¿Qué soy? (Teen Wolf fanfic/ Stiles Stilinski) [COMPLETA]

Capítulo 28: Nuestra historia...

Es algo corto pero ¿intenso? jajaja no sé la verdad. Al menos emocional sí :)

Alex's POV:

Había estado mirando como mi hermano y Aiden conversaban. Y como si de un partido de tennis se tratase mi mirada se desplazaba a quien estuviera hablando. Pero no sabía leer labios así que realmente no sabía de qué hablaban, tan sólo me guiaba por sus expresiones. Pero ambos se mantenían serios y serenos al mismo tiempo. Realmente no tenía ni la menor idea de lo que estaban discutiendo, tan sólo escuchaba la canción de Jet Black Heart de 5sos, y luego la de ATTACK de 30 seconds to Mars. Y así estuve escuchando todas las canciones de mi teléfono hasta que mi hermano con la mirada algo preocupada me indicó que me sacara los cascos. Él se acercó a mí con la silla de escritorio y me miró con ojos algo tristes. Miré fugazmente a Aiden quien estaba apoyado en la pared con los brazos cruzados mirando al suelo. ¿Qué había pasado? ¿Y por qué había esta tensión en el ambiente? Parecía que había muerto alguien...

- ¿Qué está pasando?

- Alex... -dijo Jack con voz pesada cerrando los ojos con fuerza -Tienes que saberlo... Todo.

Al abrir los ojos de nuevo vi que los tenía llorosos, que luchaba por no soltar ninguna lágrima. Era la primera vez que lo veía así, la primera vez que lo veía casi llorar, o llorar. Su estado sólo hizo que ponerme más estrés en los hombros.

- Será mejor que me vaya. Ya me -empezó Aiden, pero le corté.

- No -Si tan fuerte era lo que tenía que saber prefería tener alguien a mi lado, y ahora mismo él era la única persona con la que podía contar -Quédate.

Me hice a un lado en la cama y le indiqué con la mano que se sentara junto a mí. Él titubeó unos segundos pero lo hizo. Entonces Jack me miró. No hizo falta que me dijera nada para saber que me estaba preguntando, asegurándose si estaba lista. Asentí haciéndole ver que estaba preparada y él comenzó con la verdad. Toda la verdad:

-Alex. Tu verdadero apellido no es Garber, es Garou... Eso implica que nuestros padres no son... -Jack se lo pensó un momento. Yo no podía creer lo que iba a decir, no podía ser -Somos adoptados Alex. Tus verdaderos padres, papá y mamá se llaman... llamaban -se corrigió con dolor en su mirada y tono -Alaric y Lorreine Garou -Jack hizo una pausa pues se notaba que sentía dolor al pronunciar esos nombres.

- No. Papá y mamá están abajo -me negué yo -Están haciendo la cena. No conozco a ningún Alaric ni Lorreine, ni mi apellido es Garou. Yo -empezaba a tener un ataque de pánico pero Aiden puso su mano en mi hombro para que me tranquilizara y escuchara a mi hermano y de algún modo sentirlo a mi lado, me ayudó a tranquilizarme un poco.

- No Alex. Tu eres Alexandra Garou. Hija de Lorreine y Alaric Garou, lo que te convierte en heredera del reino.

- ¿Reino? -dije yo sin entender con los ojos abiertos por lo que estaba escuchando.

Jack cogió aire y empezó con la historia. Nuestra historia.

- Hace mucho tiempo, hace muchos siglos, había un mundo más allá del de los humanos. Ese era el de lo sobrenatural. Éste se regía por sus propios territorios, cada uno tenía sus clanes. Los brujos los suyos, los hombres lobo también, banshees, etc. Sin embargo, por aquella época la raza de los hombres lobo superaba en mayoría a las demás haciendo que gobernaran la gran mayoría de territorios. Aquí, en Estados Unidos gobernaba una familia, los Tyrant. Su reinado, tal como su nombre indica era más bien una dictadura, eran unos tiranos. Sin embargo, una familia gobernadora de Europa, los Garou, la nuestra, se aventuró a las tierras de Estados Unidos enfrentándose a los Tyrant. Nuestros antepasados consiguieron destronar a los Tyrant dejándolos en la vergüenza y el exilio. Poco a poco nuestra familia fue mejorando las condiciones precarias en las que vivían los seres sobrenaturales debido a los Tyrant, haciendo que la basta mayoría apoyara el reinado de nuestros antepasados. Así pues, el territorio de Estados Unidos fue pasando por las generaciones de la familia Garou hasta que llegó a nuestra madre. Fue entonces cuando llegó a oídos de papá y mamá que el linaje de los Tyrant aún seguía con vida y con sed de venganza. Ellos pensaron que no sería nada pero una conspiración empezó a tener lugar entre nuestra gente. Antes de que tú nacieras unos asesinatos brutales y en masa tuvieron lugar. Todos culparon a los Garou pues el asesino era un hombre lobo y ellos eran los que estaban al mando implicando que su reinado no estaba siendo bueno; sin embargo no habían sido ni papá ni mamá, ni nadie de nuestro alrededor. Habían sido los propios Tyrant con el plan de culparnos a nosotros para que nuestra propia gente se rebelara contra nosotros. Fue entonces cuando mamá se quedó embarazada de ti y se vieron forzados a tomar medidas. Situaciones desesperadas conllevan a medidas desesperadas.

Yo no podía creer nada de lo que estaba escuchando. ¿Garou? ¿Tyrant? ¿Lucha por el poder? Todo eso me sonaba muy a fantasía, y sin embargo había algo en mi interior que cobraba una especie de sentido, como si algo encajara, como si una parte de mí despertara. Pero si Jack decía la verdad (y por su corazón sabía que así era) eso significaba que mis padres... mis verdaderos padres... habían muerto... Aiden me cogía de la mano mientras me la apretaba, haciéndome saber que estaba a mi lado y que no estaba sola. Jack continuó.

- Por aquél entonces yo tenía tan sólo 5 años así que no recuerdo qué pasó. Sólo sé que ellos querían que vivieras al margen de todo aquello. Que no tuvieras que vivir huyendo como habían tenido que hacer ellos, como había tenido que hacer yo de pequeño. De algún modo consiguieron quitarte tu mitad lobo, te hicieron humana. Tú naciste mujer lobo Alex, como yo, como máma y papá, como toda nuestra familia. Más tarde decidieron que darnos en adopción sería la mejor manera de brindarnos esa vida normal y fuera de peligros que nos merecíamos. Yo sabía de dónde venía, pero ellos me dijeron que jamás te lo contase. Que te protegiera de ese mundo del que habíamos huido. Yo era pequeño por lo que no entendía muy bien qué querían decirme con eso. Pero cuando crecí ellos se pusieron en contacto conmigo y me lo explicaron mejor. Siempre por cartas ya que no querían que corriera peligro. Pero llegó un momento en que dejé de recibir esas cartas. En la última que me enviaron parecía que supieran que sería la última, que iban a morir. Habían estado huyendo demasiado tiempo y supongo que... -Jack volvió a cerrar los ojos intentando no llorar pero no lo consiguió y una lágrima solitaria resbaló por su mejilla. Se notaba que todo eso le dolía -Supongo que sabían que ya no podían hacer nada más. Creo que ellos sabían qué pasaría si un alfa te mordía ya que no paraban de repetirme en las cartas que te cuidara con mi propia vida si hacía falta, pero nunca me llegaron a decir qué pasaría, o por qué... Nada...

Se hizo un silencio. Jack intentaba no derrumbarse al tener que mencionar a nuestros padres de nuevo, yo intentando asimilar todo eso sin entrar en un estado de shock, y Aiden simplemente me miraba y apretaba la mano en modo de apoyo.

- Yo lo siento Alex. De verás me hubiera gustado contártelo. Que hubieras podido conocer a papá y mamá. Seguro que mamá y tú hubierais sido inseparables, en realidad os parecéis mucho. Y ese sarcasmo que tienes lo has heredado de papá -dijo Jack con una sonrisa melancólica.

"Jamás los conoceré" Eso era lo único que podía pensar en ese momento. No sabía si quiera como eran. No sabía nada de ellos excepto sus nombres: Alaric y Lorreine. Sin poder evitarlo lágrimas empezaron a brotar de mis ojos. Mis padres, mis verdaderos padres a los que ya nunca conoceré habían muerto intentando protegernos. Todo este tiempo Jack ha estado protegiéndome, intentando que nada de nuestra pasada vida volviera. Y todo había sido en vano...

Jack abrió los ojos, los cuales dejaban ir unas silenciosas lágrimas de culpabilidad y tristeza. Yo lo miraba llorando. No sabía qué hacer, ni qué decir. Ni siquiera sabía como me sentía. Toda mi vida había vivido engañada. Lo sé, por mi bien. Pero me hubiera gustado conocer a mi madre. Saber de qué color serían sus ojos, o su peinado; o conocer a mi padre, compartir aficiones o que me enseñara a jugar a algún deporte... Sentía demasiadas cosas, tantas que lo único que pude hacer fue quedarme allí. Pasmarote. Cómo si realmente no estuviera.