Lysange Malfoy (CANCELADA)

Capítulo 38

Finales de enero, el viento atizaba con gran fuerza los ventanales del colegio de magia y hechicería, esa mañana las nevadas se aproximaban, cosa que animaba a los estudiantes a crear divertidas guerras de bolas de nieve, pero claro, a su modo.

Lysange se encontraba en el gran comedor, desayunando, como un día cualquiera, más que a ella no le parecía así, estaba todo demasiado pacífico. Albus y Scorpius entraron a la sala, se sentaron enfrente de Margot y Lysange, en la mesa de las serpientes, Albus no pudo evitar desviar su vista hacia la mesa de enfrente, compuesta por tejones, el mediano de los Potter hundió el ceño, sorprendido.

-Tenemos una nueva pareja. -Comentó, captando la atención de sus amigos, Albus señaló con la mirada a la mesa de al lado, asimismo Lysange y Margot volteándose para comprender lo que Albus decía.-

-Tardaban mucho. -Habló Lysange, sin más, le parecía normal que su amiga, Amber, estuviera con Lorcan Scamander, desde el baile de navidad ya se lo imaginaba, lo que aún no entendía es como su otra amiga, Margot, aún no había tenido nada con Jake, era obvio que se gustaban, que el sentimiento era mutuo, si era así ¿a qué esperaban? podría sospechar con que su amiga aún sintiera algo por ese hombre lobo, aunque no sabía que había ocurrido entre ellos, la voz de Margot cortó sus pensamientos, en ese instante Brooke se acercó a la mesa y se acomodó al lado de Albus.-

-Que depresión, todos con pareja y yo sola. -Articulo Margot, dramáticamente, Lysange elevó una de sus cejas rubias.-

-Tienes a Jake, no sé de que te quejas, sinceramente. -Comentó, la peliverde se cruzó de brazos y se volteó haca su amiga.-

-Y tu a James. -Habló Brooke, de ese modo robándole las palabras a Margot, Lysange no logró detener una de sus carcajadas francas salir del interior de su ser.-

-Sois unos malditos pesados, eso nunca ocurrirá. -Aseguró, Scorpius asintió, orgulloso de su hermana, Brooke expelió una pequeña risa ante la reacción del Malfoy.-

-Claro, por eso no dormiste la semana pasada en la habitación. -Dijo, las miradas se fijaron en Lysange, estupefactos por la noticia, ésta alzó una ceja, con sus ojos plateados clavados en los verdes bosque de su amiga, lo sabía, pero ¿cómo?-

-¿Dormiste con James? -Curioseó Albus, Scorpius permitió que un leve suspiro saliera de sus fríos labios.-

-¿Qué has hecho Lysange Alexandra Carter? -Interrogó el Malfoy, su hermana ladeó su mirada hacia él y dejó escapar una pequeña risa, Scorpius alzó una ceja.-

-Has sonado como un padre, Scor, pequeños cotillas, no, no pasó nada ¿os vale? -Aclaró.-

-Pero ¿te gusta? -Preguntó Albus, con un rayo de esperanza, realmente él también creía en esa relación, podía ser que ella fuera capaz de salvarle de la ansiedad que padecía su hermano, después de todo, Albus le conocía bastante bien y su notable cambio en unos meses había sido causado por Lysange y él lo sabía. Albus era silencioso, astuto y muy inteligente, podría ser la respuesta de porqué era una serpiente más, posiblemente supiera más de lo que todos pensaban, pero claro está, no iba a revelarlo hasta que llegase el momento justo.-

-No, no me gusta, si lo hiciera no estaría con Mason ¿no creéis? La realidad es imposible que ocurra eso, somos como el agua y el aceite. -Habló, en una tonalidad seria y segura de cada palabra que salía de sus labios.-

-Los opuestos se atraen, o eso es lo que dicen. -Comentó Margot, Lysange viró su mirada fría hacia la peliverde y una sonrisa con cierta picardía se asomó en su faz.-

-Eso es un mero mito, Margot. -Aseveró.-

Un rato más tarde, después del desayuno, la primera clase era Historia de la magia, con Ravenclaw, eso significaba tener que soportar unas de las miradas más curiosas, atentaban a Lysange, desde que comenzó a expandirse aquel rumor, las águilas no la quitaban el ojo de encima, querían averiguar que ocurría, se notaba a lenguas, Mason desconcentró a su novia, posando su mano izquierda sobre el muslo de ella, Lysange, por algún motivo desconocido, sintió un dolor en el pecho, no tan fuerte como los que le provocaba su Henki, pero sí le hizo daño, sin embargo, no perdió su compostura y se mantuvo firme, con el fin de no captar su atención.