2. Luna

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Desperté.

«Bueno, nunca había sentido la sensación a lo que los humanos llaman despertar ¿Para qué necesitan dormir? Es una completa perdida de tiempo.
Argh, lo digo como si el amor no lo fuera. Pero es diferente...»

Me mire «a lo que todos llaman espejo.»

«Soy un cerdo.»

Cepillé mis dientes y bajé las escaleras.

«Caminar es... extraño.»

—¡Cariño! ¿Dormiste bien?

—S-si... mamá.

«¿Quién es esta señora? El universo no me explico que tendría una... familia.»

—Perfecto, desayuna y ve con Mila a practicar. Tienes que ganar una medalla de oro, mi cerdito —rió.

—¡S-si!

«¿Masticar la comida hasta hacerla papilla y luego tragarla para después excretarla? Suena asqueroso.»

Tomé una mochila, «creo que es mía», y la coloqué en mi hombro.

—¡Adiós Tierr-, mamá!

—Adiós cariño.

Llegué a... «¿La pista de patinaje?» Y coloqué mi mochila en el suelo.

—¿Quién es? —una dulce voz, de una chica al parecer.  «Me parece realmente conocida»

—¿Saturno? ¿Eres tú? —pregunté sin pena alguna.

—¿Luna? ¡Luna!

—¡Saturno! —nos abrazamos, y un sentimiento cálido invadió mi ser.

—Creí que a ti era al último en encontrar. ¡Mirate! Eres un...

—¿Cerdo? Claro, soy un maldito tazón de cerdo.

—No, yo iba a decir un humano, pero también.

—solte una risita—. ¡Te ves hermosa!

—Gracias, ahora sólo falta encontrar a 6 ¿No? ¡Que felicidad!

—Al Sol... —me sonrojé y desvíe mi mirada.

—Ja, a él también lo veremos pronto. Aún no me acostumbro a comer ni beber, se siente extraño.

—Y luego tendrás que... —me interrumpió.

—¿Excretar? Lo sé, los humanos le dicen cagar.

—cambie de tema bruscamente—. ¡Ya quiero ver al Sol! ¡Quiero verlo! —empecé a hacer un puchero de niño humano.

—¿Y crees que es tan sencillo? Tenemos que buscarlo ¡En siete días! No podremos buscar en todas partes, quizá ya lo hemos visto pero no nos ha reconocido.

—Ni siquiera sé cómo podría ser él.

—Bueno, deberíamos empezar a buscar.

—¿Cómo lo haremos? No sabemos nada de él.

—Quizá por eso el Universo nos cambió de cuerpos.

—¿Quiénes habrán sido los jóvenes que antes habitaban estos cuerpos?

—Antes de volvernos humanos, nos dijo que ellos tomarían nuestro lugar... Quizá ellos ni existían y él los inventó como excusa.

—Bueno, en la licencia que tengo en el pantalón dice que me llamo Yuuri Katsuki.

—Yo no tengo una identificación a la mano.

—¿Sabes dónde vives?

—Claro que si, ven a ver.

«Sol... ¿Dónde estás, amado mio?»

El Sol y La Luna ✨En Remodelación✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora