Boggarts

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Teddy llevaba toda la mañana fijándose en que Summer parecía más callada de lo habitual. En el desayuno no había probado bocado, y en las clases de Pociones y Encantamientos había estado muy distraída. Llevaba de aquel modo desde que habían tenido clase de Adivinación, a primera hora de la mañana. Ni Teddy ni Zeke habían podido comprobar el porqué de aquello, pues ninguno de los dos asistía a aquella clase, así que había sido Ivet la encargada de ponerlos al corriente.

Cuando, después de comer, los cuatro se fueron camino a clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, se percataron de que Summer seguía sumida en sus pensamientos. Zeke se acercó a Teddy, y murmuró:

-Seguro que Trelawney le ha augurado una horrible semana llena de desgracias. Por eso mismo no me cogí Adivinación. Es una pérdida de tiempo.

-Claro-sonrió Teddy-, porque es mucho más útil aprender en Runas Antiguas un idioma que ya no usa nadie, ¿verdad?

Zeke se cruzó de brazos.

-Touché, amigo mío.

Teddy e Ivet soltaron una leve carcajada, pero Summer no intervino en la escena. Permaneció ausente, con la mirada perdida. Teddy estaba convencido de que se la veía incluso de un peor aspecto al que había tenido por la mañana.

Al poco rato llegaron al aula, donde el señor Smith, quien además de ser el profesor que impartía aquella asignatura, era su jefe de casa, les esperaba, al igual que al resto de alumnos de tercero que correspondían a Hufflepuff y Ravenclaw. Teddy resopló al ver a Warren entrando en la sala. Odiaba tener que compartir aquella asignatura con los de la casa de las águilas, en especial con él, porque Defensa Contra las Artes Oscuras era su clase favorita, y no le gustaba nada en absoluto tener que compaginar una de sus asignaturas favoritas con los constantes regocijos y burlas de Warren y su pandilla.

El metamorfomago apartó la mirada de allí. No, se dijo, no iba dejar que aquel presumido Ravenclaw le arruinara aquella clase. Y es que, tenía unas ganas tremendas de empezar, pues aquel día, iban a enfrentarse por primera vez a un boggart. Muchos de sus compañeros se atemorizaron cuando el señor Smith se lo había anunciado la semana pasada, pero Teddy estaba decidido y determinado a encontrarse con aquella criatura cara a cara. Su tío Harry le había contado que su padre había sido el que le había ayudado a combatir su mayor miedo, cuando había tenido la edad que Teddy tenía en aquellos momentos. <<Fue el mejor profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras que tuvimos>>, le afirmaba de vez en cuando, y no solo él, sino también Ron, Hermione y Ginny. George estaba de acuerdo con ellos, pero siempre que salía el tema, no dejaba de recordarles lo divertido que había sido poder gastarle trastadas a Quirrel, escuchar las falsas pero a la vez graciosas aventuras de Lockhart, o lo bien que se lo había pasado dejando por los suelos a Umbridge en su huida de Hogwarts.

Teddy desvió la mirada hacia su amiga, quien seguía permaneciendo callada. Pensó que quizás estaba asustada ante la idea de tener que combatir contra su mayor miedo. Pero ni siquiera Ivet y Zeke parecían nerviosos, y Summer era, sin duda, la más valiente y atrevida de los cuatro. Teddy a veces incluso dudaba de por qué estaba en Hufflepuff y no en Gryffindor. Nunca se lo había mencionado, porque estaba encantado de haber podido conocerla y haberse convertido en su amigo, pero siempre le picaba la curiosidad respecto al tema.

Acabaron de llegar los últimos compañeros de Teddy, y el señor Smith inició su clase. Se volvió hacia un gigantesco armario, y sus alumnos observaron, expectantes, cada uno de sus movimientos. Se giró nuevamente hacia los muchachos, y les enseñó entonces qué hechizo debían utilizar para enfrentarse contra un boggart.

-Recordad que solo un Riddikulus podrá afectarle-les dijo-. Y debéis pensar en algo divertido en cuanto lancéis el conjuro-añadió, con una pequeña sonrisa.

Harry Potter: Historias de la nueva generaciónWhere stories live. Discover now