¿Qué soy? (Teen Wolf fanfic/ Stiles Stilinski) [COMPLETA]

Capítulo 48: Siempre has sido tú

Ya no hay exámenes *Party hard* Así que volvemos de nuevo con el ritmo normal de capítulos, y, cómo dije, intentaré que la novela tenga desenlace este verano :D

Mia's POV:

- ¿Por qué me diste este libro? -exclamé entrando en la cocina de mi casa a prisa e incluso algo enfadada.

Mi padre dejó de remover con su cucharón de madera la cazuela en la que se encontraba lo que sería la comida de más tarde, para mirarme a través de sus gafas sin montura.

- Creí que querías aprender magia -me dijo con su tono sereno de siempre.

Mi padre a veces me sacaba de quicio, siempre había sido tranquilo, un bonachón con el que nunca había discutido. Daba igual lo que yo hiciera, nunca me gritaba, y a veces eso me ponía de los nervios. Era una chica adolescente, llena de hormonas a la que a veces le venía bien discutir, pero eso era imposible con mi padre.

- Y quiero, pero el libro está lleno de hechizos negros, magia dañina. No quiero hacer hechizos que hagan daño -dije entre dientes sorprendida de que no entendiera, o de que por su cabeza se le pasase la idea de que así era.

Durante unos segundos se dedicó a observarme sin ningún cambio en su expresión.

- No te lo di para que aprendieras a hacerlos... Conviene conocer todos los hechizos y tipos de magia. No para que la uses, pero para saber de su existencia y saber como tratarla. Si no la conoces no puedes saber sus debilidades hija -hizo una pausa para dejarme entender eso -Y de todos modos -añadió -Es cierto que la magia negra está mal. Pero uno no sabe con que se puede encontrar en la vida. A veces hay circunstancias Mia, por eso conviene saber todos los tipos de magia.

- Entiendo lo que dices -dije pensando que tenía parte de razón -Pero la magia negra está mal, da igual las circunstancias...

- Hija, eres joven, quizás aún no te hayas encontrado con alguna circunstancia que te haga pensar sobre esto. Pero ya lo harás.... -me contestó sonriéndome volviendo a remover lo que fuera que había en el cazo.

Me quedé allí un momento, pasando mi mano por encima de ese libro maldito repleto de magia negra, pensando si lo que mi padre decía era verdad o no.

- Yo no creo así padre -él me volvió a mirar habiendo captado su atención -Nuestros antepasados, en Salem. Tú me contaste esa historia. Ellos murieron en hogueras, podrían haber usado la magia negra para salvarse, para seguir con vida, pero sabían que no era lo correcto y no lo hicieron. Si en esas circunstancias no lo usaron... Dudo que haya más circunstancias...

Mi padre volvió a dejar el cucharón y frunció el ceño levemente.

- Hija, ¿cómo crees que la sangre de los de Salem sigue pasando de generación en generación? ¿Por qué crees que tú y yo estamos aquí? -hizo una pausa para que yo respondiera pero no entendía por dónde iba - Las brujas y brujos que se contentaron con morir en las hogueras no tienen descendencia. Tú, yo, y todos los demás que provenimos de ahí, provenimos de o bien brujos que se salvaron (que fueron entre pocos y ninguno), o de los que hicieron uso de magia negra.

Abrí los ojos no pudiendo creer lo que oía... Mis antepasados... ¿Eran brujos negros?

- Ya te he dicho, que hay circunstancias, y circunstancias... Gracias a eso tengo una hija preciosa e inteligente -me sonrió volviendo con la comida haciendo que inconscientemente también se me pusiera una leve sonrisa -Tan sólo léetelo , no te estoy diciendo que aprendas a hacer los hechizos y maldiciones. Soy tu padre y quiero lo mejor para ti. Pero nunca hay suficiente de conocimiento.

Asentí levemente pues ahí si que tenía razón y cogiendo el libro me dirigí a mi habitación para acabar de leerme ese libro que me provocaba escalofríos en el cuerpo. En ese libro tan antiguo había encantamientos desde estúpidos, hasta crueles. Todos, oscuros claro. Pero había algunos, los crueles, que realmente me ponían la piel de gallina. Era realmente como se pintan en las novelas. Grupos de gente que hacen sacrificios, maneras de despertar demonios, almas, ... Había cosas realmente terribles que me producían escalofríos con tan sólo pensar que alguien pudiera llegar a realizarlos. Pero Casey jamás me mencionó nada de magia negra...