-¿Zayn?-pregunte mientras lo miraba extrañada, intentaba decirme algo pero no podía, era obvio, tenía una cinta adhesiva en la boca. -¿Quién te hizo esto?-interrogue quitándola la cinta con suma delicadeza para que no le doliera.
-Ellos-murmuro con tono molesto, voltee, estaban los niños mirándome.
-Zayn son solo niños, ¿Cómo van a amarrarte aquí?-sonreí.
-No podemos arriesgarnos a que lo sueltes, nena-dicho esto, en cuestión de minutos me encontraba amarrada a una a menos de un metro de Zayn. Sinceramente no sé cómo lo hicieron. No me cubrieron la boca por suerte, y así sencillamente se fueron dela habitación dejándonos amarrados mientras ellos bajaban a comer galletas.
-Zayn son solo niños ¿Cómo van a amarrarte aquí?-imito mi voz, rodé los ojos. –Odio que me pongan los ojos en blanco-
-Pues que pena-que unos niños lograran amarrarme a una silla me amargaba un poco.
-Huele a ricas galletas-bufo, asentí. – ¿Estaban ricas?-
-Ni si quiera pude probar una-admití mientras hacia una mueca. –Es un mal día-
-Además tener que estar aquí contigo-murmuro.
¿Pero qué problema tenía conmigo? Él había comenzado a atacarme y ni si quiera sabia el porqué, creo que simplemente le agradaba hacerlo y ya.
-Te odio-susurre pero aun así me escucho.
-Te eh escuchado-
-Esa era la idea-mentí para luego rodar los ojos provocando que se molestara aún más.
-¿Me odias?-consulto. –Porque cuando íbamos en el auto pude jurar que admitiste que era tierno-
-No lo eres-musite con enojo.
-¡Entonces porque lo dijiste!-alzo la voz.
-¡Porque lo eras, estúpido!-alce la voz igualmente, sonrió victoriosamente.
-Zayn eres tan tierno-intento imitar mi voz.
-¡Seria mejor que cerraras tu boca, ojalas no te hubiera sacado la cinta!-me estaba sacando de quicio en estos momentos.
-¡Y OJALA YO NO TE HUBIERA CONOCIDO!- grito fuertemente haciéndome sobresaltar, decidí no decir nada más. No porque no tuviera nada más que decirle si no porque sabía que si decía algo más mi voz se quebraría y lloraría, aquel gigante nudo en mi garganta no ayudaba para nada a la situación.
Debía aceptarlo, me había dolido que dijera eso. A todos les afectaría si alguien le dice eso ¿no? ¿No lo decía enserio o sí? Entonces si me odiaba de verdad, mi vista se concentró en el piso y suspire. Sentirse odiada no es lindo.
Estuvimos callados por aproximadamente media hora hasta que la puerta se abrió dejando entrar a los chicos.
-Conseguimos liberarnos-sonrió ampliamente Liam. Nos liberaron a ambos finalmente, las cuerdas estaban apretadas, eran unos simples niños ¿Cómo podían apretarlas tanto? Pequeños diablos.
-Gracias-sonreí pero se vio más bien como una mueca. –Nos vemos mañana chicos-me despedí de los chicos con un beso en la mejilla y un gran abrazo.
Salí de la habitación con rapidez y camine de la misma manera por el pasillo, sentí pasos correr detrás de mí y cuando estaba a punto de bajar las escaleras tomaron mi brazo con fuerza.-______...-miro el piso, rodé los ojos.
-Suéltame, aprietas muy fuerte-sacudí mi brazo intentando soltarme pero no lo conseguí.
-Lo siento-finalmente soltó mi brazo.
-Zayn, no importa lo que digas-alzo la vista con confusión en ella. –Después de todo siempre seguiremos siendo enemigos ¿no?-consulte pero no deje que respondiera. –Todos ganamos-respondí recordando las palabras que había dicho hace algunos días, lo mire por unos segundos y baje las escaleras dejándolo con la palabra en la boca.
ESTÁS LEYENDO
Mi enemigo Zayn Malik
Hayran KurguLo habia soportado por cuatro largos años, pero las personas no son tan tolerantes, hubo una gota que revalso el vaso.