Wells: a magical story

2. Evans

Evans

- La ha atrapado. – la voz de Roy resonó alta y clara por toda la Sala Central, rebotando en las blancas y brillantes paredes como si de una profunda cueva se tratase.

Maldije en voz alta. Había una gran posibilidad de que esto pasara, Samael ya se había puesto en marcha, pero esperar la noticia no hacía que me molestase menos.

Roy prosiguió. No sin antes dirigirme una mirada de desaprobación.

- Valery Wells... recuerdo a su abuela, sin duda, una de las mejores brujas que haya existido. Ella es importante, es poderosa, incluso más que el resto de la nueva generación y todos sabemos cómo ama Samael el poder. Ni siquiera quiero pensar por el infierno que estará pasando esa chica. - Añadió.

El silencio volvió a reinar en la sala, era mi deber rescatarla, me había sido asignada su protección desde hacía unos años, y aunque hasta ahora su vida había sido de los más convencional, permaneciendo a la sombra en el mundo de los humanos y haciendo por tanto que mi trabajo fuese más fácil, ahora, necesitaba mi ayuda y no me quedaba otro remedio que intervenir.

- Iré a por ella. – dije mientras comenzaba a dirigirme de nuevo hacia el pasadizo.

- No tan rápido Evans. – me detuvo Simon. – A mí me costó semanas liberar a Thomas. No es tan fácil. Samael ha reforzado sus barreras, además, se trata de una Wells, la tendrá encerrada bajo siete llaves.

Gruñí. Odiaba que las cosas se complicasen.

- ¿Y qué propones? – respondí con brusquedad.

- Hay que esperar, tenemos que construir un plan, si vas ahora solo conseguirás que te atrapen. Deja el ego a un lado por una vez en tú vida. Esto es importante.

-¡Sé que es importante!– contesté con rabia.

¿Cómo se atrevía si quiera a presuponer que no lo consideraba importante?

- Chico, vaya humos, relájate. Todo saldrá bien. - comentó Jason con su particular sonrisa de oreja a oreja.

Lo fulminé con la mirada, como podía estar siempre tan... ¿feliz? no sabía si esa era la palabra, pero odiaba que Jason siempre tuviera esa expresión burlona en su rostro, ¿es que no podía nunca tomarse nada en serio? aquello era importante, me atrevería a decir que lo más importante en estos momentos.

Miré a Harris con su característico ceño fruncido. Al menos él se mantenía al margen, me dejaba actuar y no se metía en mi camino.

Permanecí en silencio, mientras los observaba a ambos. Miré de nuevo en dirección a Roy. Maldita sea, sabía que tenían razón. Necesitábamos un plan. Pero mi reacción era totalmente justificada, éste era mi deber, era mi obligación, y ahora todo se había truncado. Si de por sí era difícil ser un Protector, actuar contra un adversario como Samael lo hacía todo mucho más complicado.

- Está bien. Pongámonos a trabajar entonces. Tengo que sacarla de allí. – no esperé ninguna respuesta, di media vuelta y salí de la habitación.