Al bajar nos encontramos con el papá de Kendall, al cual todavía le desconocía el nombre y a la que parecía ser la mamá de Kendall.
-Hola pequeño.-sonrió la mujer besando la mejilla de Kendall.
-Hola mamá.-le devolvió la sonrisa mientras la saludaba. Me tomó de la cintura para acercarme a el y a sus padres.- Ella es _____, mi novia.-me observó a mi y luego a su mamá.
-Oh es un placer conocerte ______.-me sonrió besando mi mejilla.
-El placer es mío.
-Hola _____.-me sonrió el papá de Kendall antes de besar mi mano.- Hola Kedall.
-Hola papá.
La cena no estaba lista aun así que nos sentamos en el living a conversar con los padres de Kendall.
Estábamos sentados en dos sillones, Kendall y yo en uno y frente a nosotros sus padres.
-¿Así que tienes 19 años?-dijo la madre de Kendall. Asentí.
-¿Y que piensas estudiar?-agregó el padre de Kendall. Bien ahora no sabía que responder.
-Le he dicho que por ahora no se preocupe pensando en que va a estudiar. ¿No amor?
-Si.-sonreí ¿Cómo hace para inventar tan rápido?
-Y aun que insiste con ser abogada…-continuó. Las miradas de admiración hacía mi iban en aumento.- yo no la he dejado.-sonrió.- Pienso que las mujeres deben estar en casa. Mas cuando ya nos casemos y vengan hijos debe estar con ellos mientras yo trabaje.
-Buena forma de pensar.-agregó la madre de Kendall.
-La cena esta servida.- nos interrumpió una chica. La cual también desconocía. De seguro era una de las nuevas a la cual Kendall la había contratado esta tarde.
Los cuatro nos levantamos de los sillón y comenzamos a caminar hacía el comedor.
-Kendall…-susurré antes de entrar al comedor.- ¿Cómo se llaman?
-Mi mamá es Kathy y mi papá es Kenet.-me dio un leve empujón para que caminara.
La cena estuvo tranquila. Kendall y Kenet hablaban de negocios y dinero. Kathy y yo nos limitábamos a escuchar ya que ninguna de las dos entendíamos a que se referían.
-Y bueno…-dijo la castaña cambiando de tema.- ¿Qué tienen pensado para la boda?
¿La boda?-pensé en mi interior.- Yo no pienso casarme y menos con ¡Kendall!-
-Aun nada, pero ya vamos a hablar con mas tranquilidad.-respondió .- Lo que pasa es que últimamente tengo mucho trabajo y casi no estamos juntos pero ya vamos a comenzar a planear.-me pateó por debajo de la mesa. Solo sonreí fingidamente.
-Oh… pero tienen que conseguir un lindo salón.-me sonrió.- ¿No crees ______? Yo estaba pensando en que podemos adornar con flores blancas.
-Si, es una muy buena idea.- me limité a decir antes de que le arruinara la fantasía a estos dos.
-Con _____ habíamos hablado de hacer la celebración aquí en el jardín de la casa, es bastante grande y si se decora bien puede quedar muy lindo.-agregó Kendall.
-Me gusta la idea.-respondió el papá de Kendall.
Y el resto de la cena y el postre, se pusieron a hablar de “nuestra boda”. Ja, Ja, Ja yo ni loca me caso con ese psicópata que solo sabe hablarme mal.
Los padres de Kendall se retiraron cerca de media noche dejándonos solos con las empleadas nuevas.
-Bien, todo salió perfecto.-dijo luego de cerrar la puerta con pestillo.
-Ya me explicas todo eso.-me pare enfrente suyo colocando mis manos en mis caderas.- Yo no me casare contigo así que no planees mucho Schmidt.-dije moviendo el pie con nerviosismo.
-Te hago una pregunta.-dijo ignorando mis palabras.- ¿Yo te pregunte sobre la boda?
-¿Qué?-dije sin entender.- Responde a lo que te dije.-casi le grite.
-Mira _____ es así de simple, quieras o no te casaras conmigo.
-Pues, no quiero y no lo haré porque no eres nadie para decirme que debo hacer y que no.-le grité. Dos empleadas se asomaron desde la cocina para observar.
-¿Amor?-dijo dándose cuenta de que nos miraban.- ¿Podemos seguir la conversación en la habitación?-me dio un leve empujón tomándome de la cintura.
-Kendall, es en serio.-susurré mientras subíamos.- No me casare contigo y…-me interrumpió.
-Cállate.-dijo de mala gana pero sin levantar el tono de voz.- Sube hasta mi habitación.
Entramos a su habitación y cerró con llave la puerta.
-Siéntate ahí.-me señaló su cama. Obedecí.- Mira-comenzó a hablar con nerviosismo.- es simple, nos casamos en un mes.
-¿Qué?-dije en un intento de grito, pero pareció un alarido. -No.
-Si.-se sentó a mi lado.- Es que en serio tengo que casarme. ¿Para que crees que te compre si no?-me estaba intimidando con la mirada.- Es por trabajo.-agregó.- Y aun que seas menor de edad te puedes casar porque yo soy tu tutor y yo firmo el permiso.
-No puedes casarme en contra de mi voluntad.
-¿Qué te hace pensar eso?-preguntó con malicia.- ______ soy Kendall Schmidt.-agregó.
-Ya, ni te creas.-dije agachando la mirada.- En serio, no quiero casarme contigo. ¿Qué no te importa lo que yo piense?
-¿Sinceramente?-dijo haciendo una mueca que se confundía con una burla, pero en fin no lo era.- No, no mucho.
-Ahhh por Dios.-me levanté de la cama.- No quiero casarme contigo, ya demasiado tengo con la muerte de mi padre, que me subasten y que justo me toque vivir contigo. Kendall no seas así de malo.-las lagrimas querían salir.- ¿Acaso no tienes sentimientos?
-_______-dijo fríamente.- Todo mundo tiene sentimientos, y no creas que yo no los tengo porque soy una de las personas que más sufren en este planeta.
-¿Y es por eso que me haces sufrir a mi?-dije acercándome a el.- No me casaré contigo.-articulé las palabras para que entendiera mejor.
-Si lo harás.-se levantó de la cama.
-Puedo ser tu hija si quieres, puedo ser tu mucama si prefieres pero no me obligues a casarme contigo.
-Perdona pero ya lo estoy haciendo. Estas cordialmente invitada a nuestra boda.