"Los Guerreros Kyoshi; Parte Dos"

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ZUKO

Su tío lo acompañaba para tomar el almuerzo de la tarde. Después de todo lo ocurrido en los últimos días, necesitaba encontrar tranquilidad.

Como de costumbre Zuko se encontraba recordando. ¿Cuando fue la última vez que comió en la Nación del Fuego? Habían pasado tres años desde su destierro... Solía desayunar verdaderos banquetes en el comedor real, atendido por cientos de sirvientes.

En aquel momento su padre debería estar desayunado, antes de tomar su lugar en el trono y comenzar con el consejo de guerra. Debía de estar acompañado por Azula, la frívola y manipuladora hermana menor de Zuko, Princesa de la Nación y actual heredera al trono hasta el retorno del principe; un título que Zuko no podía dejar que ostentará más tiempo.

Los hermanos nunca habían tenido una relación buena. Siempre estaban en constante conflicto. Su madre, la Princesa Ursa, había intentado siempre mejorar su relación, sin éxito.

Zuko extrañaba a su madre también, pero a ella no podía recuperarla cuando regresara al palacio real.

Disfrutaban de pasteles de arroz y cerdo vaca en el interior de su barco, en total silencio. Los sirvientes se habían demorado en llevarle los alimentos, lo que incrementaba la impaciencia del príncipe.

—No hay nada como un buen bocadillo—dijo Iroh, descansando sus brazos sobre su amplio vientre—. Zuko, es un día hermoso... quizás a la tripulación le gustaría descansar un poco. Deberíamos hacer una fiesta de té y cantar algunas canciones. Eso siempre mejora el animo.

—¿Alguna vez escuchas lo que dices?—Zuko miro al anciano con desaprobación. El hombre se limitó a sonreír.

—Algunos de los placeres de la vida son sonreír y comer, sobrino. Lecciones que debo de enseñarte.

El último de los sirvientes llego para llevarse los restos de la cena. Zuko lo detuvo y exigió saber por qué había demorado tanto.

—Los soldados estaban hablando—dijo el hombre—. Sobre un rumor qué escucharon del cocinero, que le dijo el chico que fue al puerto por la comida... Me he detenido a escuchar, por eso fue la demora, Alteza.

—¿Que clase de rumor?—Iroh parecía verdaderamente interesado.

El sirviente tragó saliva con dificultad.

—Se dice que el Avatar está en una pequeña isla del Reino Tierra llamada Isla Kyoshi.

El príncipe se levanto abruptamente, derribando la mesa y todo sobre ella. Tomó por sorpresa a su tío y al sirviente. Su mirada chispeaba en cólera.

—¡Estoy rodeado de estupidos!—con una mano, tomó el cuello del sirviente, estrujando su garganta bajo sus dedos—. Dile al capitán que ponga marcha hacia esa isla a toda máquina o lo arrojaré al mar.

El hombre salió corriendo como una sabandija intentando poner la mayor distancia posible, dejando que el chico enfureciera como una bestia enjaulada.

SOKKA

Las cosas mejoraron poco después de la ostentosa reverencia.

Aquel hombre de pronto parecía ver a Aang como alguna clase de divinidad en la tierra, lo que prácticamente era. Junto con aquellas molestas doncellas Guerreras, el hombre los llevó al pueblo de la isla.

Todos los miraban con asombro a lo que Sokka contestaba con saludos y amplias sonrisas. Siempre había sabido de su gran belleza y ver que al fin las personas se daban cuenta era alargador.

LIBRO UNO: AGUA [Avatar La leyenda de Aang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora