LIBRO UNO: AGUA [Avatar La leyenda de Aang]

"El Niño en el Iceberg; Parte Uno"

Gracias por leer y por favor ten paciencia. Los capítulos son largos pero buenos.

Creídos por la portada a @Daniela_Nicole / @PortadasWatty

KATARA

La corriente del mar agita la canoa. Katara estaba acostumbrada al movimiento. Los habitantes de las Tribus Agua tanto del Polo Norte y Sur eran los mejores marineros del mundo, incluso aún cuando no poseían una flota formidable.

Katara miraba el agua en busca de peces. Había salido muy temprano junto a su hermano mayor Sokka, pero  tras una larga mañana, lo único que habían atrapado era el frío del Polo Sur.

—La paciencia es la clave. Debes esperar que los peces vengan a ti. Cautos e ingenuos—decía Sokka, inclinado contra el agua. En su mano sostenía una lanza de diente de foca tigre a modo de arpón.

—Aquí el único ingenuo eres tú—murmuró Katara para sus adentros. Suspiro cansada por la espera, justo cuando vio una sombra en el agua.

¡Era un pez! La chica estaba tan feliz que olvido el arpón. Deseando que la presa no escapará, extendió su brazo y respiro profundo.

Desde pequeña, Katara sabía que era una Maestra Agua, capaz de controlar dicho elemento a su voluntad, igual que otros Maestros en todo el mundo podían hacerlo.

El único problema es que era la única Maestra de su tribu. Nunca había recibido un entrenamiento formal. A sus catorce años, su Agua Control era algo un poco más que humillante y triste.

Para su sorpresa, aquella vez funcionó. Con esfuerzo una esfera de agua cristalina se elevó desde el mar, con el pez en su interior. Sudor frío corría por el cuello de la chica, pero decidió ignorarlo. Debía concentrarse.

—Hermano...—lo llamó con delicadeza.

El chico de quince años la mando callar.

—Espantaras a los peces—le sermoneo Sokka, sin prestarle mucha atención.

—¡He atrapado uno!—su repentina emoción fracturó la esfera de agua. La chica perdió el control, provocando que estallara. La mayor parte del agua termino sobre su hermano.

El adolescente se levanto hecho una furia. Gotas de agua se deslizaban por su rostro moreno. Apretaba la lanza con fuerza.

—¡Estoy cansado!—gritó Sokka—. ¿Por qué tienes que hacer eso cerca de mi? Siempre terminas empapándome.

—Lo siento mucho, Sokka—Katara intentó disculparse—. No ha sido mi culpa, es soló que yo...

—¡Claro que ha sido tu culpa!—la señaló con su lanza—. ¿Cuando entenderás que no eres una Maestra Agua real? Soló eres un fenómeno. Juegas a que puedes hacer algo bien y fracasas. No puedes controlar el agua, así que detente y déjame tranquilo.

Regreso a su lugar indiferente, sin darse cuenta cuánto sus palabras habían herido a su hermana menor. La tristeza en el corazón de Katara fue rápidamente remplazada por la rabia.

Se puso de pie, provocando que la canoa se tambaleara.

—¿Yo soy la que juega?—gritó con lágrimas tras los ojos, atrayendo la atención de su hermano y posiblemente espantando a todos los  peces a su alrededor—. ¿Con que derecho tú mas que nadie se atreve a decir eso? Desde que padre se fue, finjes ser un guerrero, alguien valiente. ¡Déjame decirte que no lo eres!