Capítulo 19 "Aprobado"
Alba
La mañana estaba nublada y según el noticiero, había probabilidad de lluvia.
Por las dudas metí unas bolsas dentro de la mochila para que la carpeta no se mojara.
En el desayuno hubo un silencio tenebroso, Lucas y mi papá estaban hablando sobre el auto que iban a comprar al final del año escolar. El trato era que mi hermano pasara de año sin materias y si yo quería una moto, aseguró mi papá, debía levantar las materias bajas.
Mi mamá aportó su opinión con una ceja levantada y una mueca.
Decidí no prestarle atención y le prometí que iba a tratar de hacer lo posible para no llevarme ninguna materia.
La idea de no tener que esperar el autobús todas las mañanas, me sonaba a paraíso.
Tomamos los libros y las mochilas y salimos rumbo a la escuela.
Antes de cerrar la puerta, escuché como mi mamá le decía a mi papá:
- Seguí así y va a seguir haciendo lo que ella quiere, siempre cumpliendo sus caprichos…
Cerré de un portazo antes de seguir escuchando sus opiniones sobre mí.
Lucas, que también había escuchado, me removió el cabello tratando de hacerme olvidar de la conversación.
Suspiré. La pelea con mi mamá parecía no tener fin.
La tarde anterior lo único que hizo fue gritarme y hablar sola sin escucharme.
Si esa era su forma de arreglar las cosas estaba muy equivocada.
Sentimos unos pasos de atrás.
Sereia apareció con su uniforme arrugado.
Me sonrió radiante como siempre.
- Qué raro verte acá, pensé que iban en auto siempre.
Sereia hizo una mueca.
- Así era, pero a Izan se le ocurrió que no quería venir a la escuela – explicó – pero me lo dijo cuándo recién me levantaba, por lo que no tuve tiempo para nada.
A no ser por su uniforme sin planchar, parecía como siempre; con el pelo lacio bien peinado y la cara perfecta de siempre.
Me encogí de hombros.
- Yo creo que no vino por lo que pasó ayer con Al….
La fulminé con la mirada y le dije entre dientes un “Cállate”
Pero ya era demasiado tarde para ignorar su comentario.
- ¿Qué pasó ayer? – preguntó Lucas
Las ganas de matar a Sereia eran miles, pero me contuve recordando que era un nánfade, por lo cual matarla no estaba disponible para un simple humano.
- Nada – respondí cortante.
Lucas sacó una factura con crema de la mochila y de un bocado la devoró. Pareció olvidar lo de recién
Mientras mi hermano masticaba, Sereia me miró con cara de perdón.
Rodé los ojos y le resté importancia.
Antes de subir al autobús, vi un movimiento entre los árboles del bosque que daban justamente frente a nosotros.
Traté de enfocar bien la mirada entre los árboles gigantes pero un empujón de Lucas me hizo subir.
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Izan y el secreto de los nánfades [Sin editar]
Novela JuvenilLa vida de Alba es aburrida y rutinaria. Todo cambiará cuando sea salvada por un ser mágico, que solo ella vio. Desde ese momento su vida comenzará a ser totalmente distinta. Un amor que va más allá de las profundidades.