Capitulo 19

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Inuyasha fue el primero en reconocer el olor, giro a ver a su hermano pero él no le dirigio la mirada; se levantó seguido de Kagome y Jaken, perplejos del acto.

Sesshomaru estiro su mano y sintio la brisa recorrer su palma con aquel olor tan familiar, estaba muy sorprendido, sin duda, pero su cara no mostraba ningun ápice de asombro.

Lo que se le hizo raro fue que algo cayo en su mano, miró con mas atencion y se dio cuenta que era un cabello, se lo llevo a la nariz y aspiro el delicioso olor que emanaba de él.

Sí, era de Rin.

Avanzó unos cuantos pasos, tenia que seguirlo, deberia de ir por ella, saltó dispuesto a seguir su escencia no perderia mas tiempo, pero una voz lo hizo detenerse, era su madre.

-Sesshomaru, ¿Tienes pensado ir y dejar a tu madre? -dijo Irasue.

Sesshomaru lo pensó mejor, pero se dijo a si mismo que habria otro tiempo de seguir hablando con su madre, pensaria en algo para recuperar la Piedra Meido y que si no se daba prisa el rastro de Rin se desvaneceria.

No le respondio y se elevo aprovechando las corrientes de aire para ir cada vez mas rapido; Irasue no se molesto y mostro una cara llena de satisfacción, ahora podia entender a la perfeccion los sentimientos que su hijo tenia por aquella niña humana y se dio cuenta de que tenia que seguirlo asi que se transformo en un demonio y lo siguio de cerca.

Inuyasha

Estaba dispuesto a ir detras de ellos cuando la anciana Kaede llego y le grito.

-¡ALTO AHÍ, INUYASHA! -él se detuvo en seco y miro a la anciana con la mandibula tensa.

-¿Y ahora qué es lo que quieres, anciana? -replico él.

-No debes de interferir, Inuyasha, eso no es asunto tuyo y lo sabes.

-La anciana Kaede tiene razon, -escucho a Kagome decir- ademas, no creo que Sesshomaru se ponga muy feliz de que interferamos.

Inuyasha sabia que ambas estaban en lo correcto, pero aun asi la duda le molestaba, queria ser participe de aquella pelea, pero Sesshomaru siempre habia sido orgulloso y mas si se trataba de Rin, asi que guardo a Tessaiga en su funda y dejo pasar lo cometido.

Rin

Me levanté pesadamente dejando de nuevo que el aire recorriera mi pelo sutilmente, esperando que esta vez alguien viniera por mi.

Resignada camine frente a la comida que yacia fria sobre el pequeño plato, tome los palillos e inicie a comer despacio, una vez que termine una mujer entro y se llevo las sobras; dejandome de nuevo sola.

No, tenia que irme, ahora; abri un poco la puerta deslizandola tratando de no hacer ningun ruido, para mi fortuna no habia nadie cerca y me aleje de la habitacion no sin antes cerrar la puerta para que pensaran que me encontraba dentro, camine evadiendo a los lugares concurridos sin fijarme que iba en dirección a la habitación del emperador.

Pare en seco unos centimetros antes de llegar, la puerta estaba abierta pero no se escuchaba ningun ruido, iba a pasar de largo cuando vio en el futón la Piedra Meido, paro en seco y sus pies y sus manos caminaron ignorando sus pensamientos de peligro solo para tomar el collar y volver a alejarse de ahi a paso veloz, lo escondio dentro de su kimono y al girar en un pasillo se encontro cara a cara con la persona que menos queria ver en este momento.

El emperador.

-Rin, ¿Qué estas haciendo aqui? -preguntó él con la cara roja del enojo.

Ella retrocedio un poco solo para darse cuenta de que el hombre no iba solo, sino con una mujer de cuerpo esbelto y de rasgos parecidos a él, que soltaba una pequeña risa mientras se agarraba del brazo del emperador.

-Así que esta es la famosa mujer -dijo ella- interesante, la primera que conozco que no luce desesperada por casarse contigo.

El emperador la fulmino con sus ojos azules y se giro a mi de nuevo enojado, se solto del agarre de la mujer y se acerco a ella a paso veloz, Rin tembló de miedo al verlo tan cerca.

-¿Qué estas haciendo aqui? -volvio a repetir.

-Yo... yo... este yo... -tartamudeo.

-Por favor Kadai, deja respirar a la chica -hablo la mujer y aparto al emperador de mi, era la primera vez que escuchaba el nombre del emperador- yo soy Saya, la hermana mayor de este cabeza hueca.

Rin se habria reido de no haber visto al emperador con el ceño fruncido y su vista fija en ella.

-Me llamo Rin -dijo y se inclino.

-Lo sé, -dijo ella- eres una campesina, ¿no es asi?

Rin asintio, pero no agacho la cabeza, no tenia porque intimidarse ante las palabras certeras de la mujer.

-¿Por qué estas aqui? -pregunto ella con los ojos entrecerrados, Rin se enderezo- ¿De dónde eres?

-Soy de una aldea alejada, aquella misma donde una sacerdotiza custodiaba la Perla de Shikon. -dijo Rin firme y con la cabeza en alto- estoy aqui en contra de mi voluntad, haciendome llamar la protegida del emperador.

Kadai se tenso bajo las palabras de la joven y mas por la aldea de la que provenia.

-¿Y tus padres? -pregunto la mujer.

-Fueron asesinados por ladrones.

-¿Cómo es que llegaste aqui?

Rin agacho la cabeza recordando a la anciana Yoko y a Yukari, cuando la levantó de nuevo le conto a la mujer acerca de su secuestro, su trabajo en la construcción del imperio, su traslacion a las cocinas y la muerte de Yoko. Saya asintio severamente mientras miraba de soslayo las mejillas sonrojadas de su hermano.

-Bien... -dijo ella cuando termino de escuchar el relato de la joven- ¿Por qué te fuiste de tu aldea?

La pregunta tomo por sorpresa a Rin, era cierto, ella queria regresar con el único hombre que amaba, el demonio mas fuerte, el Señor Sesshomaru.

-Tenia que buscar algo.

-¿Qué debias buscar?

-Aquel al que amo -dijo Rin mirando con el ceño fruncido al emperador.

-¿Y quién es ese? -pregunto Saya.

Rin se pregunto si debia o no decirlo, pero a fin de cuentas ella ya habia tomado la descision de irse a buscar al Señor Sesshomaru ese mismo dia, asi que, ¿qué importaba si les decia?.

-Al demonio mas fuerte -ellos abrieron los ojos como platos y se escucharon varios gritos fuera del castillo, Rin sonrio- aquel que ha venido por mi, y su nombre es Sesshomaru.

Un hombre de armadura aparecio y dijo entre gritos al emperador.

-¡HAY UN DEMONIO QUE ESTA DESTROZANDO TODO EL LUGAR, MI SEÑOR! -Rin solto una risita.

Saco del kimono la Piedra Meido y la balanceo frente a los ojos de sus espectadores.

-Deberia de saber que esta joya es muy importante para la madre del Señor Sesshomaru, mala suerte para ustedes.

Y salio corriendo por los pasillos con una felicidad inmensa recorriendole las venas, sabia que era el Señor Sesshomaru, podia sentirlo y lo mejor de todo era que...

Habia ido por ella.

Detrás del rostro frío ◆Sesshomaru y Rin◆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora