28.

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Finalmente decidí volver a la habitación de Denise y dejar de hacerle preguntas a Julio. Siento que mientras más intente saber sobre él y lo que planea, más agravo las cosas, y más aterrador se comporta. Sabe lo de Dave y los viajes en el tiempo..., no importa que tanto me forcé por no hablar del tema en la habitación, se enteró por medio de Dave.

Llega hasta la puerta número veintitrés de la enfermería. No hay nadie afuera, seguramente todos deben de haber entrado a ver a Denise. Me uniré a éllos. Ahora que Denise por fin está consciente, después de una semana entera, me gustaría hablar con ella. La única manera por la que nos comunicábamos antes, era cuando nos tomábamos las manos, ahora tengo la oportunidad de volver a escucharla..., no importa si hay otras personas en la habitación.

Tomo el pomo de la puerta y lo giro, empujando la puerta.

Dentro, todas las miradas que se encontraban absortas en Denise, recaen en mí. Todas disgustadas, a excepción de Braulio y Diana, que estaban sentados en el sofá, sin prestarle la mas mínima atención a Denise. Aún no comprendo qué hacen ellos dos aquí, apenas y vieron a Denise una vez. Igualmente Kevin, no sé porqué me ve de esa forma, si la única vez que le habló a Denise fue para ligarsela, y ésta lo rechazó.

—¿Por qué me miran así? —pregunto, percatándome de la manera en la que la mayoría me observa.

—No te hagas el inocente. —comenta Ángel, levantándose del borde de la cama. —Sabes que toda ésta situación ha sido tu culpa.

¿Aún sigue con eso? ¿Acaso no ve que Denise está bien, gracias a mí? Sé qué por mí Denise quedó en coma, pero por lo menos, la traje de vuelta. Eso debe de contar en algo ¿No?

—Ángel..., gracias a él estoy bien ahora. —interviene Denise.

—¿Sí? ¡Pues gracias a él quedaste en coma y moriste, en primer lugar! —alza la voz, señalándome.

Siento el impulso de lanzarle otro rayo y así callarle la boca, pero Braulio podría volver a evitarlo con facilidad, además de que con hacer eso sólo haré que me vean peor. Así que me cohibo, apretando los puños para suprimir ese rayo de energía.

Me doy cuenta de como se intimida al notar el ligero brillo de mis manos.

—Eidan..., ¿Eso es cierto? ¿Tú me hiciste esto? —Denise aprieta los labios.

Es inevitable sentirme culpable al escucharla hablar se esa forma. Verla mirarme tan expectante y un poco de pesadumbre a la vez, me hace sentir mal...

—Fue un accidente... —confieso, siento una punzada en el estómago al momento de hacerlo.

—¡Sí, claro! —me interrumpe Ángel. —Denise, éste imbécil te atacó con su habilidad y por eso quedaste en coma.

Los ojos de Denise se empiezan a poner llorosos y su respiración se hace mucho más densa.

—Eidan... —jadea. Sus ojos se empiezan a humedecer.

—¡Qué irónico! ¿No lo crees? —habló Ángel, con énfasis. —Mientras tú te preocupabas por él, él trató de asesinarte.

Denise solloza, tapándose la boca con una mano.

Sé que en cierto modo, Ángel tiene la razón, pero nada de lo que le hice a Denise fue intencional.

—No, Denise, escucha, yo...

—Tú, eres un homicida. —masculla.

Empiezo a sentir como mis manos empiezan a arder. La tentación de atacarlo es grande, pero no quiero hacerlo y que todos me vean peor de lo que, de por sí, ya me ven.

EXCELSO [#1] [TERMINADO] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora