Cuando Chuya decía que ir al supermercado iba a ser una aventura lo decía completamente en serio.
—MUHAHAHAHA —La malvada risa del pequeño retumbó por la tienda.
Allí, algunas personas les miraban, otras comentaban sobre ellos, escucharon cosas de todo tipo, desde "Que niño tan mono" hasta "Que maleducado y el adulto no le dice nada" A Chuya le importaba bien poco lo que dijesen sobre él, ni siquiera escuchaba a la gente, lo único que quería era decirse de una vez por una marca de espaguetis.
Dazai estaba subido en el carro de la compra empujado Chuya, aunque este estaba detenido ahora mismo.
Antes de irse a comprar Chuya pasó por casa, tenía claro que camuflarle con el gorro era algo inútil por lo que pensó en que al menos haría algo para que Dazai se entretuviese. Usando algunos de los cartones que recogió del suelo esa mañana —Solo usó los limpios, los que no tenían trozos de pizza pegados— y que afortunadamente aún no había tirado a la basura, le hizo al pequeño una corona y una espada, parecían cosas que le deberían de llevar bastante tiempo, pero no tardó ni diez minutos en hacerlo todo, dejó claro que esa no era la primera vez que hacía algo como eso y también era muy bueno con las manualidades. En su contra también debía decir que no pintó las armas por lo que se quedaron con el color del cartón. Para finalizar cogió una de las camisas que el adulto tenía esparcidas por el salón y la recortó haciendo al niño una pequeña capa que le ató al cuello.
Lo había convertido en un Rey y Dazai lo estaba disfrutando.
—¡Inclinaos, sucios mortales! —Alzo su espada señalando a todas las personas del pasillo.
Chuya no parecía estar escuchándole por lo que tampoco se percató cuando —intentando no caerse de cabeza— el pequeño bajó del carro y se fue buscando a su lacayo.
—Odio que haya tantas marcas, nunca se por cual decidirme, tal vez no debería hacerle espaguetis mañana —Levantó la cabeza encontrándose de frente con otro tipo de pasta— ¿Qué prefieres sopa o espaguetis? Con las dos cosas te vas a ensuciar así que poco importa —Chuya miraba muy intrigado la estantería donde estaba la pasta, odiaba ser indeciso para la comida— ¿Sabes qué? Voy a coger los espaguetis que elegí desde el principio.
Cogió el paquete y lo echó en el carro, amplió sus ojos cuando notó la ausencia de Dazai. Un pequeño espasmo sacudió su cuerpo, pero este cesó al escuchar la voz del niño en el pasillo central. Vio pasar a Atsushi corriendo y tras él corría Akutagawa, con el niño sobre sus hombros.
—¡Muerte al gatito! —Iba con su espada en alto.
—¡DAZAI-SAN! ¿¡POR QUÉ!?
Un suspiro de alivio salió de sus pulmones, habría sido patético tener que contarle a los de la agencia que había perdido al niño por ser incapaz de decirse entre sopa o espaguetis.
Empujó el carro para seguir con su lista de la compra, quería llevarse bastantes cosas, las suficientes para sobrevivir algo más de una semana siendo dos en casa, aunque no esperaba que él y el niño estuviesen juntos tanto tiempo ¿Cuánto tardarían los de la agencia en encontrar a aquel hombre? ¿Dos, tres días? Y eso teniendo en cuenta que Ranpo no estaba haciendo nada por encontrarlo.
—Lord Chuta.
Dazai llegó corriendo hasta él con las manos llenas de pequeños libros, sin pedir permiso los echó en el carro, junto al resto de la compra. Levantó los brazos para que Chuya le metiese de nuevo dentro del carro o como Dazai decidió llamarlo su brillante corcel.
—¿Qué es eso? —Chuya alargó el brazo para coger uno de los libros que trajo— ¿El patito feo?
—Son pentos.
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Chibizai
FanfictionSin comprender como ha sucedido Dazai ha sido transformado en un niño, mientras sus compañeros tratan de averiguar como arreglar el problema, Chuya, la única persona con la que el niño quiere estar tendrá que cuidar de él. Preciosa portada hecha p...