Capítulo 44

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-¿Desde cuándo eres tan astuta? Cualquiera diría que eres una Malfoy en toda regla. -Curioseó Lysange, la cual apoyaba su cuerpo en el marco de la puerta de la habitación de su madre, en la casa de ésta, Hermione volteó hacia aquella adolescente, el alma viva de su padre.-

-Bueno, paso bastante tiempo con ellos. -Se encogió de hombros, eso hizo que la llama chismosa de Lysange se encendiera.-

-Ronald Weasel, perdón, Weasley ¿No quiere ocuparse de su hija? -Indagó, con un deje de diversión.-

-Ocurrente con la confusión, más que ocurrente.
-Halagó Hermione, obligando a que una egocéntrica sonrisa se asomara en el rostro de su hija.-

-Sí, le he visto unas veces contadas en todos éstos últimos meses, está demasiado ocupado con sus amantes, novias o lo que sean, porque ya ni lo sé, y ni él lo sabrá seguramente, por lo que yo no he ido ni una sola vez a San Mungo acompañada por él, antes por tu padre o por Molly o Gin, lance que es tétrico porque no tendrían porque hacerlo, eso es ocupación de Ronald.
-Comentó, Lysange elevó sus dos cejas, bien que no estaba sorprendida ni un poco.-

-Que te esperabas de una comadreja, con perdón a Hugo y Rose. -Maldijo por lo bajo, Hermione emanó una carcajada abundante de sarcasmo en ella.-

-Ni me interesa Ronald Weasley, la dolencia ya está lograda, pero no en mi, si no en Genoveva, que es la que más va a sentir ese rechazo por parte de su padre, no vivirá en una mentira como lo hicieron mis hijos. -Acotó, sonó más que convincente.-

Hermione no iba a dejar que su pequeña hija creciera en una mentira como sus otros hijos, Genoveva Granger iba a tener en cuenta lo más pronto posible que su padre nunca estuvo interesado en ella, que prometió y luego no cumplió, eso sería lo mejor, contando sus otras experiencias con sus demás hijos.

Rose creció en los momentos buenos de Ronald y Hermione, por lo que tan mentira no fue, cuando tuvieron a Hugo todo volvió a ser como antes y Hermione tuvo que actuar como tal mujer enamorada cuando la realidad era otra, todo por sus hijos, y bueno la historia de Lysange, abandonada por su parte en un orfanato muggle, aunque al final no resultó ser tan muggle, sin saber ni si quiera de donde venía, por pura seguridad, pero supongo que dentro de lo que cabe ya sé lo perdonó a su madre, no era una persona rencorosa.

》》

Scorpius levantó la vista, encontrándose con una mansión, aunque no tan ingente como la mansión de los Malfoy, como era obvio, su familia superaba considerablemente a las demás, en la gran mayoría de ocasiones, y en el hogar no iban a ser menos.

Inhaló y exhaló un poco de aire retenido en sus pulmones, sabiendo a lo que se iba a enfrentar en tan sólo unos segundos. Comenzó a andar al mismo ritmo que su madre, no llegaron a tocar la puerta cuando ésta se abrió, dejando ver a un pequeño elfo, de aspecto airado y malhumorado, tal como Scorpius le recordaba.

-Señora Caddeu, su hermana ya ha llegado. -Anunció, con un deje de irritación.-

Daphne Caddeu, una mujer unos años más joven que Astoria, de cabello rubio platinado, largo y perfectamente cepillado y arreglado, al igual que su faz, pálida y fina, retocada unas horas antes con alguna capa de maquillaje, con unos ojos negros y oscuros como la noche que cautivaban a cualquier hombre, esa era la hermana pequeña de Astoria, quien la saludó con dos besos en las mejillas, para luego mirar a su sobrino, desinteresada, no obstante éste último no sostuvo la mirada por mucho tiempo, su orgullo no le permitía ni si quiera eso.

Astoria Greengrass, antes Malfoy y su hijo, Scorpius Malfoy, entraron a la mansión, con esos típicos andares que los caracterizaban. Un adolescente de la misma edad que Scorpius, pasó por la entrada, de ese modo, estudió a su primo, como si de un muggle se tratara, no pudo ocultar esa arcada por su parte.

Lysange Malfoy (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora