Capítulo 59

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La luz de las primera horas de la mañana pasaba por los grandes ventanales adornados con largas cortinas colores granate y dorado, dándole al dormitorio un ambiente más natural que la luz que una única varita transmitía. James trataba de hacerse el dormido, aún sabiendo que sus amigos se encontraban a los pies de su cama, esperando a que algo ocurriera, pero James no tenía ningún tipo de ganas de levantarse. Incluso para él, era demasiado temprano, aunque sabía que debían de entrenar para el próximo partido de quidditch. La historia de lo ocurrido en la arboleda llegó a sus manos no mucho después de que pasara, su padre se había propuesto a que al menos James sí lo supiera, y por ende, de los peligros que conllevaba.                       Al final, cansado de la insistencia de sus amigos, James abrió sus ojos y los primeros rayos de luz le ofuscó la vista por unos segundos. Con sus ojos entrecerrados pudo vislumbrar a dos figuras enfrente suyo. Una de ellas con su varita en mano, aunque ya no servía de nada, empezó a amanecer, por lo que Fred la guardó después de haber conseguido su propósito.     James ladeó hacia la mesa más cercana a su cama y, a tientas, consiguió atrapar sus gafas que al ponérselas, pudo ver mucho mejor a Fred y a Jake, éste último le observaba con algo de preocupación, su comportamiento hizo reír a James.     

-Deberías llevar las gafas siempre tío. No puedes vivir de pociones que ni si quiera sabes si son correctas para...   

-¿Vas a darme la lata de nuevo, Evans? Creo que ya es suficiente
-replicó James de repente.    

-Me da que ésto es tuyo -habló Fred divertido, mirando a su amigo. James parecía no entender a qué se refería.

Fred le entregó un trozo de pergamino amarillento y doblado. James lo observó por un momento en la mano de su amigo, entendió menos, parecía que aún no había despertado incluso. Lo tomó sin prisas, y, solamente con su olor, con un distinguido aroma a fresas, supo de quien venía, no podía tratarse de ninguna otra así que, más apresuradamente que antes, lo desdobló y nada más hacerlo, advirtió su perfecta caligrafía y lo que decía en la carta.                                                  Cuando terminó de leerla y la dejó, junto con sus gafas, a un lado de la mesa, no pudo evitar reír, por lo que decía, o por cómo lo decía, no dejaba de reír.                                                                       
-¿Lysange? -preguntó Fred, divertido por el comportamiento de su amigo. Como si fuera obvio de que se trataba de ella.                                         

James alzó su vista hacia su amigo y, extrañado, separó sus labios para responderle, pero fue interrumpido antes de pronunciar una sola palabra.

-Con tu cara de idiota sólo puede tratarse de Lysange -afirmó Jake, con una sonrisa de pillería.    

-¿Y qué si es cierto? -le cortó-. "No respondas a Mason" "No puedo volver para salvarte de nuevo" "Como te metas en líos recibirás otro puñetazo, pero no de Price" "Nota: No saldré contigo, Potter" -recordó las palabras que le había dedicado Lysange en la carta. Sus amigos no pudieron evitar reírse de él y estallaron a carcajadas. 

Cuando ya estuvieron preparados, los tres amigos bajaron hacia el Gran Comedor, pasando por la vacía sala común. Salieron hacia el pasillo del séptimo piso por el retrato de la Dama Gorda que seguía completamente dormida. Cuando llegaron al fin al Gran Comedor, seguidos por Peeves, el poltergeist. No encontraron a muchas personas en él, pero sí a más que en la sala común, se dirigieron hacia la mesa de Gryffindor y por alguna razón, la mirada de James fue a parar por un segundo hacia la mesa de Slytherin y sintió su estómago agitarse al percibir la fija mirada de Evelyn Turner desde la mesa más lejana a la suya, y lo más rápido que pudo, cambió de dirección y se concentró en que el equipo de Gryffindor estaban alrededor suyo, todos casi dormidos pero tratando de sacar energías de donde no habían.

Lysange Malfoy (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora