Pov Anastasia
"Llego a las una de la mañana a NY. ¿Crees que Ted me escuche entrar? Me gustaría sorprenderle en el desayuno."
Sentada en mi oficina dejo el teléfono que aún mantiene la pantalla encendida con el mensaje, suena un poco demasiado malditamente como un padre ejemplar. Estoy en medio de un complejo mar de sentimientos en los que predomina el temor. Me reclino en el asiento de presidente que tengo y giro para mirar la foto de mi hijo, debo hacerlo por él, por su sonrisa y porque debo tenerle frente a frente para poder terminar con esta farsa.
He demorado mucho en tomar el coraje, me considero un poco estúpida, no, demasiado estúpida por permitir que esto llegara tan lejos. Pero solo rezo por poder frenar esto de una vez por todas.
"No te va a escuchar, duerme demasiado profundo después de la escuela."
Contesto antes de decirle que no quiero verle, ni oír lo que tenga que decir ni mucho menos despedirlo una vez más. Apago mi teléfono y me concentro en los manuscritos que debo aprobar para esta semana, eso me distrae el tiempo suficiente como para que, al darme cuenta, Chase llame a la puerta diciendo que ya es hora de irse. Mi corazón se acelera cuando al prender mi teléfono veo una llamada perdida de él, pero decido ignorarlo.
De camino a casa pido hacer una parada para que pueda comprar algo para Ted, finalmente ha vuelto a la escuela y no resultó ser más que un pequeño cólico por los nervios, estaba extrañando a su padre, pero al parecer la llamada ayudó en lo que sea que le haya dicho. Desde se momento no ha parado de querer ayudarme en todo, incluso cuando nuestra empleada ha ido como todas las semanas, la ha estado rondando para ver en que podía ayudar, mientras que en la escuela ha hecho todos sus trabajos y obtuvo una estrella por buen comportamiento.
Esas son el tipo de cosas que detesto que haga, pone demasiado ansioso a mi hijo, quien después queda devastado con la despedida. Me detengo frente a un escaparate que exhibe juguetes y decido que me aventuraré en esta tienda, no es la más costosa, pero se que obtendré lo que a mi niño le gusta.
Paso por los estantes buscando algo relacionado a los aviones, le fascinan esas máquinas del demonio y también los helicópteros, no se de donde, pero ha sacado una manía con ellos y ama coleccionar pequeños modelos que he ido colocando en una repisa de su habitación.
- ¿Ana? - una voz de mujer me llama y me parece familiar. Por supuesto que lo es.
- Lo siento me confunde con alguien más- trato de que aquella mujer tan conocida para mi se aleje, pero al parecer hoy no es mi día de suerte.
- No, estoy segura que eres tú Ana. ¿Acaso no me recuerdas? Soy Megan, eramos mejores amigas hasta que te fuiste y nos dejaste de lado.- hay un ligero reproche, pero tiene razón los he dejado de lado a propósito.
- Oh Megan... es bueno verte.- digo menos emocionada de lo que parece, pero ya no hay sentimientos en mi, no para lo que dejé en Seattle. Ella es todo abrazos y besos que trato de corresponder, pero es demasiado hipócrita incluso para mi.
- Wow Ana no pensé que te encontraría en una juguetería. Aunque ahora que lo pienso, Farrah nos contó algo sobre un pequeño Steele. Debes presentarme a esa preciosura, según ella era una verdadera belleza. - dice con una sonrisa y dejando dos besos en mis mejillas. No puedo corresponder esa felicidad. -Te vez bien para ser madre.-
- Gracias... en realidad ya ha pasado mucho tiempo.- digo tomando con más fuerza el pequeño avión para montar que tengo en mis manos. Su mirada baja a mis manos y tengo el impulso de esconder lo que tengo en ellas. -¿Qué haces en Nueva York? Esto está un poco lejos de Seattle. Y es más raro que estés en una juguetería.- comento para desviar la atención.
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Lo Inevitable #PremiosObsesiónGrey2018
FanfictionYo había erigido muros. Él, en cambio, había construido puentes para llegar a mi corazón. ***** Hola! les traigo una nueva historia que tiene como protagonistas a nuestros favoritos del momento. Esta vez es diferente, las sombras cambian y simpleme...