alguien lo mataría cuando nosotros fuéramos a verle, por eso no quería tenerlos físicamente — hizo una pausa y todos reflexionamos sobre sus palabras —. Lo único que no sé es por qué sabía que lo querían matar.
— ¡Basta ya! — Estalló Evey —. No quiero escuchar más. ¿De verdad creéis que un perro los tendrá? A aquel animal le calló un puesto encima y no lo hemos vuelto a ver. ¡Ni siquiera es seguro que tenga la información que necesitamos! Además, a saber dónde está, ¡si es que sigue vivo!
Evey tenía razón... pero no podíamos quedarnos de brazos cruzados. Debíamos hacer esta misión y volver cuanto antes a la base, que corría un peligro inminente.
Corre peligro...
—Tampoco deberíamos demorarnos mucho — Empecé a decir —. Crist y los demás corren peligro... ya tenemos un retraso de un día en esta misión, por no decir que el enemigo sabe que vamos detrás de él y es más que probable que nos espere una emboscada o algo similar cuando queramos matarle.
Robert y Sophie asintieron mientras masticaban la información que todos estábamos compartiendo. Sólo Evey, molesta, seguía sin cambiar su semblante.
![](https://img.wattpad.com/cover/92754524-288-k470531.jpg)
YOU ARE READING
La sombra de él.
AdventureÉl lo tuvo todo en sus manos para perderlo, acabando por ser el "estercolero". Pero eso pronto cambiaría cuando decidió coger las riendas de su destino y cambiar el reino que una vez tanto quiso.