Capítulo 48

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-Lysange, Lysange, Lysange. -Insistió, zarandeándola, hasta conseguir despertarla, más eso no ocurrió.-

Lily viró hacia la entrada, donde se encontraba Ginevra, quien contrajo sus hombros, sin saber que hacer para que la adolescente despertara. James pasó por delante de la habitación de su hermana pequeña, sin poder evitar analizar el suceso, a Lysange aun durmiendo, siendo las doce pasadas.

-Mamá, un aguamenti. -Recomendó, lo que le dio a entender a Lily, que James ya había utilizado alguna vez ese encantamiento con su amiga, imaginárselo le causó cierta gracia.-

Ginevra tuvo en cuenta que su hijo mayor conocía lo suficiente a la chica Malfoy, por lo que si él le aconsejaba recurrir a ese hechizo, por algo sería, era cierto que tampoco tuvieron que convencerla mucho, sería divertido, James quiso curiosear de nuevo la reacción de Lysange, por lo que se quedó parado un rato, hasta que decidió acercarse junto con su madre hacia la cama, donde aún descansaba aquella serpiente, en su nido.

-Aguamenti. -Conjuró, con su varita apuntando a aquella adolescente, quien abrazaba una almohada blanca, cariñosamente, la cual fue empapada en agua helada segundos más tarde.-

De ese modo, lograron conseguir que Lysange despertará, no de la forma que esperaban, si no que alzó levemente su cuerpo, hasta quedar de cara a las tres personas que se encontraban enfrente suya, estudiando su posible reacción, la cual fue limpiarse su rostro, con la cooperación de sus manos, realmente se la veía sin fuerzas, con su plateado cabello estorbándole la mirada, revuelto y sin control alguno, con su espalda inclinada, además de un intento de elevar sus dos cejas, entretanto observaba de lleno a James, su mirada destilaba coraje, no hacía falta que preguntara de quien había sido la idea, él era el único que la despertaba de esa manera.

-Te ves tan perfecta. -Fue lo único que dijo, con un acento más que irónico.-

Lysange le respondió, lanzandole violentamente la aun mojada almohada, con rabia. A veces James le parecía idiota, semanas sin dirigirse la palabra y eso era lo primero que se le ocurría decir, otro punto más para detestar a James Sirius Potter, su única forma de hablar en sarcástico, si empezaban, nadie se podría percatar si quiera quien de los dos iba a salir victorioso de esa batalla asegurada.

-Gå fanden fløj. -Murmuró Lysange, para si misma, si bien, todos la pudieron escuchar, pero no comprender.-

A lo que ella se levantó de la cama, apoyando sus manos sobre ésta, para quedar cara a cara con James, bueno mejor dicho, cara a tórax, ya que aquel león le sobre pasaba un poco más de una cabeza, por lo que Lysange se vio obligada a elevar su mirada, aun cargante de repulsión, más por no haber entendido lo antes dicho, mientras James mantenía su entrecejo arrugado, intentando que una carcajada no saliera de él mismo, si eso ocurriera, le llevaría a una muerte segura, de eso no cabría duda alguna.

-Que te vayas a la mierda. -Esclareció, con una ladina sonrisa en sus rosados labios.-

-De verás, a veces ni yo te soporto. -Masculló él, andando hacia fuera de la habitación.-

-Pues no lo hagas, nadie te obliga. -Replicó, cruzada de brazos, James giró hacia ella.-

-¿Siempre tienes que tener la última palabra?
-Preguntó.-

-Siempre. -Reiteró, aun con su sonrisa intacta, lo que causó que él volviera a darle la espalda, ésta vez para no volver a voltearse.-

Lysange permitió que un cagado suspiro saliera de si. Realmente se sentía neutral ante ese comienzo del día, probablemente ni ella supiera cual era la relación que tenía con James, a veces la irritaba, le detestaba, otras pocas, se avergonzaba, dejaba de ser ella misma, como si la pusiera nerviosa su presencia, pero nerviosa de otro modo, posiblemente ni si quiera compartan relación, era algo extraño, ridículo, algo recíproco, algo sin nombre.

Lysange Malfoy (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora