La Criatura Del Bosque (MIKAYUU)

Dieciséis

Guren

Él es mi hijo, pero lo vendí por compromiso a lo que considero un experimento; fui yo quien lo convirtió en una absurda rata de laboratorio. ¿En qué estaba pensando?

Vivo cómo un cobarde. Llevo ocultándole la verdad a Yuuichiro desde que salió del útero... Cuando él nació, mi novia—éramos jóvenes, pero no tuvimos cuidado— nos  abandonó a los pocos días.

Era una jovencita indecente, caprichosa a la que admito haberme visto atraído porque era hermosa y ya. Peleábamos, pero terminábamos teniendo sexo y los únicos sonidos fueron gemidos, que cegaban la pasión y ensordecían el cuarto con las luces apagadas.

Siquiera recuerdo donde, porqué y cómo nos conocimos. Pero, ella nunca me importó tanto cómo mi hijo, no obstante, yo también lo abandoné.

Soy Guren Ichinose, teniente coronel del Ejército Demonio Imperial Japonés. Mi herencia ha hecho mi puesto... Lo que hacemos, es aniquilar bestias inhumanas de forma secreta; empleamos casi los mismos métodos que en un ejército común, pero no estamos cerca de serlo.

Empuñamos armas por medio del tabú. No nos proveen armas, las fabricábamos. La base es una espada—es relativo—cualquiera, pero con esa se debe de hacer un pacto con un demonio que la poseerá.

Sin embargo, abusamos del mundo "no humano" porque las armas ordinarias no matan a los monstruos, solamente los demonios.

Aún así, mi rango, mi trabajo y la vida que llevo arruinaron las posibilidades de poder criar a Yuuichiro. Muchas veces, me convenía permitir que experimentaran con él.

" Si no cooperas, eres el enemigo, si eres el enemigo, date por muerto."
Dijo mi padre, y era una frase literalmente aplicada en cualquiera.
Pero él seguía siendo mi hijo; el bebé que lloraba tras ser visto cómo una posible arma mortal que salvaría a muchos.

Pero sufría. Él no tenía que seguir los mismos pasos que yo, no merecía llevar la carga de su padre, no tenía que crecer cómo yo.

Fingí la muerte de Yuuichiro, pero tuve suerte de que la lógica actuara y me creyeran. Había planeado sacarlo del laboratorio, y terminé por dárselo a mis amigos más cercanos.

Ellos son una pareja casada, que ayudan a taparle la verdad a mi niño. Lo han hecho a la perfección, dandole todo y siendo la familia que él siempre tuvo que tener desde su nacimiento.

Y sin embargo, no me pude alejar.