La oscuridad invade mi habitación, el aire es frío, las sabanas intentan brindarme calor pero no funciona, existe una sola fuente de calor cerca a la que me aferro: un cuerpo cálido que yace junto a mí, aunque no quiero me obligo a abrir los ojos, ahí está. De cierta manera no me sorprende que sea él, Sebastian.
Es perfecto, un hombre grande, de piel blanca y suave, su negra cabellera cae sobre su rostro tapando sus ojos, me armo de valor y con delicadeza quito los mechones de su cara, su bella cara. Este hombre parece esculpido por los mismos dioses, curioso a pesar de ser un demonio...
Espera ¿demonio? ¿De donde he sacado eso?
- Buenos días... - lo escucho susurrar, un par de ojos soñolientos me observan y yo sin dudarlo respondo
- buenos días ¿como has dormido?
- Siempre duermo bien a tú lado, me has vuelto un demonio perezoso
- No me culpes, tu ya eras así cuando te conocí - digo entre risas ¿qué esta sucediendo? ¿Demonio?
- Eso es una farsa - continúa con fingida indignación - Tú siempre has sido quien duerme más de doce horas
- ¡Por supuesto que no! ¿De donde sacas eso? Que irritante eres
Sebastian
se ríe y me toma por la barbilla, me besa y mis labios reaccionan instantáneamente, conozco esta sensación, el rose de su cuerpo con el mío, sus labios, tan suaves y cálidos que me obligan a seguir su ritmo. Sin quererlo una extraña sensación de dolor me ataca, un vacío en el pecho y el miedo me obliga a preguntar
- ¿Qué pasará el día en que me muera?
Su semblante se torna triste y con el ceño ligeramente fruncido me responde
- Ciel, no es prudente hablar de eso ahora, tienes solo trece años, aun te queda mucho por vivir
A pesar de su seriedad al respecto no puedo evitar insistir en el tema, ¿trece años dijo? No entiendo nada de lo que sucede
- Pero en algún momento debemos tocar el tema, no viviré por siempre
Su rostro denota ahora algo de molestia, pero no debo dejar pasar mas tiempo, Sebastian toma impulso y se sienta en la orilla de la cama, dándome la espalda
- Te di una opción hace tiempo, ¿por que no la aceptas? viviríamos juntos por siempre
- No es tan fácil, en algún momento te aburrirás de mí, y entonces ¿que haré yo sin ti? ¿Con una vida y una soledad eternas?
- ¡Deja de decir eso! - grita mientras de gira para verme, toma mi rostro entre sus manos y continua - Ciel, eres el único humano que ha logrado hacer que yo sienta algo real, antes de ti no hacia mas que clasificar a la gente entre el tipo 1, tipo 2 y tipo 3 pero tú, tú no eres ninguno de esos, eres especial, la única persona en el mundo que realmente ha logrado hacer que me preocupe, quien me ha hecho olvidar mi hambre con una caricia. Jamas me aburriré de ti
Una parte de mí no puede dejar de emocionarse y muere por aceptar su propuesta, una vida eterna junto a él, pero no sucederá. No en esta vida.
- Perdón... - susurro y cierro los ojos, el suspira y yo lo miro solo para encontrar una sonrisa mas falsa que el cariño que siento por Elizabeth
- No importa, tengo una vida para convencerte
- ¿Y... Si no lo logras? ¿Qué harás cuando llegue mi momento de...?
- Shh... No lo digas - susurra - pero si llega el momento y para entonces no quieres una vida eterna esperaré, esperaré a que vuelvas a nacer y cuando eso ocurra te buscaré. Te buscaré en cada nueva vida que tengas, y me quedaré junto a ti, no es algo muy sencillo, pero de cualquier forma podré seguir contigo, no olvides que te amo Ciel...- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Una fría mano sobre mi brazo me obliga a abrir los ojos de golpe, la luz del sol me ciega por unos segundos. Estoy realmente confundido, mis sueños se vuelven cada vez mas extraños
- ¡Ciel! Ya despierta, son casi las 12:00 y tú sigues acostado
- Lo mismo deberías hacer tú - respondo de mala gana - que yo sepa Angelina los tuvo trabajando a ti y a Alois hasta la misma hora que a mí
- En efecto, pero nosotros ya estamos acostumbrados, ven vamos a que comas algo y después vamos a ver a Sebastian
Su nombre me hace reaccionar al instante - ¿Y para que iríamos a verlo? Lo vemos todos los días, supongo que hoy también lo veremos, además no creo que Bard nos deje entrar en su cocina
- Es que no lo veremos en la cocina, quiere que vayamos en la azotea, dice que tiene un regalo para nosotros
- ¿Regalo? ¿Ahora pretende comprarnos?
- No seas tonto Ciel - se ríe mi prima - anda vamos, Alois está impaciente
- ¡Tambien invitó a Alois! ¡Claro! ¿Por qué cortejarlos uno por uno si puedes hacerlo hacerlo con los tres al mismo tiempo?
- ¿A caso estas celoso? - dice con una sonrisa en el rostro
- ¿¡Celoso yo!? Elizabeth deja de decir tonterías, no lo conozco no puedo ponerme celoso así de la nada, además, es un patán y a mí no me gustan los hombres
- Puede ser, pero nadie sabe, quizá el este destinado a ser el amor de tu vida ¡oh que romántico!
- No eres graciosa - digo con cierto deje de molestia y ella ríe, después de un largo suspiro continúo - esta bien, vamos, solo deja que me cambie
- ¡Ja! Sabía que accederías, después todo Sebastian te llama la atención
- ¡Fuera de mi habitación Elizabeth Middleford! - grito fastidiado y ella corre hacia la puerta carcajeándose, ¿será qué algún día la gente dejará de divertirse a mis costillas? Me levanto de la cama y saco una muda de ropa de mi armario, un pantalón de mezclilla y una camisa azul son mas que suficientes, me deshago del pijama y me pongo el pantalón - está frío - susurro, junto cuando abrocho el pantalón alguien toca a mi puerta ¿Lizzie habrá olvidado algo? - ¡pasa!
- Buenos días joven amo
Su voz. Instantáneamente volteo a verlo, es idéntico a como lo vi en ese sueño ¡Maldicion! desvío el rostro para evitar su mirada y respondo - Buenos días ¿que haces aquí?
- Uy, alguien amaneció de malas, en fin, estuve investigando y una de mis obligaciones como mayordomo es traer el desayuno, espero que te guste
Su actitud me deja atónito durante unos segundos, jamas esperé este tipo de trato, aunque es nuevo de cierta manera me resulta familiar.
- Gracias... - digo y me concentro en los botones de mi camisa, cuando al fin termino me doy cuenta de que me sobran dos botones - ¡Diablos!
Sebastian lleva su mano a su boca y deja escapar unas pequeñas risas apenas audibles - ¡Deja de reírte!
Él obedece pero a cambio se acerca a mi y pidiendo permiso desabrocha la camisa lentamente
- ¿Q - que haces..?
- Solo cumplo mi deber como mayordomo
Mientras desabrocha los botones sus dedos rozan levemente mi torso, son caricias suaves, tibias y quizá accidentales pero no por eso dejan de resultar bastante eróticas, cierro los ojos y me dejo llevar por el momento. Sus manos ya solo están acomodando el cuello de la camisa no sin dejar de tocarme, antes de darme cuenta dejo escapar un suspiro pero lo noto justo a tiempo como para hacerlo pasar por una queja de cansancio
- ¿tienes sueño aún? - dice con una sonrisa, misma que sin dudar respondo
- Un poco
- Pero si dormiste hasta medio día
- Bueno, si tuvieras que quedarte despierto tanto tiempo como yo seguramente te sentirías igual
Su semblante cambia en un par de segundos, de la sonrisa sincera que se hallaba en su rostro ahora no queda nada
- Ciel ¿puedo preguntar algo?
- Sí
- hasta donde yo sabía, Madame Red nunca te había obligado a acostarte con alguien, pero eso cambió hace poco ¿porqué?
- Quisiera no hablar de eso, no aún
Puedo ver en su rostro una mueca de decepción ante mi respuesta pero no contaré nada al respecto
- Bien, ¿como te sientes? ¿no te duele nada hoy?
- No, parece que mi cuerpo está acostumbrándose
Sebastian frunce el ceño y desvía ka mirada, no soy el mejor al expresarme y creo que esta vez lo arruiné de nuevo, no debí decir eso aunque sea verdad, cada día que pasa el cuerpo me duele menos, me estoy acostumbrando a no dormir, a que me toquen sin permiso, me estoy acostumbrando a los insultos que arrojan, pues los he escuchado tanto que incluso, en ocasiones suenan como mi nombre...

ESTÁS LEYENDO
Acendrado
FanfictionVestido rosa pastel, tacones negros, peluca, labial, rubor, sombras. Después de todo no soy tan distinto <<parece que te equivocaste de cuerpo>> ¿Será cierto? Soy mas débil que cualquier otro hombre, mis facciones son delicadas, mi piel...