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—¿Eidan, estás bien? —me dice Dave, mirándome aún con ojos de preocupación. —Parece que tuviste una pesadilla.

—No. —miento, aunque de una manera un poco confusa. —Estoy bien, tranquilo.

—Sólo vine a avisarte que tienes que bajar. Andrés está aquí.

Me gustaría ver cómo se encuentra Andrés después de lo que sucedió. Según lo que dijo Denise estaba en la enfermería, pero supongo que si pudo venir hasta aquí es porque ya se ha recuperado. Sinceramente espero que así sea, Andrés me ha ayudado bastante con lo que respecta a Julio y sería egoísta de mi parte no preocuparme por él.

—Dame quince minutos. —digo y Dave asiente.

Luego de ello procede a salir de la habitación.

Ahora, antes de salir, debo decidir algo; ¿debería de contarles a Andrés y a los demás sobre lo que sucedió en este sueño? No estoy seguro si hacerlo o no puesto que, por lo que me dijeron cuando me sacaron del calabozo y me trajeron hasta acá, parece que ya tienen suficiente de que preocuparse tan solo con el asunto de salir de aquí, considerando que si Julio llega a enterarse probablemente hará lo que sea para evitar que así sea, o por lo menos para evitar que yo me vaya con ellos. También está el asunto de que estamos bajo tierra y el único medio que existe para ir a la superficie (la cual está a bastantes pies de altura), es un ascensor en donde aun siendo espacioso no alcanzará para muchos y yo no pienso dejar aquí a todos los que me ayudaron, ni tampoco a los que se pusieron en contra de Julio; como Diana, Jonathan y Annie, sé que ninguno de ellos ha hecho algo por mí, pero ellos al igual que yo corren peligro con ese maniático sabiendo que ellos no están de su lado. También está el problema de que puede que hoy me iban a quitar mi habilidad, y en cuanto se acerquen a mi cubículo y vean que no me encuentro allí comenzaran a buscarme en todas partes lo que hace este escondite bastante vulnerable. Son muchos problemas los que ya tienen como para que yo venga a traerles una preocupación diciéndoles que mi habilidad puede comunicarse conmigo y que por alguna razón de la cual no me fio quiere poder manifestarse completamente.

Bueno...

Decido levantarme finalmente de la cama y proceder a colocarme mi traje del nivel dos (es curioso que no me lo quitaran mientras estaba encerrado). Introduzco mis piernas de cada lado y luego hago lo mismo con los brazos, cuando estoy completamente dentro del traje procedo a cerrarlo por la parte de atrás, resulta un poco incómodo hacerlo ya que para ello debo de estirar un brazo hacía atrás, y por ende debo de hacerlo con la izquierda porque la derecha está bastante lastimada.

—¡Eidan, estamos esperando! —grita una voz, fuera de la habitacion. Me parece que es la de Andrés.

—¡Ya voy! —digo, de mala gana, mientras me dirijo a la puerta para salir de la habitación.

Respiro hondo. En cuanto salga por ésta puerta comenzarán a planear el escape. Coloco mi mano sobre el picaporte, lo giro y empujo, saliendo de la habitación. Fuera de ella, en la sala principal del dormitorio, habían, literalmente, demasiadas personas. No es exageración. No son sólo diez o veinte, ni siquiera treinta personas las que estaban dentro, el dormitorio estaba realmente atestado de gente. Algunas a las que no vi ni una puta vez en todo el tiempo que he estado en el programa y otros que se me hacían un poco conocidos. El punto es que había demasiada gente, de hecho, todo estaba tan abarrotado de personas que era difícil siquiera buscar un lugar por el cual pasar. Con sólo el hecho de que no podía ver a Andrés era suficiente. Maldición. Por lo menos dejen que vaya a lavarme los dientes, necesito un espacio por donde pasar. Tienen totalmente cerrado el paso en dirección al baño. Las voces también eran otro problema. Había tantas voces mezclándose en el aire que no se podía entender ninguna de ellas, muchas voces e confundían con otras, todo era un verdadero desastre.

EXCELSO [#1] [TERMINADO] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora