Luhan para mí es...

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La primera vez que lo vi no fue aquel día de la sesión fotográfica. La primera vez que lo conocí, él llevaba un libro entre las manos y corría con prisa detrás de su perro; en ese momento, cuando mis ojos lo vieron detenidamente, sentí que ya me gustaba. Estaba loco, lo sé.

Pensé que él era de esos chicos que solo los ves una vez y desaparecen, aquellos amores platónicos de un día, pero pareciera que la suerte estaba de mi parte, porque días después, lo encontré platicando con un amigo mío.

Se llama Luhan, me había dicho mi amigo, sonriéndome con cierta diversión al ver mi curiosidad. Tal vez era normal presentar cierto interés en una persona, pero en mi caso, que no me gusta socializar mucho y prefiero quedarme en mi reducido grupo de amigos, era algo un tanto extraño. Pronto y sin vacilar lo agregue a Facebook. El chico ni había demorado una hora cuando me aceptó.

Aquel día, mientras miraba su muro (que era lo único que podía acosar de él) me di cuenta de lo triste que estaba. De alguna manera sentí cierta pena. Estaba por dejar el celular de lado cuando un mensaje suyo me llegó de repente.

Luhan:

¿Eres amigo de Joon? Nunca te he visto.

Sehun:

Sí, somos amigos desde hace tiempo. Es curioso que yo tampoco te haya visto.

Mentí, pero él pareció creerlo y ya no tenía importancia darle la verdadera explicación, no quería quedar como un loco que viene agregando a la gente que ve en la calle. Recuerdo que esa tarde no pudimos hablar más, tenía los proyectos hasta el cuello y muy apenas y podía darme un respiro y tomar algo de café.

No fue hasta dos semanas después, cuando tenía mi último proyecto en puerta y me faltaba un poco de ayuda con algún animal doméstico. Joon me había dicho que Luhan tenía un pequeño perro, que le pidiera ayuda y así podría terminar mi trabajo. Aunque, siendo sinceros, en su rostro vi una sonrisa maliciosa, sabía lo que significaba, querían que conociera a Luhan en persona y no solo a través de una red social. Y debo confesar, que moría de ganas por volver a verlo.

Para ser sinceros, Luhan era más de lo que esperaba. Era precioso y era fácil que te atrapara con sus sonrojos y con cierta timidez que dejaba ver. Eso sí, parecía que no se cansaba de hablar, y de alguna manera, yo tampoco deseaba callarme.

Sentía la necesidad de buscarlo después de aquella ida al parque. Quería verlo, escucharlo hablar de sus sueños, de sus temores. Me pregunté si alguien tan roto podía enamorarse de nuevo, tan solo... ¿era muy estúpido pensar que él podría fijarse en mí?

Había bastado una salida para desear sus labios, sin embargo, reprimí mis ganas de besarlo, quedaría como un idiota. Luhan sin necesidad de palabras y al parecer un poco más listo, me metió dentro de un callejón, y ahí, en silencio, nos besamos por primera vez. Quería demostrarle que me gustaba mucho, así que lo besé despacio mientras mi corazón latía con fuerza, fuera de sí.

Describir a Luhan es casi imposible. No hay palabras para él, no hay un significado preciso por lo que siento por él. Luhan es casi perfecto; llora, ríe, es romántico a su modo y se preocupa demasiado. Nunca había creído tanto en los sueños de una persona, pero si te a través a conocerlo tan solo un poco, al escucharlo, sientes que sus sueños también te pertenecen y te contagias de sus anhelos de ser escritor, de embriagarte de sus palabras.

A veces pienso que lo adoro demasiado, que lo quiero más de lo que debería. ¿Es posible amar a alguien en tan corto tiempo? Creo que lo amo, no es normal que desee hacer tantas veces el amor con él, de tomarle fotografías y de consentirlo como si de un niño se tratara. Luhan se ha quedado dormido en mi recamara luego de leer un rato, yo sigo trabajando en algunos proyectos antes de regresar a la universidad.

Son casi las dos de la mañana cuando cierro la laptop. Tengo los audífonos a todo volumen al entrar a la habitación. Puedo jurar que tengo la dicha de ver una de las escenas más adorables que Luhan pueda brindar; está abrazado a la almohada, cubierto de mantas y con sus cabellos a medio despeinar. A veces su rostro me recuerda a un pequeño ciervo.

Apago la música y me cuelo en la cama, le quito la almohada y la reemplazo por mi pecho. El corazón me da un brinco de alegría al verlo sonreír en medio de sus sueños, en medio de mis brazos que lo acogen. Lo abrazo y le beso los cabellos.

Es tan cómodo estar con él de esta manera, me embriaga de una paz que no creí tener con alguien. Lo beso en silencio porque es irresistible no hacerlo, lo miró detenidamente a pesar de que casi no pueda ver nada. En su cuello aún hay marcas de mis mordidas. Creo que su ropa comienza a oler a mi perfume.

Nunca lo he dicho en voz alta, pero lo amo, sin condiciones, a pesar de que sepa que Luhan aún no está listo para amar.

Te amo, Luhan...

Un simple susurro que lleva todo mi corazón. Lo vuelvo a besar en los labios y cierro los ojos para por fin dormir. Créanme, dormir con la persona que más quieres en el mundo, es de las mejores sensaciones que pueden haber y existir.

***

Explicarle las miles de fotografías que tengo de él es un poco difícil. Tengo unas donde él duerme en mis piernas, cuando lee, cuando trae sus gafas y escribe en la pc (aunque aún no me deja leer lo que crea) y cuando cocina. Luhan es tímido, pero creo que se ha acostumbrado a mis fotografías, porque lo único que hace ahora al ver mi cámara disparando contra su dirección, es sonreír.

Lo abrazo por la espalda y lo beso en el cuello; en ese punto se retuerce y me pide que no lo bese ahí cuando está cocinando. Yo solamente río y me alejo, es casi imposible mantener ahora mis labios alejados de su cuerpo.

Estamos por tener otra sesión de besos en mi cama, con Galleta a nuestros pies (quien últimamente se había puesto más celosa de lo normal). Luhan y yo no somos novios, sin embargo, una tarde me había dicho que yo era su pareja sin importar que no le hubiera pedido noviazgo. A veces, ese niño se pasaba de astuto.

Mis labios lo besan con ternura y él se deja caer sobre el colchón, con mi peso encima de su delgado cuerpo; me gusta su cuello, incluso su cintura y su abdomen plano. Es tan lindo cuando se sonroja y pide más besos.

Y en ese instante, mirándolo fijamente, le dije:

Te amo.

Su cara estaba llena de asombro, sus mejillas cobraron vida a un color rojizo y sus labios no pudieron articular palabra alguna.

Yo...eh... no lo esperaba—. Me dice Luhan, agachando la mirada.

Sé que aún no me amas, bonito, no te preocupes.

Sehun...

Dime.

¿Puedes repetirlo una vez más? —Le sonreí.

Te amo, te amo, te amo—. Y él me sonrió de vuelta, lleno de alegría.

Sé que algún día te voy a amar, deberás esperar por mí un poco más ¿sí?

Lo que sea por ti, Luhan.

Y lo decía muy en serio, por el sería capaz de bajar las estrellas del cielo si él lo quisiera. 


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No sé por qué las letras salen tan marcadas, una disculpa <|3. 

Cuando una lágrima cae del cielo (HunHan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora