Capítulo 18

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Clínica St. Louis

Candy daba cabezazos en su silla, a la cuarta cabezada se irguió, sacudió la cabeza y luego se frotó los ojos. Largó un bostezo y llevó la mirada hacia la cama. Su hermana mayor dormía, su pecho se elevaba, su piel pálida y enfermiza brillaba un poco y el suero goteaba hasta la intravenosa que llevaba en el pliego interno del codo.

Candy se inclinó, tomó la mano de su hermana y la besó. Sintió las lágrimas picándole los ojos y la rabia apretujándole el pecho. Pensó en Michelle. Pensó en las palabras de Richard. Pensó en el abrazo de Michael. Pensó en sus padres.

Soltó la mano de su hermana, se levantó de la silla y comenzó a caminar por la habitación. Pensando, pensando, pensando.

—Señorita Jensen, buenas tardes —la saludó la enfermera como si fuera pleno día de primavera y su hermana no estuviera siendo consumida por la leucemia.

—Buenos tardes, Dolores. —«Excelente nombre para una enfermera» Pensó Candy mientras se frotaba el rostro.

—¿Sabes si tus padres van a venir hoy? El Doctor quiere hablar con ellos.

—¿Encontraron un donante? —preguntó de inmediato Candy. La enfermera reguló el suero, y luego preparó una inyección mientras sacudía la cabeza.

—No lo creo, cariño. En todo caso, avísales a tus padres. Los hemos estado llamando y no han contestado.

Candy asintió. Cuando la enfermera salió, se acercó a su hermana, le besó la frente con cuidado de no despertarla y le susurró.

—Te amo, Julie.


Un día decembrino. El cine.

La gran pantalla del cine mostraba a un súper héroe y un villano riñendo entre ellos. La noche anterior cuando Jane llamó a la casa Donovan y habló con Joshua sobre su invitación a ver una película, él supo de inmediato que tenían que ir a ver Batman del futuro: El regreso del Joker. Y así lo hicieron a la tarde siguiente. Se encontraron en la entrada del cine, se saludaron con un simple hola, pagaron la entrada, compraron palomitas y refrescos y luego se sumergieron en el mundo ficticio de los súper héroes.

Jane se preguntó cómo sería el mundo si todo fuera como en la película. Héroes y villanos. Bien y mal. Se metió un puñado de palomitas en la boca y le lanzó una mirada fugaz a Joshua. Él estaba absorto en la película. Casi no parpadeaba y el refresco entre sus manos seguía intacto. Jane se inclinó hacia él, tragó las palomitas y le susurró.

—¿Te atreves a llamar pacotilla a Spiderman? ¿Batman, en serio? —Joshua sonrió, pero sus ojos no lo acompañaron. Tampoco su voz. Jane se había acostumbrado a sus réplicas graciosas y locas, pero esa vez no hubo nada de eso, solo silencio—. Ey, ¿está todo bien? —Joshua la miro, asintió y miró de nuevo la enorme pantalla.

Salieron una hora después, en silencio y con un grupo de niños pisándoles los talones y que muy animadamente comentaban escenas de la película. Jane miró a Joshua de nuevo, él no lo notó. Ella largó un suspiro bien intencionado, se cruzó de brazos y dijo.

—Y bien, Donovan. ¿Por qué tanta seriedad? —Joshua se encogió de hombros. Jane se detuvo, él se giró a verla—. Si no querías venir me lo hubieras dicho. Te recuerdo que tú me invitaste primero. —Joshua asintió.

—Lo sé. Disculpa, no he sido una buena compañía hoy. —Se alisó el cabello de la parte trasera de la cabeza—. Disculpa, Jane. —Ella se acercó, tomó sus manos y con una sonrisa le aseguró.

[[PAUSADA]] Ugly [El monstruo del instituto Rivers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora