Aquello era un hervidero de descontrol. Por donde se metiera la nariz olía puramente a cerveza. Michael comenzó a dudar de haber ido. Aun no entraba a la casa y ya podía vislumbrar el desastre juvenil. Un montón de autos deportivos estaban aparcados en la entrada. Uno de los jugadores de baloncesto bebía cerveza de un vaso color naranja y la chica frente a él contoneaba sus caderas al ritmo de la música que salía de la casa. Joshua lanzó una mirada por encima del hombro y se rió al ver la expresión en el rostro de su hermano.
—¿Todo bien, James? —Jane se giró instintivamente, lo que provocó que la ira de Michael aumentara un par de grados más.
—¿Te sientes bien?
—¿Por qué no habría de estarlo? —inquirió Michael fingiendo estar tranquilo. Como si todo aquel lío fuera común para él. Todos se habían detenido en la entrada de la vivienda y le veían. Michael comenzó a enfadarse en serio—. ¡Dejen de verme así! Entremos.
Y antes de que volvieran a decirle cualquier cosa que lo hiciera sentirse un niño, se encaminó a la entrada. Joshua meneó la cabeza con una sonrisa; Jane y Richard los siguieron. Acababan de dar tres pasos en el interior de la casa, cuando una Michelle Brown visiblemente ebria los saludó.
—¡Ey! Hola. —Le dio un sorbo al vaso color verde que llevaba en la mano y que todos intuyeron era cerveza—. Siéntanse como en su casa. La cerveza esta por allá. —Se tambaleó al girarse hacia la cocina para señalarla. Cuando se volvió hacia ellos, casi cae de bruces al suelo, pero logró mantener el equilibrio—. Bienvenidos. ¡Ey! —Entrecerró los ojos mientras observaba a Richard—. Yo te he visto antes. —Richard se rascó la punta de la nariz, escondiendo una risa.
—Sí, estoy en tu clase de Biología.
—¡Oh pero claro! ¡Ah! Lo que me recuerda, creo haber visto a la niñita esa que se sienta contigo, una tal, una tal, una tal... —Michelle cerró los ojos intentando recordar, movía la mano con que sostenía su vaso y un poco de cerveza se volcó, Michael dio un paso atrás para evitar ser empapado con el líquido etílico.
—Violet —le recordó Richard. Michelle abrió los ojos y sonrió con amplitud.
—¡Esa! Anda por ahí y más le vale a esa niñata andarse con cuidado, por aquí hay un montón de abusivos, si no se pone alerta la van a emborrachar. Parece una de esas niñas que no están acostumbradas a beber.
—¡Ey Michelle! —Un joven alto y fornido la llamaba desde la cocina. Michelle se encaminó hasta allá sin despedirse siquiera. Jane arqueó ambas cejas y le susurró a Joshua.
—¿Se preocupa por otras y no se ha dado cuenta de lo ebria que esta ella misma? —Joshua sonrió.
—El alcohol no es amigo de nadie, mi querida Jane. Por cierto, ¿quieres una? —Jane lo miró con una mueca de fingida indignación y ambos sonrieron al instante.
—No puedo creer que Violet esté aquí —exclamó Richard a nadie en particular. Joshua le dio una palmada en la espalda.
—Supongo que Cintia tenía razón cuando dijo que todos iban a estar aquí. —Richard asintió, observaba atentamente la sala que era el centro de toda la fiesta. Una masa de adolescentes se contorsionaba al ritmo de la música, algunos de ellos visiblemente borrachos. Richard se preguntó si su Althea estaría entre todo ese desastre.
—Deberíamos movernos un poco, ¿no?
Exclamó Jane señalando hacia la sala. Todos asintieron y se abrieron camino por entre la masa de cuerpos danzantes. Pero mientras más se adentraban más parecía una mala idea. La casa era muy amplia, de eso no cabía duda, pero era tanta la gente que había allí que no quedaba espacio ni para caminar. Cuando se estaban dando por vencidos Michael vislumbró la puerta que daba hacia el jardín, entre gritos le informó a sus amigos y salieron a la frescura de la noche.
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[[PAUSADA]] Ugly [El monstruo del instituto Rivers]
Misterio / SuspensoEl instituto Rivers es un lugar común y corriente hasta que una de sus estudiantes de último año es asesinada. Pero no es sino hasta que aparece una segunda víctima, que el temor empieza a imperar en el alumnado, profesorado y padres de familia. Los...