Lysange Malfoy (CANCELADA)

Capítulo 49

-¡No! ¡Meri! -Voceaba una aguda voz, corriendo por el inmenso pasillo.-

Se perseguían, en una larga batalla de cosquillas, mientras tanto revolucionaban el orfanato, como cualquier día, llenándolo de alegría y color, haciéndolo ver más vivo.

-¡Addie! -Gritó Lysange al ver a su mejor amigo, escondiéndose detrás suyo, usándolo de escudo contra su amiga.-

-¿Qué pasa? -Preguntó él, al intentar contemplar a la pequeña niña de siete años, de ojos vastos y plateados, con su brillo especial, llenos de emoción.-

Merianne se acercó poco a poco, posando su dedo índice sobre sus labios, pidiendo a su amigo que guardará silencio, cuando pareció que todo se había calmado, Merianne contraatacó, atrapando a Lysange hacia sus brazos, entretanto jugaba con sus manos en un proceso de sacarle sus cosquillas, lo consiguió, la pequeña de metro veinte no paró de reír, mientras se sujetaba su propio abdomen. Las dos amigas cayeron al suelo, rendidas.

Escucharon unos pasos acercarse, los tacones chocar contra la desgastada madera, eso alteró a las pequeñas, obligándolas a volver a correr hacia sus respectivas habitaciones.

-¡Merianne! ¡Alexandra! ¡Vengan ahora mismo! -Exigió Tricia, desde lejos.-

-¡Corre Meri! ¡La bruja come niños nos encontrará!
-Advirtió Lysange, asimismo, no dejaron de escapar hasta llegar a dónde querían.-

-¿Dónde han ido? -Inquirió Tricia, hacia Adam, quien se encogió de hombros, no traicionaría a sus amigas tan fácilmente.-

-¿Unas zapatillas nuevas? -Intentó convencerle, el niño de apenas nueve años negó, travieso, antes de correr hacia el comedor, donde se encontraban los demás compañeros cenando.-

-¿Nos escapamos de la bruja come niños? -Preguntó Merianne, Lysange asintió, orgullosa, antes de dejar caer su menudo cuerpo en su acolchada cama.-

-Alix -La llamó, la niña de cabellos plateados e indomables elevó su mirada ingenua hacia su amiga.-

-Meri. -La respondió, con una sonrisa, sin mostrar sus dientes.-

-Cuando seamos mayores quiero seguir escapando de la bruja come niños contigo. -Comentó, Lysange se sentó en uno de los extremos de su cama.-

-Siempre Meri, ¿promesa? -Propuso, alzando su dedo índice, la nombrada asintió, se acercó hacia su mejor amiga, para después entrecruzar sus dedos, en una promesa eterna.-

(...)

Un rayo mañanero de sol fue quien desveló a Lysange ese día, como ya era normal en ella, iban a dar las once y bastante cuando entreabrió sus importantes ojos, atisbó el lugar en donde se encontraba, se le hacía complicado, como si sus pestañas se hubieran pegado entre sí. Recordó el sueño anterior, antes de separar con debilidad sus cortados labios, para liberar un prolongado suspiro, evocó algo que la hizo volver a la realidad, algo o a alguien, él no estaba, solamente pudo llegar a observar unos ojos verdes, de un color esmeralda, los pudo reconocer al segundo.