KagomeHacia mucho tiempo que había decidido permanecer al lado de Inuyasha en la época feudal, 500 años atrás de su tiempo original.
Le había sido de alguna manera muy difícil acostumbrarse a estar ahí, después de todas las comodidades que tenia, pero ella lo había aceptado, amaba tanto a Inuyasha que había sido capaz de dejar a su familia por el solo hecho de estar a su lado.
Pero hace poco iniciaba a sentirse de alguna manera sola, por otra parte, desde que habían ido al palacio de aquel emperador Inuyasha había iniciado a comportarse de una manera un tanto extraña, se quedaba sentado mirando a un punto fijo y no decía nada.
El monje Miroku también lo había notado pero Kagome le dijo que no hablara con él, ella lo tendría que hacer, sin embargo esa mañana al despertar temprano para ir a acompañar a la anciana Kaede notó que Inuyasha no estaba en la aldea.
No se preocupo mucho porque sabia que podía defenderse y quiso aprovechar su momento a solas yéndose a dar un delicioso baño aunque con el agua helada.
Después se vistió y regreso a la aldea, le extraño no encontrarlo de nuevo, pero siguió sin darle importancia; le contaron que el monje Miroku había partido a una aldea cercana a purificar un área con sus pergaminos así que paso a la casa de Sango.
Ahí se encontraba ella y Kagome le ayudo a preparar la comida, pero de nuevo esa sensación de tristeza la recorrió y Sango rápidamente lo noto.
-Kagome, ¿hay algún problema? -preguntó ella sin rodeos.
Kagome agradeció que ella la conociera tan bien que la hizo sentirse solo un poco mejor.
-No es nada, Sango -dijo, a lo que ella entrecerro los ojos y pregunto.
-¿Ahora que hizo, Inuyasha? -comentó aburrida.
La pelinegra no pudo evitar soltar una risita y negar rápidamente, no, Inuyasha no era el culpable de su tristeza.
De pronto sintió los brazos de Sango rodearla en un cálido abrazo maternal, Kagome correspondió y no pudo evitar el derramar algunas lágrimas.
Le confesó la causa de su dolor y Sango la comprendió, ella también había perdido a su familia por la culpa del maldito de Naraku, todos lo sabían, pero ahora, su hermano seguía con ella y estaba viviendo con el hombre que amaba.
Pero también comprendió que al menos ella todavía tenia a Kohaku y que Kagome aunque fuera tan fuerte como siempre lo había demostrado también necesitaba a su familia.
Kagome se despidió de Sango porque quería estar un momento sola, para aclarar sus pensamientos, se dejo guiar por sus movimientos y no pensó en un lugar específico a donde ir.
Cuando recobró el conocimientos de sus actos se dio cuenta de que había caminado justo al pozo de los huesos, aquella pequeña parte que alguna vez conectó dos lineas del tiempo distintas.
Se sentó al bordo del pozo y pensó en que era lo que ocurriría con su familia; ¿Su madre estaría preparando la comida?, ¿Sota tendría una cita? y ¿Cómo estaría el abuelo?. Se dejó consumir por las preguntas y los imagino a todos reunidos en la mesa teniendo un momento ameno.
Inuyasha
Corrió por los senderos de una manera rápida y silenciosa, de vez en cuando saltaba un poco para avanzar unos cuantos tramos más.
Cuando estuvo no muy lejos logró divisarla con su ropa de sacerdotisa, estaba sentada al bordo del pozo y no pudo evitar verla con ternura y amor.
Lo volvía loco su hermoso cabello negro que caía en una cascada, también sus hermosos ojos le hacían perder la razón, pero él también era orgulloso y no lo iba a admitir, o al menos, no por ahora.
Habían pasado mucho tiempo juntos e Inuyasha aun no se había atrevido a proponerle algo un poco mas formal aparte de ser su compañera. Quería hacerlo pero las palabras no brotaban como debían hacerlo.
Además, había estado pensando en la ausencia tan repentina de Rin en la aldea desde hacia tiempo y el porque Kagome y la anciana Kaede no le habían comentado nada, aparte, lo que mas le traía represarías en su ausencia era que tampoco Sesshomaru se habia presentado hasta ese dia.
Se acerco a e con paso sigiloso, dispuesto a abrazarla pero ella giro a verlo.
-Inuyasha -dijo melodiosamente.
-Kagome... te he estado buscando -pero él vio en sus ojos lagrimas- ¿eh? ¿Estas bien? ¿Hice algo malo?
Ella sonrio pese a que una lagrima se le resbalaba por la mejilla, lo abrazo y le dijo al oido.
-No, tu no has hecho nada -y se pusieron a hablar.
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¡Hola! Perdón por tardarme, pero los examenes finales me traen un poco agobiada, bueno, en realidad no, pero... bah! No he tenido tiempo, y sé que este capitulo solo es de Inuyasha y Kagome pero ellos tambien merecen un poco de protagonismo en esta historia, esperen el proximo capitulo más rápido. ¡Los quiero! ¡Adios!
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Detrás del rostro frío ◆Sesshomaru y Rin◆
RandomSessrin es mi pareja favorita así que decidí hacer una historia de ambos personajes, de como me gustaría que fuera su relación, después del ultimo capitulo del anime: Inuyasha. Espero y les guste ♥ Esta historia es completamente mia y por lo tanto n...