Capitulo 36

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La analicé un segundo antes de volver a responderle. Su cabello estaba perfectamente ondulado y caía suavemente sobre sus hombros, sus labios con un toque de brillo, se veían extravagantes y delicados.

Mi mano formó un puño intentando contener los celos y las ganas de echarla de “nuestra casa”.

-Kendall Francis Schmidt.-dijo ella.

-Sí, se quien es mi novio.-le dije. Su sonrisa se hizo aún mas amplia y mis ganas de darle un puñetazo, crecieron.- ¿Quién eres?-enarqué una ceja.

-Kenia.-dijo sin que su sonrisa se esfumara.

-¿Y cómo entraste?-pregunté. Hizo una cara de fastidio y posó su mano sobre su cintura.

-¿Dónde esta Kendall?-preguntó. Largué una risa mientras mi rostro demostraba enojo y furia.

-No se encuentra en casa.-respondí.- ¿Cómo entraste?

-Disculpa nena.-su sonrisa se esfumó.- No estoy como para cuestionarios tuyos.

-Pues deberías estar para mis cuestionarios porque estas en mi casa.

-No, no, no.-movió su dedo de un lado al otro.- Esta es la casa de Kendall.

Crucé mis brazos y la miré amenazadoramente. Hizo mi mismo gesto y me sacó la lengua. ¡Que aniñada resulto ser! Sonreí con ironía y luego abrí la boca para echarla de casa.

-No es solo la casa de Kendall.-dije.- También es mía. Es mi novio.-dije lento y claro. Largó un bufido.

-¿Eres ______?-preguntó arqueando una ceja. Asentí sin bajar la guardia.

-¿Cuál es tu problema y de dónde sabes mi nombre?-pregunté rápido.

-Primero, no tengo ningún problema y estoy cansada porque acabo de llegar de España y segundo, se tu nombre porque Kendall te ha nombrado una que otra vez.-largó al descuido.

Las llaves del otro lado de la puerta se hicieron sentir y ambas dirigimos nuestra mirada hacía allí. Siendo las once y media de la noche,Kendall atravesaba la puerta principal de la casa.

-______ ya…-dejó de hablar cuando se dio cuenta de nuestra presencia.- llegué.-hizo una mueca al terminar su oración.

-¿Quién es esta?-pregunté a Kendall. El sonrió y miró a Kenia.

-¡Kenia!-gritó con emoción, acto seguido, la abrazó.- ¿Cómo has estado?-preguntó aún en sus brazos.

Pintada, tal cual una pintura sobre la pared, con la diferencia que si hubiera sido una pintura de un cuadro, me hubieran apreciado. Los miré atónita y me dediqué a controlar mis notables celos. Mis ojos vagabundearon por la sala y me decidí por irme a dormir en vez de ver a estos dos abrazarse.

-Hey, ______. ¿A dónde vas?-preguntó desde el pie de la escalera.

-A dormir.-respondí secamente y seguí mi paso hacía arriba.

-¿Ya se han conocido?-seguía hablándome a mí, porque me gritaba para que pudiera oírle.

-Si y créeme que no ha dado una buena impresión.-dijo la rubia como al descuido. Paré en seco y la fulminé con la mirada.- ¿Puedes creer me hizo un cuestionario?-le dijo a Kendall, él alzó los hombros y brindó una leve carcajada.

-¿Por qué no te vas por donde has venido?-dije realmente enojada.- No se cómo rayos ha entrado y encima se atreve a tratarme mal en la casa de mi propio novio.-dije. Kendall sonrió al escucharme, acto que colmó mi paciencia.

-Esta loca.-dijo Kenia en una risotada.

-No digas eso.-le dijo Kendall serio. Ella volvió a reír.

La Bella y la Bestia. -TERMINADA- Kendall SchmidtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora