¿Qué soy? (Teen Wolf fanfic/ Stiles Stilinski) [COMPLETA]

Capítulo extra I

¿Qué pasó en esos momentos donde ambos: Aiden y Alex estaban muertos?

Esta parte continúa tras el capítulo de inferis ad me. Ya que Alex había estado unos días en esa transición hasta la luz, hasta la muerte al competo, y dónde justo acababa de ver las imágenes que resumían toda su vida, y 17 años no se resumen en 5 minutos.

Alex's POV:

Finalmente las imagenes pasaron y me sentí feliz. Había vivido una vida llena de todo tipo de sentimientos y aventuras, y lo mejor era junto con quien las había pasado. Si volviera a nacer, desde luego no cambiaría nada. Aunque las decisiones que había tomado me habían llevado hasta aquí, la muerte, no cambiaría nada.

Y así, feliz y satisfecha, pero sobretodo relajada, avancé hasta esa luz decidida a quedarme con esta tranquilidad por siempre.

A cada paso que daba, a cada centímetro que estaba más cerca de esa luz. Una luz que lo invadía todo con tranquilidad, serenidad, y felicidad. A cada paso, mi sonrisa crecía más y más. Notando calidez, notando comodidad.

  - Alex cariño -sonó una voz de mujer.

Abrí los ojos y vi una pareja de señores al fondo de la luz. Pero estaban muy lejos y los veía borrosos.

  - Hija -dijo ahora el hombre.

  - ¿P-papá? -dije sin entender -¿Mamá? -dije ahora casi a punto de llorar de la felicidad. Después de todo, los podría conocer.

Ellos asintieron y me extendieron ambas manos. Con lágrimas en los ojos de felicidad, extendí a mía, pero estaba demasiado lejos. Caminé hacia ellos y cada vez me acercaba más, pero seguía sin estar lo suficientemente cerca.

  - Acércate más -me decía mi madre con un tono dulce.

Di unos pasos más y volví a extender la mano. Poco a poco, no acabándome de creer que realmente fuera a estar con mis padres para siempre. Mi mirada iba de ellos, los cuales seguían aún borrosos, a mi mano, cada vez más cerca de las suyas. Todo lo demás era blanco, era luz. Estaba a punto de tocarlos, de verlos por fin, de cruzar la luz con ellos... Pero todo lo que era de luz blanca cambió, se hizo verde  haciendo que retrocediera. 

  - ¿Q-qué está pasando? -dije con miedo.

  - Te queremos hija -me dijeron mis padres -Estamos orgullosos de ti, y de tu hermano.

Y entonces, todo lo que había caminado para poder estar cerca de ellos, pareció no importar pues parecía que se alejaban sin caminar, poco a poco, como si una distancia creciera entre los 3 sin movernos ninguno.

  - No, no os vayáis -dije de nuevo con miedo sin entender qué estaba pasando.

  - Nosotros no nos vamos cariño -me dijo mi madre.

  - Tú te vas -acabó la frase mi padre.

  - ¿Q-qué? ¿A dónde? -dije desconcertada.

Ellos rieron pero fue de un modo dulce por lo que no me enfadó.

  - No es tu hora hija -habló mi padre -ya habrá tiempo para reunirnos todos.

  - Pero morí -dije recordando mis últimos segundos en la tierra.

Mis padres cada vez más lejos, me contestaron, pero ya estaban tan lejos que casi no los oí. De repente la luz se apagó, se fue, y volví a la completa oscuridad.

  - Qué ha pasado -me decía a mí misma, intentando tocar algo a oscuras -¡Volved!

  - ¿Alex? -sonó esta vez otra voz, pero conocida.