Cosas cotidianas

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Pov Anastasia

- Ana solo dime quien te gusta... se que estás loca por alguien, andas más perdida de lo normal.- insiste Meg en medio del pasillo mientras caminamos en búsqueda de mi casillero. 

- No estoy enamorada de nadie Meg, simplemente pienso en mis cosas, eso es todo.- es frustrante que siga con eso desde la semana pasada, cuando nos encontró como a las tres de la madrugada con Christian tirado en el piso durmiendo y yo en el sillón mientras que la pantalla del televisor estaba apagada y todo en la sala indicaba noche de cine. 

- Pero es que te la pasas en la luna, aparte de que la otra noche estabas sola con Christian.- me mira sugestivamente y solo ruedo los ojos. -Meg no pasó nada, solo dormimos después de ver como tres pelis, y ya.- 

- Si claro, un chico apuesto, pasas toda la tarde a solas con él y después no sucede nada más que una noche de pelis. No te creería si no fuera que llevamos años de amigas y tu eres un pequeño ser tímido en medio de un mundo pervertido.- ríe mientras dejo parte de mis libros en el casillero y ella se acomoda el cabello.

- Parker no te pases, simplemente es que Christian es como un amigo, no podría pasa nada entre nosotros porque está a mil años luz de las personas como yo. Es decir, mírame Meg, el ni siquiera me ve como una chica.- 

En mi cabeza suena una alarma de que estoy cometiendo un error, pero la verdad es que se que a Megan le interesa Christian, y en este poco tiempo en que le he conocido se que no está interesado en nada más que en levantar su empresa, lo cual es bastante maduro de su parte. Creo que ahora quiero ser capaz de poder ayudarle con el dinero, siento que puedo confiar en que lo logrará y será lo suficientemente leal como para gastarlo en alguna estupidez. 

Megan tendrá que dejar de molestar porque sino tomaré medidas extremas. Christian ahora es mi amigo y no permitiré que lo arruine esto que estamos construyendo de manera sana con sus comentarios con segundas intenciones. 

Tuvieron que pasar mas de dos semanas para que mi mejor amiga olvidara el incidente y yo no me sonrojara cada vez que veía a Christian, pero la noticia duró en el grupo un poco más que eso, ahora Grey era un miembro permanente en nuestro extraño arreglo grupal y pasaba casi todos los días con nosotros después de sus clases. 

Cuando finalmente entregamos el trabajo y obtuvimos una muy buena nota, era básicamente el momento de volver a casa por un breve receso antes de retomar las clases, el semestre había terminado bien para todos y después de pasar mas de tres semanas estudiando para algunos exámenes, simplemente queríamos huir a un mundo en que no existieran los apuntes de clases o las carpetas y libros de teoría. 

Christian, Meg y yo volveríamos a Seattle en el mismo vuelo después de comprobar que todos podíamos liberarnos de nuestras responsabilidades casi en simultáneo, al instante supimos que queríamos atravesar el país los tres juntos, y ahora pensaba todo lo que había sucedido en seis meses mientras compartía asiento con las dos personas más importantes para mi. En estos meses nos habíamos vuelto mejores amigos y era genial compartir lo que se habían convertido en viernes de pelis mientras que los demás tenían citas. 

Nunca se pasó de los límites, nunca hizo bromas de mal gusto, se convirtió en alguien en quien podía confiar tanto o más que Megan, que muchas veces había discutido conmigo por saber más cosas de él que ella, pero no podía decir o hacer nada. No quería que por un chico se rompiera nuestra amistad, pero Meg nunca daba el paso y temía que todo cambiara radicalmente cuando lo hiciera. 

- Oye Ana.- susurra alguien a mi lado y abro los ojos para encontrarme con las luces atenuadas del avión. 

- ¿Que pasa?- pregunto acomodándome y prestando atención a Christian que está apenas iluminado por la luz de su computadora, se encuentra para el lado del pasillo mientras que Meg duerme completamente en el lado de la ventana, lo cual me ha dejado en el incómodo medio.

Lo Inevitable #PremiosObsesiónGrey2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora