-Porque debían creérselo.
-¿Ah sí?-dije arqueando una ceja.- No te creo Schmidt.
-No me creas.-dijo nervioso.
-Bueno, creo que ya me voy a dormir. Que descanses.-me levanté y salí de ahí.
Entre en mi habitación y me metí en la cama. Estoy segura que no es un viaje solo de trabajo es algo más que eso, porque si no, no estaría tan nervioso a la hora de hablar sobre eso. De tanto pensar en que puede estar tramando Schmidt, me quede completamente dormida
Desperté porque un rayo de sol daba justo en mi ojo, volteé hacía el otro lado y abrí los ojos. Tardé un rato en despertarme bien y luego me fui al baño.
Me di una ducha y me arregle. Baje a desayunar y no había nadie, ni señales de Kendall.
-Buenos días señorita.-me sonrió una de las chicas.- ¿Qué va a desayunar?
-Un jugo, no quiero nada para comer.-dije viendo si Kendall encontraba por ahí.- ¿Dónde está Kendall?-dije intrigada.
-Ah el señor salió temprano. Dijo que tenía que hacer unas cosas antes del viaje de mañana a México.
-Ahh, gracias.-le sonreí.
Bueno, parece que Kendall tenía bastantes cosas que hacer porque estuve toda la tarde sola y aburrida en la piscina. No tenía nada que hacer más que tomar sol y escuchar música desde mi celular.
Almorcé sola, tome la media tarde sola, y cené sola. Me fui a dormir temprano porque el aburrimiento era el apoderado de esa casa.
-Hey, arriba, vamos a perder el vuelo.-lo sentí decir desde la puerta de mi habitación. Me senté en la cama y lo miré.- Levántate.
-Explícame donde estuviste ayer Schmidt.-dije abriendo solo un ojo.
-No tengo que darte explicaciones.-dijo entrando a mi baño. Sentí el agua de la ducha correr.- Vamos entra ahí, dos horas sale nuestro avión.
-¿Qué hora es?-pregunté levantándome.
-Las 5:00 am.
-Hey, no me voy a levantar tan temprano.
-Tienes que levantarte temprano porque en dos horas sale el vuelo.
-Kendall.-dije acostándome de nuevo.- Quiero quedarme aquí.
-Dije que te levantes.-dijo insistente.
-Dije que quiero quedarme.-le dije del mismo modo.
-Bien, tú te la buscaste.
Caminó hasta mí y me tomó en sus brazos.
-¿Qué haces?-grité intentando bajarme de sus brazos.
Pero ya era tarde él me había dejado en pijama bajo la ducha.
-Imbécil.-murmuré mientras el cerraba la puerta del baño.
Me saqué la ropa mojada y la tiré fuera de la ducha. Insulté a Kendall mientras me daba mi baño y al salir me coloqué una camisa de manga larga unos jeans y convers deje mi cabello suelto. Baje y me encontré con Kendall sentado a la mesa, desayunando.
-Me las vas a pagar, te lo aseguro.-dije sentándome. Rio por lo bajo. Al instante tenía mi desayuno en frente.- Me mojaste todo el pijama y el agua estaba fría.
-La culpa es tuya.-dijo sin despegar los ojos del diario.- Tu no quisiste meterte por tu cuenta, algo tenía que hacer.
-Bueno, bueno, como tú digas.-dije desviando la mirada.