"El Templor Aire del Sur; Parte Uno"

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AANG

—¡Este es mi barco y tú mi prisionero! No te permitiré escapar—cuando el Príncipe rugió, llamaradas salieron de su boca, provocando un calor bochornoso en el reducido espacio.

Aang intentó llegar a la puerta, pero el otro chico la bloqueaba. El príncipe extendió las manos, intentando atraparlo. Aang se deslizó por un costado, ágil y veloz.

La violencia no era una opción de combate para él. Antes de verse orillado a usar sus poderes, prefería esquivar y evitar los ataques. Cuando se veía obligado a usar sus poderes, únicamente usaba el Aire Control de una forma defensiva.

Camino en círculos alrededor de Zuko. Movió sus pies con rapidez, lo que le permitía estar alerta en todos los ángulos posibles.

Zuko rápidamente se impacientó. Las llamas ardieron con intensidad. Lanzo látigos de fuego al rostro de Aang tan rápidamente que no pudo evitarlos. El joven Avatar movió los brazos en círculos, creando una esfera de aire bajo su cuerpo. Una técnica de Aire Control inventada por él, la cual le había ganado sus tatuajes de Maestro.

Uso la patineta de aire para desplazarse. Tomó la escotilla sobre su cabeza y junto con su bastón, escapó de las garras del Maestro Fuego.

El viento fresco del Polo Sur impacto su rostro. Eso lo hizo sonreír. Aang lanzó su bastón al frente. Las alas de su planeador se desplegaron. El chico salto hacia él para escapar.

Un fuerte tirón lo hizo bajar con sorpresa. El príncipe Zuko había ido tras él. Ambos golpearon la cubierta del barco con fuerza. El pecho de Aang ardía como si hubiera bebido lava ardiente. El dolor le impedía respirar con normalidad.

Jadeando logró ponerse de pie. Intentó tomar de nuevo su planeador. Una pared de llamas surgió frente a su rostro. Zuko no se encontraba tan lastimado como él creía.

Aang se apartó del fuego. Sus pies lo traicionaron. Golpeó el borde del barco y cayó hacia atrás.

El impacto contra el agua congelada fue como ser sepultado sobre toneladas de roca sólida. Todo su mundo se volvió oscuridad...

KATARA

No creía lo que sus ojos estaba viendo.

Sobre Appa pudo mirar impotente como Aang había caído al agua y su cuerpo era engullido por las olas negras. Las lágrimas humedecieron las mejillas de Katara.

"Llegas tarde. Has fracasado"

—¡NO!—grito con la voz desgarrada—. ¡AANG! ¡NO!

Uno, dos, tres... los segundos pasaron sin ningún cambio. Había fracasado, el chico había muerto por su culpa...

El mar hizo erupción súbitamente. Un torbellino de agua se elevó, alzándose sobre el barco de guerra. En la cúspide del torbellino, Aang se elevaba haciendo el Agua Control más impresionante que la chica hubiera visto en su vida. 

Katara no podía mirar el color gris de los ojos del chico. Una intensa luz los iluminaba, brotando de su interior con la misma intensidad que la estela que había salido del la esfera de hielo cuando lo liberaron. Incluso los tatuajes del chico estaban iluminados, dandole un aspecto atemorizante.

LIBRO UNO: AGUA [Avatar La leyenda de Aang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora