La Criatura Del Bosque (MIKAYUU)

Viente

Es 1868

Su amante siempre era auténtico durante el acto sexual. Era mucho más joven, con diecinueve años recién cumplidos. Tenía mucha más energía, originalidad y entusiasmo, cosa que lo cautivaba.

En el suelo de madera, yacía su Yukata abierto. El muchacho se dio la vuelta, enderezándose y exponiendo la blanca piel desnuda.

—Aveces se me olvida que no duermes. ¿Sucede algo?
—No, nada. —Había tomado las mejillas suaves, ahuecándolas y plantándole un beso duradero en los labios.

Cuando su beso rompió, el muchacho se colocó encima de su regazo, mirándolo con impaciencia y ansiedad.

—Me parece que a ti si te sucede algo, habla.—El muchachito había bajado los ojos, cerrándolos posteriormente. De las largas pestañas se podía apreciar una gota, una lágrima. Luego, fueron abundantes lágrimas que descendieron. Le temblaba la quijada, y se le abalanzó encima, abrazándole la nuca y posando la cabeza agachada encima de su pecho.

No obstante, su amante le toma la barbilla y sube su mirada; nuevamente se besan.

—¿Qué ocurre?—Pregunta inmediatamente, luego de separar sus labios. En un sollozo, le responde.
—Hoy tuve miedo de que no volvieras, los cazadores de vampiros son cada vez más tenaces... ¡Y lo sabes! Maldita sea, me preocupé, creí que te descubrieron y...
—Pues aún no lo hacen. Estaré, no, estaremos bien. Cálmate, ¿de acuerdo? Ya lo vamos a solucionar. Ahora, duérmete.

Moqueó, con el antebrazo se quitó las lágrimas y el rostro ya no estaba tan sonrosado. Volvió a recostarse encima del futón, mientras que el hombre que conocía desde hace siete años lo abrazaba, sintió un beso en la nuca que le devolvió la sonrisa.

—Mikaela.
—Duérmete.
—Te amo...
—También te amo, Yuu, descansa.

¿Qué se conocen desde hace dos días? No. DESDE HACE MÁS DE UN SIGLO.