Capítulo 6

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Llegados al restaurante, era bastante diferente a lo que estaba acostumbrada. Normalmente uno cuando escucha 'restaurante' se imagina grandes mesas con manteles plisados y lisos, sillas de madera clasicas y un ambiente elegante. Y que, en general, te obliga a regular tu tono de voz para que las mesas cercanas no se enteren de tu conversación. Sin embargo, ese lugar era más una cafetería con un rollo años ochenta, que personalmente adoraba. La mitad de la pared era azul    pastel, mientras que la otra era un tablero de ajedrez formado por baldosas. El mobiliario era casi todo cuero rojo a juego con las mesas, lo que más me llamó la atención fue la gran gramola que había al lado de la barra.
Steve fue derecho a la cocina, saltándose tranquilamente los carteles de "solo personal autorizado, gracias". Yo preferí esperar al lado de la clientela, examinando todavía asombrada a donde me había traido. A los cinco minutos, salió bromeando con un chico, que supongo sería su amigo. Tenía el pelo saturado de gomina, tanto, que tenía el impulso de alargar el brazo para tocarlo. Era delgado y vestía como si acabara de salir del musical de Grease.

- Tu debes de ser Aurora- asenti- andamos escasos de personal y Stevi dice que te hace falta el curro. Solo una cosa …¿Sabes patinar?

No se que me hacía mas gracia, si el apodo de Stevi, el cual no le pegaba nada por su complexión, o el hecho de que tuviera que saber patinar para hacer de camarera. Por suerte tenía un as bajo la manga.

- Desde los tres años.

- Contratada.- por alguna razón, sospechaba que Steve ya sabía ese dato sobre mi.- Empiezas esta noche.

Otra cosa positiva del local esque el uniforme de trabajo iba a nuestra elección siempre que llevaramos la chaqueta, estilo béisbol, de Tania's para poder ser reconocidos. Y obviamente los patines. Steve se ofreció a llevarme, dijo que él también tenía que trabajar y que no le importaba. Asi que, aunque no me hiciera mucha gracia estar casi todo el día con un amigo de Carlo, esta vez me venía bien. Según llegué, fiché y me até los patines bien fuerte para que no se me aflojaran a lo largo del turno. Él permaneció en la puerta, así que me acerque, ya podía irse y dejarme sola.

- Adios, puedes irte a trabajar.- se le escapó una pequeña carcajada

No entendí por qué, hasta dos minutos mas tarde cuando caí en la cuenta.

- Ya estoy en ello novata.

Asesina por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora